Frente a las actuales condiciones económicas del estado que no son las mejores sino que continúan difíciles con proyección de emergencia, es sano mantener y promover el optimismo gubernamental, pero también lo es el realismo social que traduce limitaciones, carencias, obstáculos, y una perspectiva de más esfuerzos, sacrificios de austeridad, con la evidente afectación a los más pobres en la región central o corredor económico que también es electoral, y más dolorosamente a los 58 municipios a los que ya les han cantado la historia de reducción a las participaciones desde el gobierno federal, medida equivocada que viene a trastocar objetivos de beneficio social, cultural y económicos.
Se puede tener un panorama más dinámico en el crecimiento de infraestructura, como así lo plantea David Monreal Ávila para un cierre más favorable de este año y de gran empuje para los tres primeros meses de 2024, lo que significa mayor aridez presupuestaria en plenas campañas electorales y los riesgos de posible desviación de recursos públicos para financiar partidos y candidatos, es pues previsible que abril y mayo electorales sean horizonte de convergencia de propuestas, alternativas, ofertas y compromisos de recuperación, restauración, hasta de una transformación con la fuerza de los cambios para que en verdad y realidad se atiendan los municipios, que son las prioridades.
El mandatario estatal así lo atisba acerca del Presupuesto 2024, que seguramente hay prioridades como así menciona Acapulco y la grave sequía, pero ya se vio que para esas situaciones críticas no se aprobaron partidas presupuestales y solo surgió la promesa presidencial de que nada faltará para atender a las víctimas de los flagelos contradictorios, el destructivo huracán, y la devastadora sequía. Más, sin embargo, los zacatecanos afirman, reiteran y lo gritan, que Zacatecas estado y sus municipios. son de los más jodidos económicamente, con atraso en su desarrollo, estancamiento industrial, turístico y cultural. Desde las alturas del poder, en Palacio Nacional y la Cámara de Diputados, pueden argumentar lo que quieran, pero obligan a interpretar que existe dolo, menosprecio y discriminación, y eso que Zacatecas tiene un gobierno morenista, un gobierno monrealista totalmente comprometido con el presidente Andrés Manuel López Obrador, y ni así.
Zacatecas no solo continúa estremecido, alterado, alarmado y con miedo por la violencia brutal, sino que también tiene que soportar el desprecio presupuestario porque no es prioritario a los ojos de la Cuarta Transformación, del Presidente, de Hacienda, y de la Cámara de Diputados que reparte con desigualdad e inequidad, con injusticia e irracionalidad; David Monreal Ávila tiene razón, Zacatecas no recibió un mejor recurso en términos reales para 2024, pese al buen manejo de las finanzas, "la verdad es que Zacatecas se ha portado de primera, hemos cuidado mucho el gobierno, se había pronosticado que cerraríamos el año con un presupuesto de 37 o 38 mil millones de pesos, y lo vamos a superar". Insiste con optimismo, Zacatecas no recibe lo que merece.
Y la gente lo dice, en su salud electoral lo hallarán, porque ¿qué no ha hecho Zacatecas para merecer migajas y regateos presupuestarios? La historia que se construye no será sencilla, bajo estas condiciones tan precarias, cometer el error de castigar a los municipios, puede provocar conflictos, inestabilidad, desconfianza ante los gobiernos, enrarecimiento de la política electoral y la decepción ante las urnas.