/ lunes 1 de agosto de 2022

Crónica del poder | Salir del estancamiento, hazaña de todos

Duele aceptarlo, pero Zacatecas está en un desdibujamiento progresivo colocado en la cresta de La Bufa, entre dos vacíos igual de riesgosos, por un lado, la crisis económica en cero crecimiento y por el otro, la violencia sin contención y deveras, duele reconocerlo pero es la triste e innegable realidad, mientras los partidos y sus políticos se desgarran, se degradan y se aniquilan, hacen de la democracia un juego denigrante, indignante e intolerante.

Importa la capacidad para implementar políticas efectivas y exitosas para frenar esos flagelos que tienen empantanado al estado, porque la economía no solo está atorada, empequeñece más todavía y se siente dramáticamente por la pavorosa presión de los precios de los productos básicos a la alza, un panorama donde no caben optimismos oficiales, las cifras y los datos que no son los otros que tanto se pregonan, son los del INEGI y de la realidad que los desmienten y que pegan a los trabajadores, a las amas de casa que directamente sufren la embestida a sus bolsillos, a su mesa de alimentos para los hijos, la familia, porque tienen que comprar menos, y no para ahorrar, sino porque no les alcanza para más a lo apenas suficiente.

Cero crecimiento económico tuvo Zacatecas en el primer trimestre de este 2022, nos dice el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Al respecto, el líder de la Coparmex, Antonio Sánchez González, ratifica el escenario al señalar que el estado ha tenido una tasa de decrecimiento promedio de 0.5 por ciento desde 2016, la economía ha permanecido estancada desde hace seis años y la situación no cambiará si las políticas públicas siguen siendo las mismas. O sea, el marco económico valorativo es crítico y se requieren medidas razonables, sustentables, inmediatas, se exige urgentemente una aplicación racional de recursos, inversiones, incentivos, programas visionarios, progresistas y con expectativas reales de transformación hacia la recuperación de un desarrollo social con bienestar.

En otras palabras, Zacatecas está en el filo de la navaja, en el umbral que tienen que hacerlo nueva y vigorosa etapa de cambio, de lo contrario, la caída al precipicio provocará un desastre que nadie quiere ver ni sentir, el peso de las crisis es abrumador, las evaluaciones están hechas y lo urgente es encarar ya los efectos y los daños a fin de evitar una complejidad social, el horizonte aparece sombrío, amenazante y urgen por soluciones reales, concretas, eficientes y eficaces. Nos queremos equivocar y no es necesario exagerar, las cosas como son, al pan pan y al vino vino, ni más ni menos que la veracidad, la realidad.

Está claro, los gobiernos no pueden solos, acertado que conduzcan bien las políticas económicas y de seguridad, y más prudente, oportuno y efectivo, que la sociedad a través de sus empresarios, organizaciones sociales y económicas tenga la libertad de contribuir y participar con audacia, con certidumbre, confianza y seguridad en las inversiones y los incentivos, gobernantes y gobernados se deben asumir como una fuerza colectiva bien cohesionada y decidida a revertir esta triste realidad. Porque ya no se vale tanto castigo a los zacatecanos, seis años sin crecimiento son una injusticia y es imperdonable que hayan jugado con la economía, inseguridad, hasta con los votos de la gente. Una mezcla muy peligrosa, casi a punto de estallar. ¿Se puede?

Duele aceptarlo, pero Zacatecas está en un desdibujamiento progresivo colocado en la cresta de La Bufa, entre dos vacíos igual de riesgosos, por un lado, la crisis económica en cero crecimiento y por el otro, la violencia sin contención y deveras, duele reconocerlo pero es la triste e innegable realidad, mientras los partidos y sus políticos se desgarran, se degradan y se aniquilan, hacen de la democracia un juego denigrante, indignante e intolerante.

Importa la capacidad para implementar políticas efectivas y exitosas para frenar esos flagelos que tienen empantanado al estado, porque la economía no solo está atorada, empequeñece más todavía y se siente dramáticamente por la pavorosa presión de los precios de los productos básicos a la alza, un panorama donde no caben optimismos oficiales, las cifras y los datos que no son los otros que tanto se pregonan, son los del INEGI y de la realidad que los desmienten y que pegan a los trabajadores, a las amas de casa que directamente sufren la embestida a sus bolsillos, a su mesa de alimentos para los hijos, la familia, porque tienen que comprar menos, y no para ahorrar, sino porque no les alcanza para más a lo apenas suficiente.

Cero crecimiento económico tuvo Zacatecas en el primer trimestre de este 2022, nos dice el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Al respecto, el líder de la Coparmex, Antonio Sánchez González, ratifica el escenario al señalar que el estado ha tenido una tasa de decrecimiento promedio de 0.5 por ciento desde 2016, la economía ha permanecido estancada desde hace seis años y la situación no cambiará si las políticas públicas siguen siendo las mismas. O sea, el marco económico valorativo es crítico y se requieren medidas razonables, sustentables, inmediatas, se exige urgentemente una aplicación racional de recursos, inversiones, incentivos, programas visionarios, progresistas y con expectativas reales de transformación hacia la recuperación de un desarrollo social con bienestar.

En otras palabras, Zacatecas está en el filo de la navaja, en el umbral que tienen que hacerlo nueva y vigorosa etapa de cambio, de lo contrario, la caída al precipicio provocará un desastre que nadie quiere ver ni sentir, el peso de las crisis es abrumador, las evaluaciones están hechas y lo urgente es encarar ya los efectos y los daños a fin de evitar una complejidad social, el horizonte aparece sombrío, amenazante y urgen por soluciones reales, concretas, eficientes y eficaces. Nos queremos equivocar y no es necesario exagerar, las cosas como son, al pan pan y al vino vino, ni más ni menos que la veracidad, la realidad.

Está claro, los gobiernos no pueden solos, acertado que conduzcan bien las políticas económicas y de seguridad, y más prudente, oportuno y efectivo, que la sociedad a través de sus empresarios, organizaciones sociales y económicas tenga la libertad de contribuir y participar con audacia, con certidumbre, confianza y seguridad en las inversiones y los incentivos, gobernantes y gobernados se deben asumir como una fuerza colectiva bien cohesionada y decidida a revertir esta triste realidad. Porque ya no se vale tanto castigo a los zacatecanos, seis años sin crecimiento son una injusticia y es imperdonable que hayan jugado con la economía, inseguridad, hasta con los votos de la gente. Una mezcla muy peligrosa, casi a punto de estallar. ¿Se puede?