/ viernes 27 de mayo de 2022

Crónica del poder │Construir buenas noticias y mejores funcionarios

Las malas noticias, la dispersión informativa y minimizar los hechos, conducen a generar confusión, sospechas y dudas, por consecuencia, se registran y se publican negativos resultados en las encuestas oficiales o institucionales, como esa versión maligna de que los zacatecanos desconfían de su gobierno y de ser el estado donde la policía contribuye menos en generar una mayor percepción de seguridad, notificación que acaba de hacer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, a través de su Encuesta de Calidad e Impacto Gubernamental, lo que obliga y responsabiliza a los Secretarios del Poder Ejecutivo, a los diputados del Legislativo y a los Magistrados del Judicial, a concentrar todos los esfuerzos de inteligencia, eficacia, sensibilidad política y social para consolidar la imagen institucional ante la sociedad y gobernados.

Es ahí donde inicia la renovación de la clase política y la operatividad de los comités de ética, para exigir el cumplimiento del código de conducta de los funcionarios, de manera que en sus actuaciones y ejercicio de gobierno transiten por las rutas de la honradez, legalidad, integridad, el respeto, la lealtad a las instituciones y a los gobernantes, evitar todo lo que implique desviación hacia la corrupción, porque así lo asienta el decálogo gubernamental, el servidor público nunca debe defraudar la confianza de la gente, debe vivir para servir, y servir bien, con austeridad, transparencia, efectividad y con resultados para elevar el bienestar de familias y comunidades.

La gente no quiere que se vean en esos espejos, pero ha sido inevitable que, cierto o no, los nombres de Miguel Alonso y Alejandro Tello han sufrido tremendo deterioro, tan solo vean a Benjamín Medrano, como anda arrastrando un desprestigio y buscando que su nombre quede limpio. Imposible ocultar o negar la pobreza de lenguaje, la ausencia de sensibilidad social y la incapacidad de adaptación al fuerte y noble carácter de los zacatecanos, del Secretario de Seguridad, general Adolfo Marín Marín, que a propósito de la desgracia del niño fresnillense de tres años abatido por las balas, haya opinado que "no es que sea alarmante, ya que es una invitación, una advertencia de las organizaciones delictivas a la comunidad." Vil torcedura de criterio, porque la advertencia es a su función pública, no a la gente.

Por eso se explican las dolencias por las encuestas de la negativa percepción; por eso preocupa que 6 de cada 10 zacatecanos vivan en la informalidad laboral; lamentables los titulares, como el de World Justice Project, que ubica a Zacatecas estancado en estado de Derecho; que Zacatecas sea el estado donde la violencia ha tenido el mayor impacto económico de todo el país, de acuerdo con el Índice de Paz en México; que sea el tercer estado con el número más alto de policías asesinados; que Zacatecas bajó al lugar 28 en competitividad, según el Instituto Mexicano de Competitividad. Una sucesión de signos negativos, cuando todos queremos resaltar que Armando Navarrete Ulloa, conquistó el Everest; que se ejercerán por el gobierno estatal, mil millones de pesos en infraestructura educativa; y que vengan, se multipliquen y extiendan las buenas noticias, como esa que David y Saúl Monreal proyectan sobre Zacatecas y Fresnillo, a la baja en homicidios.

Esa es la insistencia de la gente desde todos los municipios y regiones del estado, hacer, construir y concluir buenas noticias y llevarlas a todos los horizontes y rincones del estado, a generar confianza y credibilidad, a fortalecer la imagen de las instituciones y a edificar en serio una nueva clase política.

Las malas noticias, la dispersión informativa y minimizar los hechos, conducen a generar confusión, sospechas y dudas, por consecuencia, se registran y se publican negativos resultados en las encuestas oficiales o institucionales, como esa versión maligna de que los zacatecanos desconfían de su gobierno y de ser el estado donde la policía contribuye menos en generar una mayor percepción de seguridad, notificación que acaba de hacer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, a través de su Encuesta de Calidad e Impacto Gubernamental, lo que obliga y responsabiliza a los Secretarios del Poder Ejecutivo, a los diputados del Legislativo y a los Magistrados del Judicial, a concentrar todos los esfuerzos de inteligencia, eficacia, sensibilidad política y social para consolidar la imagen institucional ante la sociedad y gobernados.

Es ahí donde inicia la renovación de la clase política y la operatividad de los comités de ética, para exigir el cumplimiento del código de conducta de los funcionarios, de manera que en sus actuaciones y ejercicio de gobierno transiten por las rutas de la honradez, legalidad, integridad, el respeto, la lealtad a las instituciones y a los gobernantes, evitar todo lo que implique desviación hacia la corrupción, porque así lo asienta el decálogo gubernamental, el servidor público nunca debe defraudar la confianza de la gente, debe vivir para servir, y servir bien, con austeridad, transparencia, efectividad y con resultados para elevar el bienestar de familias y comunidades.

La gente no quiere que se vean en esos espejos, pero ha sido inevitable que, cierto o no, los nombres de Miguel Alonso y Alejandro Tello han sufrido tremendo deterioro, tan solo vean a Benjamín Medrano, como anda arrastrando un desprestigio y buscando que su nombre quede limpio. Imposible ocultar o negar la pobreza de lenguaje, la ausencia de sensibilidad social y la incapacidad de adaptación al fuerte y noble carácter de los zacatecanos, del Secretario de Seguridad, general Adolfo Marín Marín, que a propósito de la desgracia del niño fresnillense de tres años abatido por las balas, haya opinado que "no es que sea alarmante, ya que es una invitación, una advertencia de las organizaciones delictivas a la comunidad." Vil torcedura de criterio, porque la advertencia es a su función pública, no a la gente.

Por eso se explican las dolencias por las encuestas de la negativa percepción; por eso preocupa que 6 de cada 10 zacatecanos vivan en la informalidad laboral; lamentables los titulares, como el de World Justice Project, que ubica a Zacatecas estancado en estado de Derecho; que Zacatecas sea el estado donde la violencia ha tenido el mayor impacto económico de todo el país, de acuerdo con el Índice de Paz en México; que sea el tercer estado con el número más alto de policías asesinados; que Zacatecas bajó al lugar 28 en competitividad, según el Instituto Mexicano de Competitividad. Una sucesión de signos negativos, cuando todos queremos resaltar que Armando Navarrete Ulloa, conquistó el Everest; que se ejercerán por el gobierno estatal, mil millones de pesos en infraestructura educativa; y que vengan, se multipliquen y extiendan las buenas noticias, como esa que David y Saúl Monreal proyectan sobre Zacatecas y Fresnillo, a la baja en homicidios.

Esa es la insistencia de la gente desde todos los municipios y regiones del estado, hacer, construir y concluir buenas noticias y llevarlas a todos los horizontes y rincones del estado, a generar confianza y credibilidad, a fortalecer la imagen de las instituciones y a edificar en serio una nueva clase política.