La frase “abrazos no balazos”, con la que el presidente Andrés Manuel López Obrador resume el cambio de estrategia en materia de seguridad ha sido fuertemente criticado, e incluso se ha considerado fracasado. Incluso esta semana un fragmento de la conferencia matutina de Palacio Nacional en la que el famoso periodista Jorge Ramos increpó al mandatario sobre la efectividad de su estrategia, a lo que AMLO respondió que, si bien detener los homicidios ha sido una tarea ardua con resultados positivos, aunque marginales, existen grandes diferencias en este rubro entre el viejo régimen y el nuevo gobierno.
No se puede dejar de mencionar que el secuestro disminuyó 34 por ciento en el primer cuatrimestre de 2021, y así como la tendencia a la baja de algunos delitos del fuero común, como lo es el robo, e incluso el homicidio, aunque sea sólo un 3 por ciento; además, la encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana en su edición de marzo de 2021 señaló que la percepción de la inseguridad pasó del 73.4 por ciento en el mismo periodo del año anterior, a 66.4 por ciento, siendo 17 las ciudades con mayores cambios estadísticos, 12 de ellas a la baja, y sólo 5 a la alza.
El caso de Zacatecas es especialmente complicado debido a su condición geográfica, como el camino natural del centro hacia el norte del país. Según el mapa del narcotráfico en México elaborado por Infobae con datos de la Unidad de Inteligencia Financiera, el estado es uno de los pocos con presencia significativa de más de tres cárteles, lo que explica en buena medida la intensidad de los enfrentamientos entre grupos criminales.
Por otro lado, uno de los temas inexorables de la agenda binacional México-Estados Unidos es sin duda el tráfico de armas, que es un tema pendiente luego de la pasada vista de la vicepresidenta y de las y los senadores norteamericanos a nuestro país. Recientemente se ha presentado un punto de acuerdo desde la Cámara Alta para solicitar a Sedena y al CNI la elaboración de un reporte sobre el tráfico ilícito de armas.
Y aunque es verdad que la violencia está lejos de desaparecer, no se pueden obviar los esfuerzos del gobierno federal por combatir la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades, especialmente entre la juventud, que además es el sector más discriminado en el mercado laboral, así como la creación y regulación de las tareas de la Guardia Nacional, cuya presencia contribuyó a que nuestra entidad saliera de la lista de los 5 estados con mayor incidencia de homicidios dolosos. Tal como la violencia de hoy es fruto podrido del viejo régimen, la semilla de esperanza que se ha sembrado en esta administración, para florecer plenamente, deberemos esperar al largo plazo.
