/ domingo 28 de febrero de 2021

Crónica del poder | No intervención de gobiernos en elecciones

Como nunca en la historia electoral del país, ahora existen garantías plenas para la competencia electoral, las instituciones encargadas de organizar, promover, fiscalizar y sancionar las elecciones, actúan con imparcialidad, escrupulosamente se ajustan a la legalidad, proceden con transparencia, dictan medidas de equidad e igualdad para el respeto de los derechos político electorales, condiciones que avivan una atmósfera de auténtica normalidad democrática, que genera confianza y credibilidad entre los ciudadanos, ahora más alentados a participar ante las urnas.

Una valiosa y contundente aportación al sistema electoral ha decidido el presidente Andrés Manuel López Obrador, al convocar a los gobernadores a través de una carta pública, llamándolos a no intervenir en las elecciones del 6 de junio, un acuerdo nacional por la democracia que debe enterrar para siempre el predominio hegemónico del partido en el poder nacional o estatal, postura presidencial consecuente y congruente con el rechazo al doble discurso y las actitudes hipócritas, porque "no se puede ser faccioso cuando se está en el gobierno."

Desde luego que la gente, los ciudadanos y la sociedad pueden creerle al Presidente, como Alejandro Tello así confía, al respaldar las recomendaciones con el fin de establecer auténtica democracia en México y Zacatecas, lo que significa no intervenir desde el poder presidencial o gubernamental, en apoyo de ningún candidato, como López Obrador no deberá hacerlo en favor de David Monreal, ni Tello Cristerna por Claudia Anaya, asunto de voluntad política y veracidad institucional, cuestión de ética y calidad moral, como principios que han de acompañar a una libertad de expresión sin excesos ni abusos, que no sea inmoral libertinaje para exaltar o descalificar adversarios.

Sin duda, ambos mandatarios coinciden en evitar el uso de recursos públicos con fines electorales; que sea denunciado el dinero del crimen organizado o de los delincuentes de cuello blanco; que no se trafique con la pobreza de la gente; que no sean solapados ni tolerados los mapaches electorales, que todavía los hay incrustados en los gobiernos; que sean cancelados los acarreos y el tradicional relleno de urnas y la falsificación de actas; todo esto son las abominables prácticas ilegales y antidemocráticas, que han de quedar en el pasado de manera definitiva.

Se advierte que en lo nacional viene una elección conflictiva, con resultados impugnables, judicializados; y en contraste, en Zacatecas la elección se visiona tersa, tranquila, participativa y confiable. Ricardo Monreal afirma que el futuro de la Patria está en juego en esta elección y que el principal desafío es vencer al conservadurismo en las urnas. En cambio, como primer priista, Alejandro Tello confía en que su partido y aliados refrenden la victoria y conserven el Palacio de Gobierno para pronto vencer la crisis pandémica, económica y la inseguridad.

Los árbitros electorales

El Instituto Nacional Electoral y el Instituto Electoral del Estado, no dan margen a una colisión con el Presidente ni con el Gobernador, que son actores políticos. Los dos gobernantes están constitucionalmente obligados a garantizar óptimas condiciones de seguridad, tranquilidad y paz durante el desarrollo de las campañas y los comicios, que haya normalidad democrática, y que sean consecuentes con sus mensajes epistolares, de no injerencia, no intromisión en los procesos electorales federal ni estatal, para que sean los ciudadanos los que con su voto libre y secreto decidan las mayorías en la Cámara de Diputados, por las gubernaturas, legislaturas y los ayuntamientos.

Como nunca en la historia electoral del país, ahora existen garantías plenas para la competencia electoral, las instituciones encargadas de organizar, promover, fiscalizar y sancionar las elecciones, actúan con imparcialidad, escrupulosamente se ajustan a la legalidad, proceden con transparencia, dictan medidas de equidad e igualdad para el respeto de los derechos político electorales, condiciones que avivan una atmósfera de auténtica normalidad democrática, que genera confianza y credibilidad entre los ciudadanos, ahora más alentados a participar ante las urnas.

Una valiosa y contundente aportación al sistema electoral ha decidido el presidente Andrés Manuel López Obrador, al convocar a los gobernadores a través de una carta pública, llamándolos a no intervenir en las elecciones del 6 de junio, un acuerdo nacional por la democracia que debe enterrar para siempre el predominio hegemónico del partido en el poder nacional o estatal, postura presidencial consecuente y congruente con el rechazo al doble discurso y las actitudes hipócritas, porque "no se puede ser faccioso cuando se está en el gobierno."

Desde luego que la gente, los ciudadanos y la sociedad pueden creerle al Presidente, como Alejandro Tello así confía, al respaldar las recomendaciones con el fin de establecer auténtica democracia en México y Zacatecas, lo que significa no intervenir desde el poder presidencial o gubernamental, en apoyo de ningún candidato, como López Obrador no deberá hacerlo en favor de David Monreal, ni Tello Cristerna por Claudia Anaya, asunto de voluntad política y veracidad institucional, cuestión de ética y calidad moral, como principios que han de acompañar a una libertad de expresión sin excesos ni abusos, que no sea inmoral libertinaje para exaltar o descalificar adversarios.

Sin duda, ambos mandatarios coinciden en evitar el uso de recursos públicos con fines electorales; que sea denunciado el dinero del crimen organizado o de los delincuentes de cuello blanco; que no se trafique con la pobreza de la gente; que no sean solapados ni tolerados los mapaches electorales, que todavía los hay incrustados en los gobiernos; que sean cancelados los acarreos y el tradicional relleno de urnas y la falsificación de actas; todo esto son las abominables prácticas ilegales y antidemocráticas, que han de quedar en el pasado de manera definitiva.

Se advierte que en lo nacional viene una elección conflictiva, con resultados impugnables, judicializados; y en contraste, en Zacatecas la elección se visiona tersa, tranquila, participativa y confiable. Ricardo Monreal afirma que el futuro de la Patria está en juego en esta elección y que el principal desafío es vencer al conservadurismo en las urnas. En cambio, como primer priista, Alejandro Tello confía en que su partido y aliados refrenden la victoria y conserven el Palacio de Gobierno para pronto vencer la crisis pandémica, económica y la inseguridad.

Los árbitros electorales

El Instituto Nacional Electoral y el Instituto Electoral del Estado, no dan margen a una colisión con el Presidente ni con el Gobernador, que son actores políticos. Los dos gobernantes están constitucionalmente obligados a garantizar óptimas condiciones de seguridad, tranquilidad y paz durante el desarrollo de las campañas y los comicios, que haya normalidad democrática, y que sean consecuentes con sus mensajes epistolares, de no injerencia, no intromisión en los procesos electorales federal ni estatal, para que sean los ciudadanos los que con su voto libre y secreto decidan las mayorías en la Cámara de Diputados, por las gubernaturas, legislaturas y los ayuntamientos.