/ lunes 14 de junio de 2021

Crónica del poder │La Suave Patria se torna áspera

No pasa inadvertido para el mundo de la cultura, que pocas veces el presidente Andrés Manuel López Obrador decide sobre temas culturales que impacten en su cuarta transformación, proceso de cambios que no llegan a los escenarios del arte y la cultura, aunque sí protagoniza confrontación con escritores, intelectuales y analistas para intentar contener críticas y cuestionamientos a través de descalificación, desprestigiar, hasta aniquilar a figuras de relevancia nacional, porque lo suyo es la cultura política política, no la política cultural que sí puede abrir renovados horizontes de interpretación de nuestra ya dramática realidad económica y de inseguridad.

Además de la coexistencia política entre diferentes, para México y Zacatecas la convivencia cultural es vital y fundamental, porque hay profundas raíces y sobreviven en la memoria actores intelectuales, como poetas, pintores, músicos, escultores y escritores cuyas obras y legados han influído en la eliminación de desequilibrios culturales, como así han crecido y configurado la grandeza cultural del estado, personajes como Candelario Huízar, Severino Salazar, los hermanos Pedro y Rafael Coronel, Manuel Felguérez, Ismael Guardado, Alejandro Nava, Julio Ruelas, Francisco Goitia, Manuel M. Ponce, José de Jesús Sampedro, Gonzalo Lizardo y, obvio, el poeta jerezano Ramón López Velard, de quien mañana celebramos el 133 aniversario de su nacimiento y al punto de conmemorar el centenario de su muerte el próximo sábado 19 de junio.

Convertir a Jerez en el Santuario de la Poesía nacional e Internacional del 15 al 19 de junio, tiene que ser el más contundente rechazo a una fractura cultural y para impedirlo, entendemos que el presidente Andrés Manuel López Obrador haya anunciado su presencia en Jerez el 19 de junio, para homenajear al más grande de los poetas de México, porque como asegura Juan Villoro, Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde 2016, a cien años de su muerte perdura su legado, breve e inagotable; y aunque la política decide el presente, la cultura, el porvenir, a la larga nos representa mejor un poeta que un político. Por eso y de acuerdo con el maestro Villoro: la suerte de una época pasa por la política, pero se define en la cultura, el pan del porvenir.

Acertado que venga el Presidente y que con él desfilen por las calles y jardines de Jerez, más que los políticos las memorias de escritores, literatos y poetas que han amado la poesía lopezvelardeana, ver o recordar a Juan Villoro, Gabriel Zaid, Marco Antonio Campos, Guillermo Sheridan, Vicente Quirarte, Elsa Cross y Ernesto Contreras, quien el sábado recibirá el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde. La efeméride velardeana tiene que ser punto de partida para impulsar transformaciones y cumplir desafíos culturales, que por inmensos y trascendentes en medio del pueblo que nunca olvida al jerezano, sustituyan las tragedias que las crisis pandémica, de violencia e inseguridad han provocado para desestabilizar a la sociedad y hacerla endeble, debilitada o inerme ante las embestidas autoritarias, centralistas, prepotentes, polarizantes y desquiciantes de nuestra Suave Patria.

En serio que en nombre de Ramón López Velarde, la cultura edifica una sociedad diversa y plural basada en la igualdad y la justicia. A eso debe venir el Presidente y eso debemos atender los zacatecanos, como el más profundo y sentido homenaje al más grande poeta de México que murió a la Edad del Cristo Azul, a los 33.


No pasa inadvertido para el mundo de la cultura, que pocas veces el presidente Andrés Manuel López Obrador decide sobre temas culturales que impacten en su cuarta transformación, proceso de cambios que no llegan a los escenarios del arte y la cultura, aunque sí protagoniza confrontación con escritores, intelectuales y analistas para intentar contener críticas y cuestionamientos a través de descalificación, desprestigiar, hasta aniquilar a figuras de relevancia nacional, porque lo suyo es la cultura política política, no la política cultural que sí puede abrir renovados horizontes de interpretación de nuestra ya dramática realidad económica y de inseguridad.

Además de la coexistencia política entre diferentes, para México y Zacatecas la convivencia cultural es vital y fundamental, porque hay profundas raíces y sobreviven en la memoria actores intelectuales, como poetas, pintores, músicos, escultores y escritores cuyas obras y legados han influído en la eliminación de desequilibrios culturales, como así han crecido y configurado la grandeza cultural del estado, personajes como Candelario Huízar, Severino Salazar, los hermanos Pedro y Rafael Coronel, Manuel Felguérez, Ismael Guardado, Alejandro Nava, Julio Ruelas, Francisco Goitia, Manuel M. Ponce, José de Jesús Sampedro, Gonzalo Lizardo y, obvio, el poeta jerezano Ramón López Velard, de quien mañana celebramos el 133 aniversario de su nacimiento y al punto de conmemorar el centenario de su muerte el próximo sábado 19 de junio.

Convertir a Jerez en el Santuario de la Poesía nacional e Internacional del 15 al 19 de junio, tiene que ser el más contundente rechazo a una fractura cultural y para impedirlo, entendemos que el presidente Andrés Manuel López Obrador haya anunciado su presencia en Jerez el 19 de junio, para homenajear al más grande de los poetas de México, porque como asegura Juan Villoro, Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde 2016, a cien años de su muerte perdura su legado, breve e inagotable; y aunque la política decide el presente, la cultura, el porvenir, a la larga nos representa mejor un poeta que un político. Por eso y de acuerdo con el maestro Villoro: la suerte de una época pasa por la política, pero se define en la cultura, el pan del porvenir.

Acertado que venga el Presidente y que con él desfilen por las calles y jardines de Jerez, más que los políticos las memorias de escritores, literatos y poetas que han amado la poesía lopezvelardeana, ver o recordar a Juan Villoro, Gabriel Zaid, Marco Antonio Campos, Guillermo Sheridan, Vicente Quirarte, Elsa Cross y Ernesto Contreras, quien el sábado recibirá el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde. La efeméride velardeana tiene que ser punto de partida para impulsar transformaciones y cumplir desafíos culturales, que por inmensos y trascendentes en medio del pueblo que nunca olvida al jerezano, sustituyan las tragedias que las crisis pandémica, de violencia e inseguridad han provocado para desestabilizar a la sociedad y hacerla endeble, debilitada o inerme ante las embestidas autoritarias, centralistas, prepotentes, polarizantes y desquiciantes de nuestra Suave Patria.

En serio que en nombre de Ramón López Velarde, la cultura edifica una sociedad diversa y plural basada en la igualdad y la justicia. A eso debe venir el Presidente y eso debemos atender los zacatecanos, como el más profundo y sentido homenaje al más grande poeta de México que murió a la Edad del Cristo Azul, a los 33.