/ jueves 4 de junio de 2020

Crónica del poder | Caótica normalidad

Han transcurrido 3 días de la Nueva normalidad y se observa que ni es nueva ni es normal, no hay luz al final del túnel y tampoco se ha tocado el fondo de la crisis sanitaria; sea por ignorancia, sea por indiferencia o por hartazgo en el encierro y claro, por los graves efectos económicos, prevalece el mismo ambiente de riesgos y peligros por una propagación del virus que mata y enferma de gravedad a mucha gente, tan solo hay que ver cómo el mal crece en Fresnillo, Zacatecas, Guadalupe, Río Grande y otras poblaciones.

En serio, más parece que se vive una caótica nueva normalidad, ya que, acelerados porque Zacatecas es el único estado del país con marcaje naranja en el semáforo crítico, la gente se lanzó a las calles, a los centros públicos, a los comercios, las avenidas y carreteras; niños, jóvenes, amas de casa, adultos mayores, todos salieron como si nada, como si ya el virus se hubiera alejado y despedido para no regresar; ha sido un lamentable e irresponsable desbordamiento casi tumultuario, masivo, sin razones de seguridad o de protección, las familias han abandonado el confinamiento y la sana distancia, ni siquiera usan cubrebocas, no hay cautela ni proceso gradual.

El transporte público se vio colmado, sin las indicaciones para dosificar el acceso, sin exigir uso del tapabocas, sin aplicar el gel antibacterial, de plano se han roto la normatividad y el orden para atajar los contagios, una situación que solo va a prolongar tribulaciones, porque es de esperarse se registren rebrotes que regresen escenarios de dolor y de alteraciones sociales, comunitarias y familiares; las aglomeraciones en los bancos eran notables, como así vimos multitudes en plaza Bicentenario, en el Jardín Independencia y deambulando por las avenidas Hidalgo, Juárez, González Ortega, Tacuba y López Velarde. En serio, el virus no es broma ni cuento chino.

Los reportes de Fresnillo, Jerez y Guadalupe proyectan la misma situación crítica, no hay inhibición frente a los riesgos reales, no hay miedo ante los peligros mortales. Pero Saúl Monreal no cesa en acciones de contención. Aquí, allá y acullá, los empresarios de la construcción nunca procedieron a orientar a sus maistros, albañiles, chalanes, ni a los ingenieros y arquitectos, para que fueran transportados a las obras con prudencia, cuidados extremos, en sana distancia, y continuaron como vil acarreo, con los trabajadores hacinados en los vehículos, encimados, amontonados, cuando bien saben que contactos y cercanía directas son paso directo a los contagios.

Se dio el paso hacia la nueva normalidad, pero ordenado, prudente, en sana distancia, cumpliendo las recomendaciones sanitarias; urgía, urge la recuperación económica en el comercio, el turismo, los restaurantes y hoteles, entre los ambulantes, pero no así, provocando mayores males y generando condiciones para revertir lo ganado o avanzado. Bien dice JOEL CORREA CHACÓN, vamos al semáforo en rojo.

Hay desinformación y confusión

No sobrevino la estratégica orientación a la población o ésta no ha sido suficientemente clara o explícita, para que la gente entienda qué es la Nueva Normalidad, cómo debe edificarse, cómo debe alcanzarse para poder establecer bases sólidas a la certidumbre y la confianza social. Alejandro Tello en el estado, Saúl Monreal en Fresnillo; Julio César por Guadalupe, Antonio Aceves en Jerez, y Ulises Mejía en Zacatecas Capital, que gobiernan la zona metropolitana de mayor población, han de multiplicar esfuerzos de enérgica autoridad para convencer, explicar y orientar acerca de las condiciones de riesgos y peligros que vendrán si no se acatan las medidas sanitarias, el necesario confinamiento y la sana distancia. Hay que verlo con profunda seriedad y más responsabilidad.

Han transcurrido 3 días de la Nueva normalidad y se observa que ni es nueva ni es normal, no hay luz al final del túnel y tampoco se ha tocado el fondo de la crisis sanitaria; sea por ignorancia, sea por indiferencia o por hartazgo en el encierro y claro, por los graves efectos económicos, prevalece el mismo ambiente de riesgos y peligros por una propagación del virus que mata y enferma de gravedad a mucha gente, tan solo hay que ver cómo el mal crece en Fresnillo, Zacatecas, Guadalupe, Río Grande y otras poblaciones.

En serio, más parece que se vive una caótica nueva normalidad, ya que, acelerados porque Zacatecas es el único estado del país con marcaje naranja en el semáforo crítico, la gente se lanzó a las calles, a los centros públicos, a los comercios, las avenidas y carreteras; niños, jóvenes, amas de casa, adultos mayores, todos salieron como si nada, como si ya el virus se hubiera alejado y despedido para no regresar; ha sido un lamentable e irresponsable desbordamiento casi tumultuario, masivo, sin razones de seguridad o de protección, las familias han abandonado el confinamiento y la sana distancia, ni siquiera usan cubrebocas, no hay cautela ni proceso gradual.

El transporte público se vio colmado, sin las indicaciones para dosificar el acceso, sin exigir uso del tapabocas, sin aplicar el gel antibacterial, de plano se han roto la normatividad y el orden para atajar los contagios, una situación que solo va a prolongar tribulaciones, porque es de esperarse se registren rebrotes que regresen escenarios de dolor y de alteraciones sociales, comunitarias y familiares; las aglomeraciones en los bancos eran notables, como así vimos multitudes en plaza Bicentenario, en el Jardín Independencia y deambulando por las avenidas Hidalgo, Juárez, González Ortega, Tacuba y López Velarde. En serio, el virus no es broma ni cuento chino.

Los reportes de Fresnillo, Jerez y Guadalupe proyectan la misma situación crítica, no hay inhibición frente a los riesgos reales, no hay miedo ante los peligros mortales. Pero Saúl Monreal no cesa en acciones de contención. Aquí, allá y acullá, los empresarios de la construcción nunca procedieron a orientar a sus maistros, albañiles, chalanes, ni a los ingenieros y arquitectos, para que fueran transportados a las obras con prudencia, cuidados extremos, en sana distancia, y continuaron como vil acarreo, con los trabajadores hacinados en los vehículos, encimados, amontonados, cuando bien saben que contactos y cercanía directas son paso directo a los contagios.

Se dio el paso hacia la nueva normalidad, pero ordenado, prudente, en sana distancia, cumpliendo las recomendaciones sanitarias; urgía, urge la recuperación económica en el comercio, el turismo, los restaurantes y hoteles, entre los ambulantes, pero no así, provocando mayores males y generando condiciones para revertir lo ganado o avanzado. Bien dice JOEL CORREA CHACÓN, vamos al semáforo en rojo.

Hay desinformación y confusión

No sobrevino la estratégica orientación a la población o ésta no ha sido suficientemente clara o explícita, para que la gente entienda qué es la Nueva Normalidad, cómo debe edificarse, cómo debe alcanzarse para poder establecer bases sólidas a la certidumbre y la confianza social. Alejandro Tello en el estado, Saúl Monreal en Fresnillo; Julio César por Guadalupe, Antonio Aceves en Jerez, y Ulises Mejía en Zacatecas Capital, que gobiernan la zona metropolitana de mayor población, han de multiplicar esfuerzos de enérgica autoridad para convencer, explicar y orientar acerca de las condiciones de riesgos y peligros que vendrán si no se acatan las medidas sanitarias, el necesario confinamiento y la sana distancia. Hay que verlo con profunda seriedad y más responsabilidad.