/ domingo 13 de septiembre de 2020

Crónica del poder | Las crisis transforman a México

Día a día que transcurren pinzados por la severidad de los flagelos, la gente, el pueblo bueno y sabio está más convencido de que la cuarta transformación no cuaja todavía y que son la pandemia, el retroceso económico, la violencia e inseguridad, el feroz colectivo de desastres, los que se han adelantado para transformar a México en un escenario de tragedias que se ilustran con 10 millones más de pobres, en solo 2 años se pasó de 21 millones a 31 millones en pobreza; el más grave desempleo en 2 décadas; la letalidad del virus que supera los más de 650 mil contagiados y más de 70 mil lamentables decesos; la violencia galopante que provoca regiones de inseguridad elevada; y un panorama político degradado por las confrontaciones, polarización y división política, y peligrosas tensiones sociales que amenazan con estallido.

El modelo del bienestar y de felicidad que pintaba exitoso, está todavía muy lejos y se estima que en crecimiento económico el sexenio está perdido y que, no obstante los esfuerzos presupuestales que se han lanzado para el año electoral 2021, el estancamiento no será superado. Las crisis devastaran presupuestos federal, estatales y municipales, limitarán a la iniciativa privada y reducirán las inversiones, y por consecuencia, sobre vendrán entre los paupérrimos sectores, más carencias, penuria, hasta hambrunas, en una etapa nada grata para el presidente Andrés Manuel López Obrador y muy dañina para el gobernador Alejandro Tello y el último año de su mandato.

En este horizonte crítico los conflictos se van a suceder y acrecentar, los gobernadores se han dividido en su Conferencia Nacional y pierden la gran oportunidad política por consolidarse frente al gobierno federal, como la más vigorosa unidad nacional, la acumulación de 32 poderes estatales que como un renovado federalismo pueden tener la capacidad y potencialidad para reclamar equidad y racionalidad en la distribución de los recursos presupuestarios, que son de todos y que no han de centralizarse. Más todavía, pueden significar y constituirse en cohesionada fuerza electoral e impactar positivamente y con sólida confianza entre los ciudadanos para cambiar la percepción política actual y transformarla en la más vibrante competencia a través de la conquista de los votos.

Fracturados como están, solo van a levantar más la prepotencia del adversario presidencial y su partido dominante, y no hará posible la combinación del municipalismo con el federalismo, para recuperar la credibilidad, la confianza y el respaldo popular en sus regiones.

Conocido el presupuesto federal

Está en duda que la política económica del régimen morenista, genere las mejores expectativas y que sea trazada una eficaz ruta de salvación nacional, condiciones que van a propiciar creatividad estratégica e inteligencia electoral entre los partidos opositores que actuarán en alianza, para que reproduzcan otro voto de castigo o de rechazo, y hacer de la elección del 6 de junio, un verdadero e intenso plebiscito, hasta restablecer la normalidad democrática, donde imperen el respeto entre adversarios y el debate de las ideas y propuestas, como sustento del desarrollo social y cultural , y de un nuevo y vigoroso ritmo de crecimiento económico, que no abandone otra vez a los más necesitados, desempleados y hundidos en la pobreza extrema.

Día a día que transcurren pinzados por la severidad de los flagelos, la gente, el pueblo bueno y sabio está más convencido de que la cuarta transformación no cuaja todavía y que son la pandemia, el retroceso económico, la violencia e inseguridad, el feroz colectivo de desastres, los que se han adelantado para transformar a México en un escenario de tragedias que se ilustran con 10 millones más de pobres, en solo 2 años se pasó de 21 millones a 31 millones en pobreza; el más grave desempleo en 2 décadas; la letalidad del virus que supera los más de 650 mil contagiados y más de 70 mil lamentables decesos; la violencia galopante que provoca regiones de inseguridad elevada; y un panorama político degradado por las confrontaciones, polarización y división política, y peligrosas tensiones sociales que amenazan con estallido.

El modelo del bienestar y de felicidad que pintaba exitoso, está todavía muy lejos y se estima que en crecimiento económico el sexenio está perdido y que, no obstante los esfuerzos presupuestales que se han lanzado para el año electoral 2021, el estancamiento no será superado. Las crisis devastaran presupuestos federal, estatales y municipales, limitarán a la iniciativa privada y reducirán las inversiones, y por consecuencia, sobre vendrán entre los paupérrimos sectores, más carencias, penuria, hasta hambrunas, en una etapa nada grata para el presidente Andrés Manuel López Obrador y muy dañina para el gobernador Alejandro Tello y el último año de su mandato.

En este horizonte crítico los conflictos se van a suceder y acrecentar, los gobernadores se han dividido en su Conferencia Nacional y pierden la gran oportunidad política por consolidarse frente al gobierno federal, como la más vigorosa unidad nacional, la acumulación de 32 poderes estatales que como un renovado federalismo pueden tener la capacidad y potencialidad para reclamar equidad y racionalidad en la distribución de los recursos presupuestarios, que son de todos y que no han de centralizarse. Más todavía, pueden significar y constituirse en cohesionada fuerza electoral e impactar positivamente y con sólida confianza entre los ciudadanos para cambiar la percepción política actual y transformarla en la más vibrante competencia a través de la conquista de los votos.

Fracturados como están, solo van a levantar más la prepotencia del adversario presidencial y su partido dominante, y no hará posible la combinación del municipalismo con el federalismo, para recuperar la credibilidad, la confianza y el respaldo popular en sus regiones.

Conocido el presupuesto federal

Está en duda que la política económica del régimen morenista, genere las mejores expectativas y que sea trazada una eficaz ruta de salvación nacional, condiciones que van a propiciar creatividad estratégica e inteligencia electoral entre los partidos opositores que actuarán en alianza, para que reproduzcan otro voto de castigo o de rechazo, y hacer de la elección del 6 de junio, un verdadero e intenso plebiscito, hasta restablecer la normalidad democrática, donde imperen el respeto entre adversarios y el debate de las ideas y propuestas, como sustento del desarrollo social y cultural , y de un nuevo y vigoroso ritmo de crecimiento económico, que no abandone otra vez a los más necesitados, desempleados y hundidos en la pobreza extrema.