/ miércoles 12 de agosto de 2020

Crónica del poder │Los laberintos de la sucesión

Sin dejar de sufrir el tormento por el virus maldito, la violencia y la crisis económica, conforme se acerca el proceso electoral 2021, las militancias en los partidos y los ciudadanos en la sociedad, parecen inquietarse y más interesarse; aún con la inconformidad y decepción por las fallas de sus gobiernos, hay expectación acerca del ascendente liderazgo del mandatario Alejandro Tello y también especulan acerca de las opciones para sucederlo y señalan a figuras competitivas para acceder a las candidaturas a diputados y presidencias municipales.

Podemos recordar que en los últimos 50 años, la sucesión gubernamental, además de compleja, también ha sido una sucesión de sorpresas como cambios inesperados y de gran impacto, que han dejado a la gente azorada y más irritada porque su participación siempre ha sido nula.

La más contundente de las transiciones ha sido la protagonizada por Ricardo Monreal, que constituyó la primera alternancia. Pero veamos otras sorpresas en los relevos sexenales: José “Chabelo” Rodríguez Elías no tuvo obstáculos para imponer al ingeniero Pedro Ruiz González como su sucesor; y Pedrito sí se topó con la decisión del Ejército Mexicano de llevar al General Fernando Pámanes Escobedo a la gubernatura, cuando a Luis Contreras Serrano ya le tenía listos los escenarios de campaña triunfal; el licenciado José Guadalupe Cervantes Corona llegó al Palacio sin alteraciones, dejando en el camino a Eliseo Rangel Gaspar y Raúl Rodríguez Santoyo.

En esa etapa de sucesión, en 1986 todo estaba previsto para que Arturo Romo Gutiérrez asumiera la candidatura del PRI a gobernador, pero por un atajo en línea recta y por acuerdo de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari, el sexenio fue para Genaro Borrego Estrada, que al quinto año fue electo Presidente nacional del PRI; y tras el interinato de Don Pedro de León Sánchez, el PRI y la CTM le cumplieron a Romo Gutiérrez.

En esta transición la historia se le complicó al PRI, porque desde la cúpula y como decisión de Ernesto Zedillo, se vetó al diputado federal Ricardo Monreal y le negaron la candidatura a gobernador, que ni siquiera destinaron al Senador Guillermo Ulloa Carreón, el gallo de Arturo Romo, y Genaro Borrego todavía probó su fuerza política, cuando lanzó aquel ¡no se hagan bolas, el candidato es Pepe Olvera Acevedo!, quien fue electoralmente abatido por Ricardo Monreal Ávila, que victimizado por aquella acusación que lo vinculaba al narco, más los errores estratégicos de campaña de Olvera, el Hijo de Plateros se alzó con la histórica victoria del 98.

Dos sexenios del PRD y el PRI otra vez al poder

Candentes procesos siguieron al gobierno de Ricardo Monreal, quien tenía asegurada la sucesión para Tomás Torres Mercado, pero la sorpresa la dio Amalia García Medina, y a pesar de los pesares, el fresnillense hizo todo para el triunfo electoral del PRD; luego vino el error de la gobernadora, al evadir otra vez la designación de Tomás y evitar elegir a su valioso cuadro Javier Calzada, que ya había realizado vigorosa precampaña, y ella debió atender la influencia de la senadora Claudia Corichi, para postular al más débil, a Antonio Mejía Haro, derrotado por Miguel Alonso Reyes, al concretar la segunda alternancia, otra vez el PRI en el poder. Y siguió la historia que ya conocemos, Alejandro Tello primero fue llevado al Senado y luego a la gubernatura, y ahora es él quien escriba el siguiente episodio.

Escucha:

Sin dejar de sufrir el tormento por el virus maldito, la violencia y la crisis económica, conforme se acerca el proceso electoral 2021, las militancias en los partidos y los ciudadanos en la sociedad, parecen inquietarse y más interesarse; aún con la inconformidad y decepción por las fallas de sus gobiernos, hay expectación acerca del ascendente liderazgo del mandatario Alejandro Tello y también especulan acerca de las opciones para sucederlo y señalan a figuras competitivas para acceder a las candidaturas a diputados y presidencias municipales.

Podemos recordar que en los últimos 50 años, la sucesión gubernamental, además de compleja, también ha sido una sucesión de sorpresas como cambios inesperados y de gran impacto, que han dejado a la gente azorada y más irritada porque su participación siempre ha sido nula.

La más contundente de las transiciones ha sido la protagonizada por Ricardo Monreal, que constituyó la primera alternancia. Pero veamos otras sorpresas en los relevos sexenales: José “Chabelo” Rodríguez Elías no tuvo obstáculos para imponer al ingeniero Pedro Ruiz González como su sucesor; y Pedrito sí se topó con la decisión del Ejército Mexicano de llevar al General Fernando Pámanes Escobedo a la gubernatura, cuando a Luis Contreras Serrano ya le tenía listos los escenarios de campaña triunfal; el licenciado José Guadalupe Cervantes Corona llegó al Palacio sin alteraciones, dejando en el camino a Eliseo Rangel Gaspar y Raúl Rodríguez Santoyo.

En esa etapa de sucesión, en 1986 todo estaba previsto para que Arturo Romo Gutiérrez asumiera la candidatura del PRI a gobernador, pero por un atajo en línea recta y por acuerdo de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari, el sexenio fue para Genaro Borrego Estrada, que al quinto año fue electo Presidente nacional del PRI; y tras el interinato de Don Pedro de León Sánchez, el PRI y la CTM le cumplieron a Romo Gutiérrez.

En esta transición la historia se le complicó al PRI, porque desde la cúpula y como decisión de Ernesto Zedillo, se vetó al diputado federal Ricardo Monreal y le negaron la candidatura a gobernador, que ni siquiera destinaron al Senador Guillermo Ulloa Carreón, el gallo de Arturo Romo, y Genaro Borrego todavía probó su fuerza política, cuando lanzó aquel ¡no se hagan bolas, el candidato es Pepe Olvera Acevedo!, quien fue electoralmente abatido por Ricardo Monreal Ávila, que victimizado por aquella acusación que lo vinculaba al narco, más los errores estratégicos de campaña de Olvera, el Hijo de Plateros se alzó con la histórica victoria del 98.

Dos sexenios del PRD y el PRI otra vez al poder

Candentes procesos siguieron al gobierno de Ricardo Monreal, quien tenía asegurada la sucesión para Tomás Torres Mercado, pero la sorpresa la dio Amalia García Medina, y a pesar de los pesares, el fresnillense hizo todo para el triunfo electoral del PRD; luego vino el error de la gobernadora, al evadir otra vez la designación de Tomás y evitar elegir a su valioso cuadro Javier Calzada, que ya había realizado vigorosa precampaña, y ella debió atender la influencia de la senadora Claudia Corichi, para postular al más débil, a Antonio Mejía Haro, derrotado por Miguel Alonso Reyes, al concretar la segunda alternancia, otra vez el PRI en el poder. Y siguió la historia que ya conocemos, Alejandro Tello primero fue llevado al Senado y luego a la gubernatura, y ahora es él quien escriba el siguiente episodio.

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