El gobierno cubano anunció una nueva Constitución. Se discutió los días 21, 22 y 23 de julio. Nadie espera que el dócil Parlamento, compuesto por 605 asambleístas asombrosamente afinados, genere la menor disonancia.
Reintroducen el cargo de primer ministro. El presidente representará al Estado. Habrá vicepresidente. El primer ministro se encargará de la gerencia del gobierno y del control del Consejo de Ministros. Ninguno de esos mandos será por voto directo. Dentro del parlamento, otro órgano mucho más reducido y manejable, el Consejo de Estado, será el que propondrá a los “compañeros” idóneos. El objetivo es restarle autoridad al presidente.
Pero el elemento más importante, que tratan de pasar de contrabando, es la incorporación de un inquietante Consejo de Defensa Nacional, del que se afirma que es “un órgano superior del Estado que dirige al país durante las situaciones excepcionales y de desastre”.
El Partido Comunista conserva su carácter de fuerza hegemónica y centro único de iniciativas. ¡Qué ha cambiado en Cuba?