En la Nueva Gobernanza se tienen que esmerar por propiciar y edificar las condiciones para que sus cualidades que pretende de renovación, sean consecuentes con la cuarta transformación y logre iniciar un verdadero proceso de construcción de la nueva clase política que Zacatecas requiere para acelerar ya su ritmo de crecimiento económico, el desarrollo social con bienestar, el vigoroso impulso a la cultura democrática, contener la ofensiva de violencia criminal y asegurar una atmósfera de paz y tranquilidad entre las familias y sus comunidades.
Para lograr esa hazaña se necesita de una estrecha vinculación, un enlace productivo y coordinación institucional entre los tres poderes del estado, el Ejecutivo, Legislativo y Judicial, porque la gente interpreta y entiende que desde el Gobernador y los miembros de su gabinete, los legisladores o diputados locales y los magistrados y jueces, son gobierno y por ello, corresponsables de una actuación en sintonía, con auténtica separación de poderes, pero no confrontados, sino unidos en lo esencial, para que juntos o colectivamente sumar mejores esfuerzos para dar las batallas en plena pluralidad política y la diversidad social, por los intereses superiores del estado.
Los primeros pasos para conquistar esos niveles de calidad se pueden dar en el amplio horizonte que significa el proceso electoral 2024, que para el caso de Zacatecas, la elección de dos senadores, cuatros diputaciones federales, 30 diputados locales y 58 ayuntamientos con sus presidentes municipales, es la más formidable oportunidad para que los partidos en el poder, Morena, PT y Verde Ecologista, los opositores partidos Acción Nacional, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano, con las organizaciones sociales y civiles integradas o autónomas, deben postular a los más experimentados, preparados política y académicamente, de probada lealtad a sus pueblos, con capacidad de liderazgo, gente honesta a incorruptible, con vocación democrática y pasión por servir, que sean visionarios, creativos, aptos para operar conciliadores y convergentes, más files y comprometidos con la sociedad y los ciudadanos que con los partidos o ambiciosos políticos.
Con esa orientación que resalta valores éticos y morales, será inconcebible e imperdonable que los gobernantes y dirigentes de los partidos, se inclinan otra vez a responder a los intereses personales, las ambiciones de poder, a los grupos políticos insaciables que han hartado al pueblo; que continúen con las prácticas de nepotismo, compadrazgo y amiguismo; se deben evitar se cumplan frívolos compromisos y flagrantes contubernios con evidentes conflictos de interés; imposible reincidir en postular a quienes han probado deshonestidad e incurrido en hacer de la política un negocio para alcanzar objetivos de enriquecimiento explicable. cínico y voraz.
En otras palabras, ya no se deben cometer la torpeza y los errores de seleccionar a los funcionarios que fallaron, exhibieron ineptitud e incapacidad y que desviaron los lineamientos gubernamentales y traicionaron la lealtad y confianza del gobernante, equivocadamente se les premia con posiciones legislativas, de gobierno o de poder municipal; si no sirvieron bien y no cumpliron con el pueblo, hay que hacerlos a un lado, no merecen otra oportunidad, porque si se insiste en otra vez ungirlos, entonces, el pueblo bueno y sabio, la sociedad y los ciudadanos, a ellos y a sus partidos los van a castigar con los votos en contra, con la derrota, porque no edifican la Nueva Gobernanza.