/ lunes 6 de diciembre de 2021

Deseable convivencia política

Los ciudadanos somos testigos de una guerra intensa y muy crítica de opositores a la gestión del Presidente de la República, dicha guerra está basada en redes sociales y medios de comunicación tanto impresos como audiovisuales, pero también existe la contraparte y muy fuerte que seguidores y simpatizantes de AMLO hacen contra los primeros.

Ambas corrientes políticas tienen bien pensados métodos de ataque al adversario que van desde lo chusco hasta lo fuerte, pero con odio y fanatismo.

Más allá del objetivo y de las formas emerge la interrogante en estos momentos de qué es lo importante para México, conciliar o separarnos. Sin lugar a dudas es más importante la construcción de un país con visión orientada en: 1) las personas en condiciones socioeconómicas desfavorables y en menor medida a empresarios poderosos; 2) en lo local y no pensado desde el extranjero; 3) una visión generada y puesta en marcha por la gente que conoce su situación (endógenas) y no de centros económicos internacionales (exógena). Es preciso homologar hasta donde sean posible las diversas visiones de país. La toma de decisiones empresariales y gubernamentales ya no solo sean para cuidar y proteger al gran capital nacional y extranjero según el modelo económico neoliberal ocasionando que uno de cada dos mexicanos viva en pobreza y miseria; el cambio es diseñar e implementar políticas públicas para el desarrollo humano sustentable pensado más en “los de abajo” y menos en la alta clase social y élites.

La clase política mexicana, tanto la anteriormente favorecida y como la actual, tiene diferentes intereses y concepto de gobernanza y gobernabilidad. Una se resiste a ceder o en su caso perder lo que ha logrado tanto en lo económico como político, la otra se muestra ansiosa de ejercer el poder gubernamental pero proviene de una izquierda electorera y un porcentaje elevado de actuales funcionarios no han logrado aprender con la rapidez y eficiencia requerida por las condiciones nacionales.

Esta pugna política y gubernamental entre lo que se va y lo que llega es un proceso dinámico y natural en cualquier sociedad democrática donde existe nueva correlación de fuerzas. Puede ser benéfico para el ciudadano al establecer una nueva estructura de equilibrio de fuerzas y generar una sola resultante de tipo positiva y no negativa. Los ciudadanos deseamos acuerdos de sana armonía y visión compartida de gobernanza para el desarrollo integral mexicano.

Los ciudadanos somos testigos de una guerra intensa y muy crítica de opositores a la gestión del Presidente de la República, dicha guerra está basada en redes sociales y medios de comunicación tanto impresos como audiovisuales, pero también existe la contraparte y muy fuerte que seguidores y simpatizantes de AMLO hacen contra los primeros.

Ambas corrientes políticas tienen bien pensados métodos de ataque al adversario que van desde lo chusco hasta lo fuerte, pero con odio y fanatismo.

Más allá del objetivo y de las formas emerge la interrogante en estos momentos de qué es lo importante para México, conciliar o separarnos. Sin lugar a dudas es más importante la construcción de un país con visión orientada en: 1) las personas en condiciones socioeconómicas desfavorables y en menor medida a empresarios poderosos; 2) en lo local y no pensado desde el extranjero; 3) una visión generada y puesta en marcha por la gente que conoce su situación (endógenas) y no de centros económicos internacionales (exógena). Es preciso homologar hasta donde sean posible las diversas visiones de país. La toma de decisiones empresariales y gubernamentales ya no solo sean para cuidar y proteger al gran capital nacional y extranjero según el modelo económico neoliberal ocasionando que uno de cada dos mexicanos viva en pobreza y miseria; el cambio es diseñar e implementar políticas públicas para el desarrollo humano sustentable pensado más en “los de abajo” y menos en la alta clase social y élites.

La clase política mexicana, tanto la anteriormente favorecida y como la actual, tiene diferentes intereses y concepto de gobernanza y gobernabilidad. Una se resiste a ceder o en su caso perder lo que ha logrado tanto en lo económico como político, la otra se muestra ansiosa de ejercer el poder gubernamental pero proviene de una izquierda electorera y un porcentaje elevado de actuales funcionarios no han logrado aprender con la rapidez y eficiencia requerida por las condiciones nacionales.

Esta pugna política y gubernamental entre lo que se va y lo que llega es un proceso dinámico y natural en cualquier sociedad democrática donde existe nueva correlación de fuerzas. Puede ser benéfico para el ciudadano al establecer una nueva estructura de equilibrio de fuerzas y generar una sola resultante de tipo positiva y no negativa. Los ciudadanos deseamos acuerdos de sana armonía y visión compartida de gobernanza para el desarrollo integral mexicano.