/ viernes 30 de julio de 2021

Crónica del poder | Urgente recuperar la paz

Excepcionalmente Zacatecas aparece en las mañaneras presidenciales y cuando sucede es para exhibir sus tragedias y miserias, y la violencia que se ensaña es el caso. El lunes anterior el presidente Andrés Manuel López Obrador, reconoció una situación muy delicada, muy especial en violencia y homicidios en el estado y dijo además, que ya se atiende a Zacatecas, y de inmediato la gente acá, la que vive la realidad en Fresnillo, Valparaíso, Jerez, Pánuco, Calera, Guadalupe y Zacatecas Capital, ni lo percibe ni lo siente porque la situación crítica y extrema parece invariable e incontenible.

¿Qué ganamos con que el Presidente lo exponga ante los medios de comunicación? Los zacatecanos quieren escuchar expresiones alentadoras seguidas de las decisiones estratégicas más eficaces y dé resultados de acercamiento a las condiciones de tranquilidad y paz, de normalidad en las comunidades y municipios afectados.

Ha transcurrido otra semana de hechos violentos y mortales. Duele leerlo en los periódicos y leerlo o verlo en los medios electrónicos como una sucesión de sufrimientos inenarrables. Asesinan a 11 personas en Fresnillo y Guadalupe, entre ellas a dos niñas. Imagine usted el dramático cuadro, una madre asesinada abrazando a su hija de 4 años, también muerta. ¿ Acaso alguien se puede conmover ? Recordemos el reciente caso de Pánuco, muertas 8 personas y el milagro de encontrar a niñas y niños apartados del dantesco escenario. Son los huérfanos y huérfanas de la tragedia que van a vivir con las imborrables cicatrices mentales. Los daños son irreparables y aunque lo sean, son casos muy especiales que urgen ser atendidos por especialistas y también cubiertos con sentimientos humanitarios, de consuelo, de esperanza, de amor al prójimo, como así lo pregona el Presidente.

Cuatro cuerpos colgados de un árbol allá por San Cristóbal en Fresnillo; y así sucesivamente, uno tras otro los hechos sangrientos que detallan "esos otros datos" que López Obrador ya reconoce como realidades sobre Zacatecas y Sonora, en Guanajuato, Michoacán, Guerrero o Jalisco. Se incrementará la presencia de la Guardia Nacional, ofrece el Presidente como respuesta y dispone que 50 mil millones de pesos más se sumen al respaldo de esa fuerza de seguridad, para que sean reclutados más, se construyan más cuarteles y se adquieran equipos estratégicos. Está bien que reaccione con decisiones prontas que produzcan y reproduzcan alivio frente a tantos agravios, que extiendan confianza y esperanzas sobre la vuelta a la estabilidad social y que sean alejadas las amenazas de ingobernabilidad.

Hablando en plata, la impotencia del agonizante gobierno de Alejandro Tello es manifiesta, sin desconocer que nunca faltaron los reclamos que reiteradamente ha hecho al gobierno federal. Zacatecas hierve con miedo y con la señal de la cruz a los cuatro vientos, son las condiciones del legado que recibirá David Monreal, una situación de inseguridad que refleja la más severa y cruenta emergencia social. A la gente le consta que al nuevo gobernante le urge entrar pero ya a la batalla por la reconstrucción, la restauración de la normalidad con paz y tranquilidad. Para estos efectos de pacificación que los zacatecanos exigen, no hacen falta auditorías ni los

minuciosos estudios, la realidad está en el aire con acumulación de tragedias y la necesidad es asumirla de frente con estrategias más eficaces, operativos inteligentes que hagan sentir a la gente que es protegida, cuidada y defendida con todas las fuerzas institucionales. No más palabras, no más promesas, no más expresiones de lamento que en nada alivian ni cambian, la veracidad ha de ser una transformación hacia la tranquilidad y paz verdaderas.

Excepcionalmente Zacatecas aparece en las mañaneras presidenciales y cuando sucede es para exhibir sus tragedias y miserias, y la violencia que se ensaña es el caso. El lunes anterior el presidente Andrés Manuel López Obrador, reconoció una situación muy delicada, muy especial en violencia y homicidios en el estado y dijo además, que ya se atiende a Zacatecas, y de inmediato la gente acá, la que vive la realidad en Fresnillo, Valparaíso, Jerez, Pánuco, Calera, Guadalupe y Zacatecas Capital, ni lo percibe ni lo siente porque la situación crítica y extrema parece invariable e incontenible.

¿Qué ganamos con que el Presidente lo exponga ante los medios de comunicación? Los zacatecanos quieren escuchar expresiones alentadoras seguidas de las decisiones estratégicas más eficaces y dé resultados de acercamiento a las condiciones de tranquilidad y paz, de normalidad en las comunidades y municipios afectados.

Ha transcurrido otra semana de hechos violentos y mortales. Duele leerlo en los periódicos y leerlo o verlo en los medios electrónicos como una sucesión de sufrimientos inenarrables. Asesinan a 11 personas en Fresnillo y Guadalupe, entre ellas a dos niñas. Imagine usted el dramático cuadro, una madre asesinada abrazando a su hija de 4 años, también muerta. ¿ Acaso alguien se puede conmover ? Recordemos el reciente caso de Pánuco, muertas 8 personas y el milagro de encontrar a niñas y niños apartados del dantesco escenario. Son los huérfanos y huérfanas de la tragedia que van a vivir con las imborrables cicatrices mentales. Los daños son irreparables y aunque lo sean, son casos muy especiales que urgen ser atendidos por especialistas y también cubiertos con sentimientos humanitarios, de consuelo, de esperanza, de amor al prójimo, como así lo pregona el Presidente.

Cuatro cuerpos colgados de un árbol allá por San Cristóbal en Fresnillo; y así sucesivamente, uno tras otro los hechos sangrientos que detallan "esos otros datos" que López Obrador ya reconoce como realidades sobre Zacatecas y Sonora, en Guanajuato, Michoacán, Guerrero o Jalisco. Se incrementará la presencia de la Guardia Nacional, ofrece el Presidente como respuesta y dispone que 50 mil millones de pesos más se sumen al respaldo de esa fuerza de seguridad, para que sean reclutados más, se construyan más cuarteles y se adquieran equipos estratégicos. Está bien que reaccione con decisiones prontas que produzcan y reproduzcan alivio frente a tantos agravios, que extiendan confianza y esperanzas sobre la vuelta a la estabilidad social y que sean alejadas las amenazas de ingobernabilidad.

Hablando en plata, la impotencia del agonizante gobierno de Alejandro Tello es manifiesta, sin desconocer que nunca faltaron los reclamos que reiteradamente ha hecho al gobierno federal. Zacatecas hierve con miedo y con la señal de la cruz a los cuatro vientos, son las condiciones del legado que recibirá David Monreal, una situación de inseguridad que refleja la más severa y cruenta emergencia social. A la gente le consta que al nuevo gobernante le urge entrar pero ya a la batalla por la reconstrucción, la restauración de la normalidad con paz y tranquilidad. Para estos efectos de pacificación que los zacatecanos exigen, no hacen falta auditorías ni los

minuciosos estudios, la realidad está en el aire con acumulación de tragedias y la necesidad es asumirla de frente con estrategias más eficaces, operativos inteligentes que hagan sentir a la gente que es protegida, cuidada y defendida con todas las fuerzas institucionales. No más palabras, no más promesas, no más expresiones de lamento que en nada alivian ni cambian, la veracidad ha de ser una transformación hacia la tranquilidad y paz verdaderas.