/ martes 9 de junio de 2020

Dilemas frente a la Covid-19

Nos enfrentamos a tiempos difíciles, la denominada nueva realidad o nueva normalidad fue mal interpretada o mal entendida por muchos, a la realización de esta columna de opinión (realizada en lunes por la mañana) y publicada hoy martes en este importante diario en El Sol de Zacatecas, nuestra entidad federativa está por presentar los 400 casos de contagio.

Con asombro, pero también con tristeza nos damos cuenta que para muchos el confinamiento terminó, en distintos recorridos nos damos cuenta que muchos no se han tomado en serio la amenaza que representa el letal virus, las autoridades gubernamentales tanto federales como estatales y hasta municipales nos han informado hasta el cansancio las medidas de prevención para evitar la propagación del virus. Pero simplemente no hacemos, ni hicimos caso.

Tan simple como analizar cualquier vialidad, unos se cuidan, otros no, muchos con cubre bocas, otros no. Vemos situaciones inéditas, la economía en picada vemos toda clase de músicos y bandas pidiendo algún apoyo en los diferentes semáforos de la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe. Vendedores que hicieron su agosto con la venta de cubre bocas de todo tipo, sencillos hasta reforzados que vayamos a saber si efectivamente cumplen o no con los estándares de calidad para evitar el contagio.

¿Qué más queremos para entender que nos ira mal? Las autoridades en Zacatecas han informado que la capacidad hospitalaria está a 20%, se vive el pico máximo de contagios, ahora si se supone el definitivo pues esto nos están diciendo desde abril, y con el regreso a la nueva normalidad, muchos comercios volvieron a la reapertura cuando la mayoría de las veces la sociedad no está a la altura de cumplir con las medidas de prevención socializadas durante esta emergencia sanitaria. No olvidemos el postulado de que “la economía se recupera, los muertos, no”, y poco a poco tenemos el restablecimiento de la economía, aunque no de los debidos cuidados de prevención, simplemente las personas se relajaron y a muchos no les importa, es la verdad. Las medidas de aislamiento impuestas en la mayoría de los países del mundo auguran una recesión, van acortando la vida, dicen especialistas, muchos de los cuales forman parte del mismo grupo vulnerable al covid-19.

Los signos son claros y no hacemos caso, ojalá no lleguemos a creer cuando nos toque en carne propia, o a un familiar cercano o conocido, que en éste último caso es lo más común.

Poco a poco se regresa la vida cotidiana, se le llama nueva normalidad, un virus que trastocó nuestra forma de ver e interactuar con nuestro entorno y nuestros semejantes, de mantener contacto con nuestros seres queridos, de mantener contacto por el simple gusto de hacerlo. Estamos en una situación en la que en cuanto a la covid-19 no todo está dicho, a diario se dice, se escribe o se descubren aspectos o situaciones de las cuales no hay respuestas correctas, se aspira a buscar la mejor opción al caso que nos ocupa, y esto termina en un dilema, como hombre de fe espero que Dios y nuestra fe nos ayuden, como hombre de ciencia espero que por la razón y por parte de las autoridades en aras del bien colectivo se endurezcan las medidas de prevención, de lo contrario tendremos escenarios catastróficos y ya los tenemos visualizados.

Nos enfrentamos a tiempos difíciles, la denominada nueva realidad o nueva normalidad fue mal interpretada o mal entendida por muchos, a la realización de esta columna de opinión (realizada en lunes por la mañana) y publicada hoy martes en este importante diario en El Sol de Zacatecas, nuestra entidad federativa está por presentar los 400 casos de contagio.

Con asombro, pero también con tristeza nos damos cuenta que para muchos el confinamiento terminó, en distintos recorridos nos damos cuenta que muchos no se han tomado en serio la amenaza que representa el letal virus, las autoridades gubernamentales tanto federales como estatales y hasta municipales nos han informado hasta el cansancio las medidas de prevención para evitar la propagación del virus. Pero simplemente no hacemos, ni hicimos caso.

Tan simple como analizar cualquier vialidad, unos se cuidan, otros no, muchos con cubre bocas, otros no. Vemos situaciones inéditas, la economía en picada vemos toda clase de músicos y bandas pidiendo algún apoyo en los diferentes semáforos de la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe. Vendedores que hicieron su agosto con la venta de cubre bocas de todo tipo, sencillos hasta reforzados que vayamos a saber si efectivamente cumplen o no con los estándares de calidad para evitar el contagio.

¿Qué más queremos para entender que nos ira mal? Las autoridades en Zacatecas han informado que la capacidad hospitalaria está a 20%, se vive el pico máximo de contagios, ahora si se supone el definitivo pues esto nos están diciendo desde abril, y con el regreso a la nueva normalidad, muchos comercios volvieron a la reapertura cuando la mayoría de las veces la sociedad no está a la altura de cumplir con las medidas de prevención socializadas durante esta emergencia sanitaria. No olvidemos el postulado de que “la economía se recupera, los muertos, no”, y poco a poco tenemos el restablecimiento de la economía, aunque no de los debidos cuidados de prevención, simplemente las personas se relajaron y a muchos no les importa, es la verdad. Las medidas de aislamiento impuestas en la mayoría de los países del mundo auguran una recesión, van acortando la vida, dicen especialistas, muchos de los cuales forman parte del mismo grupo vulnerable al covid-19.

Los signos son claros y no hacemos caso, ojalá no lleguemos a creer cuando nos toque en carne propia, o a un familiar cercano o conocido, que en éste último caso es lo más común.

Poco a poco se regresa la vida cotidiana, se le llama nueva normalidad, un virus que trastocó nuestra forma de ver e interactuar con nuestro entorno y nuestros semejantes, de mantener contacto con nuestros seres queridos, de mantener contacto por el simple gusto de hacerlo. Estamos en una situación en la que en cuanto a la covid-19 no todo está dicho, a diario se dice, se escribe o se descubren aspectos o situaciones de las cuales no hay respuestas correctas, se aspira a buscar la mejor opción al caso que nos ocupa, y esto termina en un dilema, como hombre de fe espero que Dios y nuestra fe nos ayuden, como hombre de ciencia espero que por la razón y por parte de las autoridades en aras del bien colectivo se endurezcan las medidas de prevención, de lo contrario tendremos escenarios catastróficos y ya los tenemos visualizados.