/ jueves 26 de noviembre de 2020

De generaciones sociales

Al parecer surgió con algunos sociólogos estadounidenses la perspicaz ocurrencia pedagógica de explicar ciertas características en la forma de ser, actuar y de pensar de la gente, referida a generaciones con cohortes de aproximadamente veinte años, sospechando los que proponen este novísimo método de entender los inentendibles entresijos de la mente humana, que ciertos hechos, circunstancias o acontecimientos que tienen lugar entre los cinco y los veinte años de edad, aproximadamente, determinan de manera fundamental y con cierta uniformidad los pilares sobre los que se construirá el andamiaje conductual de ciertas generaciones. La edad a la que se experimentan ciertos hechos es primordial, pues en la niñez y la adolescencia es cuando se forma el carácter y no es lo mismo una vivencia extrema en estas edades que en la madurez, cuando los rasgos esenciales del comportamiento están ya formados.

De esta suerte entendemos que las generaciones están constituidas por toda esa gente que vive más o menos al mismo tiempo y en las mismas edades, ciertos incidentes generales que impactan en la forma de ver al mundo. “Personas dentro de una población delimitada que experimentan los mismos acontecimientos importantes en un periodo de tiempo determinado”, escribió un estudioso sobre estos temas. En este contexto, es hasta de sentido común concluir que no tendrán el mismo carácter ni la misma forma de ser los que, por ejemplo, crecieron en Europa durante la segunda guerra mundial, que los actuales niños que desde que nacen sus padres les dan un teléfono inteligente o una tableta para que se entretengan y dejen de estar fregando (así se dice).

Y allí tenemos la lista de generaciones que van desde la llamada Generación Perdida, la Gran Generación, la Silenciosa, los Baby Boomers, la X, Y, Z y la contemporánea llamada Alpha, separadas estas por cronologías ya cósmicas en el devenir de las historias personales y sólo unidas por sucesos vividos de manera común. Y también aquí se anotan las caracterizaciones con líneas generales de una cultura de generaciones sociales: que si los Baby Boomers fueron los que se partieron la espalda para crear las comodidades de este globo terráqueo, que si son los ambiciosos, y que si los de la Generación X tienen una desmedida ambición por el éxito y si los de la Generación Z son unos irreverentes sin ambiciones, etcétera.

Con relación a lo anterior, y en atención a los encierros monacales que ya van para el año de duración, derivados de la pandemia que todos estamos sufriendo, preguntamos: ¿qué efectos tendrán estas reclusiones de cárcel impuestas sobre los actuales niños y adolescentes que las padecen? ¿qué consecuencias tendrá en las relaciones sociales la propaganda diaria machacada por todos los medios masivos de comunicación en el sentido de no saludar, no tocar, no acercarse a ser humano alguno, considerando al prójimo como un nido infecto de un virus mortal? ¿los abrazos, besos, caricias y hasta el acto de reproducción se realizarán en un futuro a través de medios electrónicos, experimentando con simuladores a distancia que se sincronizan entre dos personas para tal efecto?

Puede causar hilaridad lo mencionado, pero esta pandemia va a ser un acontecimiento que influirá en el carácter y ser de las generaciones en actual incubación.


Al parecer surgió con algunos sociólogos estadounidenses la perspicaz ocurrencia pedagógica de explicar ciertas características en la forma de ser, actuar y de pensar de la gente, referida a generaciones con cohortes de aproximadamente veinte años, sospechando los que proponen este novísimo método de entender los inentendibles entresijos de la mente humana, que ciertos hechos, circunstancias o acontecimientos que tienen lugar entre los cinco y los veinte años de edad, aproximadamente, determinan de manera fundamental y con cierta uniformidad los pilares sobre los que se construirá el andamiaje conductual de ciertas generaciones. La edad a la que se experimentan ciertos hechos es primordial, pues en la niñez y la adolescencia es cuando se forma el carácter y no es lo mismo una vivencia extrema en estas edades que en la madurez, cuando los rasgos esenciales del comportamiento están ya formados.

De esta suerte entendemos que las generaciones están constituidas por toda esa gente que vive más o menos al mismo tiempo y en las mismas edades, ciertos incidentes generales que impactan en la forma de ver al mundo. “Personas dentro de una población delimitada que experimentan los mismos acontecimientos importantes en un periodo de tiempo determinado”, escribió un estudioso sobre estos temas. En este contexto, es hasta de sentido común concluir que no tendrán el mismo carácter ni la misma forma de ser los que, por ejemplo, crecieron en Europa durante la segunda guerra mundial, que los actuales niños que desde que nacen sus padres les dan un teléfono inteligente o una tableta para que se entretengan y dejen de estar fregando (así se dice).

Y allí tenemos la lista de generaciones que van desde la llamada Generación Perdida, la Gran Generación, la Silenciosa, los Baby Boomers, la X, Y, Z y la contemporánea llamada Alpha, separadas estas por cronologías ya cósmicas en el devenir de las historias personales y sólo unidas por sucesos vividos de manera común. Y también aquí se anotan las caracterizaciones con líneas generales de una cultura de generaciones sociales: que si los Baby Boomers fueron los que se partieron la espalda para crear las comodidades de este globo terráqueo, que si son los ambiciosos, y que si los de la Generación X tienen una desmedida ambición por el éxito y si los de la Generación Z son unos irreverentes sin ambiciones, etcétera.

Con relación a lo anterior, y en atención a los encierros monacales que ya van para el año de duración, derivados de la pandemia que todos estamos sufriendo, preguntamos: ¿qué efectos tendrán estas reclusiones de cárcel impuestas sobre los actuales niños y adolescentes que las padecen? ¿qué consecuencias tendrá en las relaciones sociales la propaganda diaria machacada por todos los medios masivos de comunicación en el sentido de no saludar, no tocar, no acercarse a ser humano alguno, considerando al prójimo como un nido infecto de un virus mortal? ¿los abrazos, besos, caricias y hasta el acto de reproducción se realizarán en un futuro a través de medios electrónicos, experimentando con simuladores a distancia que se sincronizan entre dos personas para tal efecto?

Puede causar hilaridad lo mencionado, pero esta pandemia va a ser un acontecimiento que influirá en el carácter y ser de las generaciones en actual incubación.