Efectivamente, como así se ilustra en el trabajo periodístico de investigación publicado ayer en la sección nacional de nuestro periódico y con autoría del reportero Juan Castro, las finanzas públicas de los gobiernos estatales y municipales peligran debido a los recortes de hasta 30 por ciento de las participaciones que reciben por parte del gobierno federal, situación que se agrava por la pandemia, por la cual algunos estados dispusieron de recursos para apoyar a sectores productivos o condonaron impuestos, por lo que han visto mermada su recaudación fiscal.
Se puede asegurar que el peligro ya es latente, ya se sufre la precariedad presupuestal y con ello, la anulación de programas gubernamentales destinados a favorecer a los más jodidos y a las pequeñas empresas. El boquete que se ha provocado a Zacateca es por más de mil400 millones de pesos; a Michoacán, de MIL 234 millones; el Estado de México, por 4 mil millones; Sonora es de 4 mil 200; y así todos los estados sufren las de caín, se sacrifica a la periferia y se potencia al centro, una política equivocada que deriva en la fragilidad nacional por las tremendas carencias en los estados y municipios. Esto es, un Federalismo atroz, demencial, desmesurado, injusto e irracional, a cambio de un centralismo galopante sin la sensible distribución presupuestal equitativa y suficiente para apuntalar el desarrollo de los estados y las regiones del país. Sin esperanzas del progreso integral e integrador.
En la Confederación Nacional de Gobernadores tienen razón en protestar, lástima que lo hagan divididos por bloques, para impulsar un vigoroso debate que el Gobernador Alejandro Tello y su Secretario de Finanzas, Jorge Miranda, desde el año pasado abrieron ante el inicio de los recortes y relanzaron la propuesta de una revisión al Federalismo Mexicano. Y es que, las tribulaciones de los estados, no deben ser confundidas por la federación como vulgares lloriqueos, son y con sobrada razón, exigencias y reclamos de lo que merecen y que deben dárselos con equidad y justicia.
¿Dónde comienza y dónde termina lo federal? ¿Cómo se conjugan los esfuerzos de lo estatal y municipal con la federación? Está claro que el gobierno federal debe llegar con justicia y equidad a todos los horizontes y rincones del país, a través de un reparto o distribución de los recursos presupuestales, justo y suficiente. Y obvio, los ingresos propios y los derechos en los municipios, se han de sumar para que junto a lo federal, hagan posible, viable y eficaz un desarrollo equilibrado y estabilizador. Este es el sentido de la conjugación de los esfuerzos, esto debe ser el auténtico Federalismo.
Frente a esos desafíos y carencias
Hay hazañas administrativas y financieras que han de reconocerse, como el responsable proceder en el estado para impedir el colapso económico y mantener estabilidad y certidumbre. Como la ejemplar acción gubernamental de municipios como Fresnillo, donde el alcalde Saúl Monreal demuestra carácter político y calidad de gestión para alcanzar a consolidar más de mil obras en menos de dos años de gobierno, lo que no se ha hecho en 20 años; además de encarar con fuerza y extremas medidas la crisis provocada por la pandemia; reclamar a los gobiernos federal y estatal, comparezcan con mayores acciones estratégicas para reducir los índices de inseguridad y violencia; en esa ruta se mueven los municipios de la zona metropolitana, desde Guadalupe, Zacatecas Capital, Jerez, hasta Fresnillo. Óptimos esfuerzos.
