/ miércoles 21 de julio de 2021

 Crónica del poder | No al fracaso gubernamental

La actual etapa de transición gubernamental que se presume tersa y en condiciones de estabilidad, certidumbre y gobernabilidad, es de hecho alterada por la más grave arremetida de violencia que jamás haya vivido ni sentido Zacatecas, que ya ha concentrado la atención mediática nacional e internacional. Antier nos amanecimos con la información fidedigna del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el INEGI, de que 2 de cada 3 personas consideran que vivir en Fresnillo es inseguro, la percepción de inseguridad es del 96 por ciento, la más alta del país, aunque lo más seguro es que hay quien tiene otros datos.

Los fresnillenses, la gente de la sierra entre Valparaíso y Monte Escobedo, en las comunidades productivas de Pánuco y de Jerez, se muestran enfocados por irrupciones violentas, que más se sufren por la persistencia de graves desequilibrios sociales y que más reflejan el ineficaz funcionamiento de las instituciones de seguridad pública y de procuración e impartición de justicia. Ciertamente, en medio de esos escenarios ya sembrados de miedo, la población alcanza a entender lo dicho por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, acerca de las condiciones de violencia, que en el pasado, "no hubo frontera entre autoridad y delincuencia", obvia referencia y acusaciòn a los sexenios anteriores y sus Presidentes, a los que busca sancionar con la consulta pública del próximo domingo primero de agosto.

Frente a este tremendo desafío, muy poco o nada puede hacer Alejandro Tello ya de salida con su quinquenio, el gobernador está más allá del bien y del mal, sin dejar de expresar pesimismo y autocrítica por haberlo intentado todo y no lograr las condiciones de bienestar, seguridad y paz social entre los zacatecanos. Será un error tratar de justificar o argumentar que la violencia que se sufre se explica por el cambio de gobierno con la llegada del monrealismo morenista a través de gobernador electo David Monreal. Las deficiencias e ineficacias del gobierno de Tello ya son criticadas y ensombrecen sus expectativas de consolidación de un gobierno honesto y transparente, que la gente así lo reconoce, pero no dejarán de recordarle que no ha sido capaz de contener la inseguridad, porque además, sus Secretarios de Seguridad le han fallado, como le han fallado los apoyos desde el gobierno federal.

Por llamados presidenciales no queda, cuando a los delincuentes apenas se les dice que se porten bien y que no se hagan daño, una blanda estrategia contra la violencia que no resuelve nada a la sociedad ni a las comunidades que urgen por vivir en paz y sin miedo, lo mismo en Chiapas, que en Guerrero, Michoacán, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas. Acertado de Andrés Manuel López Obrador al fin ejerza seria autocrítica en materia de seguridad al señalar que "si no terminamos de pacificar a México, por más que se haya hecho, no vamos a poder acreditar históricamente a nuestro gobierno". Así de sencillo es el mensaje que los gobernadores Alejandro Tello y David Monreal deben entender, porque si no superan las condiciones actuales de violencia e inseguridad, habrán fracasado como gobierno.

Claro que más debe asimilar esas expresiones David Monreal, y que ponga en práctica todas sus fortalezas, capacidades, creatividad, convicción y pasión por servir al estado, para que a partir del 12 de septiembre se reviertan las tragedias y sobrevengan tiempos de cambios verdaderos y efectivas transformaciones. Lograr la paz es la clave y en esa hazaña tiene que lograr el respaldo presidencial o Zacatecas seguirá con más de lo mismo, en emergencia social permanente. Inconcebible.

La actual etapa de transición gubernamental que se presume tersa y en condiciones de estabilidad, certidumbre y gobernabilidad, es de hecho alterada por la más grave arremetida de violencia que jamás haya vivido ni sentido Zacatecas, que ya ha concentrado la atención mediática nacional e internacional. Antier nos amanecimos con la información fidedigna del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el INEGI, de que 2 de cada 3 personas consideran que vivir en Fresnillo es inseguro, la percepción de inseguridad es del 96 por ciento, la más alta del país, aunque lo más seguro es que hay quien tiene otros datos.

Los fresnillenses, la gente de la sierra entre Valparaíso y Monte Escobedo, en las comunidades productivas de Pánuco y de Jerez, se muestran enfocados por irrupciones violentas, que más se sufren por la persistencia de graves desequilibrios sociales y que más reflejan el ineficaz funcionamiento de las instituciones de seguridad pública y de procuración e impartición de justicia. Ciertamente, en medio de esos escenarios ya sembrados de miedo, la población alcanza a entender lo dicho por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, acerca de las condiciones de violencia, que en el pasado, "no hubo frontera entre autoridad y delincuencia", obvia referencia y acusaciòn a los sexenios anteriores y sus Presidentes, a los que busca sancionar con la consulta pública del próximo domingo primero de agosto.

Frente a este tremendo desafío, muy poco o nada puede hacer Alejandro Tello ya de salida con su quinquenio, el gobernador está más allá del bien y del mal, sin dejar de expresar pesimismo y autocrítica por haberlo intentado todo y no lograr las condiciones de bienestar, seguridad y paz social entre los zacatecanos. Será un error tratar de justificar o argumentar que la violencia que se sufre se explica por el cambio de gobierno con la llegada del monrealismo morenista a través de gobernador electo David Monreal. Las deficiencias e ineficacias del gobierno de Tello ya son criticadas y ensombrecen sus expectativas de consolidación de un gobierno honesto y transparente, que la gente así lo reconoce, pero no dejarán de recordarle que no ha sido capaz de contener la inseguridad, porque además, sus Secretarios de Seguridad le han fallado, como le han fallado los apoyos desde el gobierno federal.

Por llamados presidenciales no queda, cuando a los delincuentes apenas se les dice que se porten bien y que no se hagan daño, una blanda estrategia contra la violencia que no resuelve nada a la sociedad ni a las comunidades que urgen por vivir en paz y sin miedo, lo mismo en Chiapas, que en Guerrero, Michoacán, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas. Acertado de Andrés Manuel López Obrador al fin ejerza seria autocrítica en materia de seguridad al señalar que "si no terminamos de pacificar a México, por más que se haya hecho, no vamos a poder acreditar históricamente a nuestro gobierno". Así de sencillo es el mensaje que los gobernadores Alejandro Tello y David Monreal deben entender, porque si no superan las condiciones actuales de violencia e inseguridad, habrán fracasado como gobierno.

Claro que más debe asimilar esas expresiones David Monreal, y que ponga en práctica todas sus fortalezas, capacidades, creatividad, convicción y pasión por servir al estado, para que a partir del 12 de septiembre se reviertan las tragedias y sobrevengan tiempos de cambios verdaderos y efectivas transformaciones. Lograr la paz es la clave y en esa hazaña tiene que lograr el respaldo presidencial o Zacatecas seguirá con más de lo mismo, en emergencia social permanente. Inconcebible.