/ lunes 1 de marzo de 2021

Crónica del poder | López Obrador, Monreal y Tello

Lamentable coincidencia y trágica realidad, que el día de la llegada a Zacatecas del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se habían cometido 21 homicidios, de los cuales 14 fueron en Fresnillo y 7 en Valparaíso, mensajes de violencia más claros y más contundentes que el discurso del Gobernador Alejandro Tello y la dolorosa expresión del alcalde Saúl Monreal Ávila, al implorar al Jefe de la Nación que "no deje solo a Zacatecas" y que el control de la seguridad lo asuma la Federación.

Las palabras de los gobernantes zacatecanos quedaron opacadas con los hechos de violencia, inseguridad pública que implica a los gobiernos de la República y del Estado, a cumplir con la obligación constitucional de garantizar la paz y tranquilidad, los que deben responder al crimen organizado y a la delincuencia común, con más contundencia y efectividad. Pero, con lo dicho en Fresnillo el presidente aclaró todo en materia de seguridad, "no se puede apagar el fuego con fuego, no se puede enfrentar al mal con el mal", por eso se busca generar más oportunidades para que los jóvenes salgan adelante, porque los programas de bienestar son garantía de que podemos vivir en paz, si no se atienden a los jóvenes y a los más pobres, ¿cuándo vamos a resolver en problema de la inseguridad y violencia? ¡NUNCA!

El fortalecimiento de los valores y de las familias podrán serenar Fresnillo, Zacatecas y el país, les dijo a los fresnillenses, para rematar con aquel grito de David Monreal a Amalia García, "amor con amor se paga". Quedó claro que la estrategia contra la inseguridad y violencia, es invariable, aunque desde Jerez ordenó que se refuercen con más elementos a la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano.

Que sostenga que contra la inseguridad está el bienestar y que la educación termina con la violencia, son manifestaciones que no satisfacen la demanda popular, no responden a la exigencia por lograr estabilidad y certidumbre, vivir en confianza, sin miedos ni temores. La gente considera que la seguridad es un tema que debe asumirse con más seriedad y mayor responsabilidad, nunca minimizarlo, porque la realidad con lo acontecido el viernes, es irrefutable y frente a esas condiciones extremas de violencia, las reacciones tienen que ser con más efectividad en defensa y protección de la sociedad y de las comunidades.

El presidente López Obrador caminó por Pinos, Fresnillo, Zacatecas, Jerez y Tlaltenango, siempre flanqueado por Alejandro Tello a la derecha y Ricardo Monreal a su izquierda, para que se entienda que los intereses y objetivos de la Cuarta Transformación, aquí los defiende y promueve el exgobernador Monreal.

López Obrador y Alejandro Tello

Una vez más demostraron una relación institucional marcada por el respeto, una relación abismalmente diferente a la que el Presidente tiene con el Gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier Cabeza de Vaca; formidable oportunidad que Tello no desaprovechó para replantear la reanudación de las obras de la autopista a Aguascalientes y reiterar que Zacatecas vive momentos críticos de violencia, y que se necesita de su total apoyo, que no deje solos a los zacatecanos, "que no solo sufren una pandemia de salud, también viven una epidemia de violencia", de inmediato López Obrador ordenó sea enviado al Estado, más personal de la Guardia Nacional y del Ejército.

Lamentable coincidencia y trágica realidad, que el día de la llegada a Zacatecas del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se habían cometido 21 homicidios, de los cuales 14 fueron en Fresnillo y 7 en Valparaíso, mensajes de violencia más claros y más contundentes que el discurso del Gobernador Alejandro Tello y la dolorosa expresión del alcalde Saúl Monreal Ávila, al implorar al Jefe de la Nación que "no deje solo a Zacatecas" y que el control de la seguridad lo asuma la Federación.

Las palabras de los gobernantes zacatecanos quedaron opacadas con los hechos de violencia, inseguridad pública que implica a los gobiernos de la República y del Estado, a cumplir con la obligación constitucional de garantizar la paz y tranquilidad, los que deben responder al crimen organizado y a la delincuencia común, con más contundencia y efectividad. Pero, con lo dicho en Fresnillo el presidente aclaró todo en materia de seguridad, "no se puede apagar el fuego con fuego, no se puede enfrentar al mal con el mal", por eso se busca generar más oportunidades para que los jóvenes salgan adelante, porque los programas de bienestar son garantía de que podemos vivir en paz, si no se atienden a los jóvenes y a los más pobres, ¿cuándo vamos a resolver en problema de la inseguridad y violencia? ¡NUNCA!

El fortalecimiento de los valores y de las familias podrán serenar Fresnillo, Zacatecas y el país, les dijo a los fresnillenses, para rematar con aquel grito de David Monreal a Amalia García, "amor con amor se paga". Quedó claro que la estrategia contra la inseguridad y violencia, es invariable, aunque desde Jerez ordenó que se refuercen con más elementos a la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano.

Que sostenga que contra la inseguridad está el bienestar y que la educación termina con la violencia, son manifestaciones que no satisfacen la demanda popular, no responden a la exigencia por lograr estabilidad y certidumbre, vivir en confianza, sin miedos ni temores. La gente considera que la seguridad es un tema que debe asumirse con más seriedad y mayor responsabilidad, nunca minimizarlo, porque la realidad con lo acontecido el viernes, es irrefutable y frente a esas condiciones extremas de violencia, las reacciones tienen que ser con más efectividad en defensa y protección de la sociedad y de las comunidades.

El presidente López Obrador caminó por Pinos, Fresnillo, Zacatecas, Jerez y Tlaltenango, siempre flanqueado por Alejandro Tello a la derecha y Ricardo Monreal a su izquierda, para que se entienda que los intereses y objetivos de la Cuarta Transformación, aquí los defiende y promueve el exgobernador Monreal.

López Obrador y Alejandro Tello

Una vez más demostraron una relación institucional marcada por el respeto, una relación abismalmente diferente a la que el Presidente tiene con el Gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier Cabeza de Vaca; formidable oportunidad que Tello no desaprovechó para replantear la reanudación de las obras de la autopista a Aguascalientes y reiterar que Zacatecas vive momentos críticos de violencia, y que se necesita de su total apoyo, que no deje solos a los zacatecanos, "que no solo sufren una pandemia de salud, también viven una epidemia de violencia", de inmediato López Obrador ordenó sea enviado al Estado, más personal de la Guardia Nacional y del Ejército.