Al mes de agosto del 2021 la deuda pública del Gobierno de Zacatecas llegaba a los 7 mil 800 millones de pesos, que colocaba a la entidad en quinto lugar de las entidades que más redujeron su nivel de endeudamiento en términos reales.
Lo que coloca en una perspectiva estable a Zacatecas, que durante los últimos ocho meses sufrió el embate de la crisis financiera, pero que ahora se perfila a salir del hoyo negro y establecer una perspectiva más que favorable para la inversión directa.
Al día de hoy, la deuda pública, de acuerdo con el análisis hecho por el Banco de México y la Secretaría de Hacienda, es de 7 mil 206 millones de pesos, lo que quiere decir, que en los últimos nueve meses, se ha disminuido en 506 millones en términos reales, lo que perfila un cierre del primer año del gobierno, con una disminución que podría alcanzar los 800 millones de pesos, que para una entidad como Zacatecas, son un enorme respiro.
La buena gestión de la actual administración, encabezada por Ricardo Olivares Sánchez, aunque no exenta de doloras medidas que ya hemos comentado en otro momento, abre una ventana de esperanza para cambiar la calidad crediticia del estado y colocarla en categorías que indiquen una alta calidad y que el gobierno mantiene un bajo riesgo, por lo que el horizonte se abre de manera positiva.
Aunque el nivel de endeudamiento, especialmente heredado del gobierno de Miguel Alonso Reyes, aumentó de manera importante, hoy por hoy, lo cierto es que Zacatecas ya no se encuentra en una crisis de deuda pública.
El superávit primario que reduce el nivel de endeudamiento se encuentra por arriba del observado en los últimos diez años, por lo que se abre un panorama alentador, habida cuenta que para lograr reducir aún más los niveles de deuda pública como porcentaje del PIB, debe haber una recuperación vigorosa, un fortalecimiento de los ingresos públicos y un proceso de consolidación fiscal que implique la disminución del endeudamiento.
Hoy se observa una estabilidad financiera debido a que se paga menos por el concepto de intereses de la deuda y genera con ello una mayor ingreso a las finanzas estatales, lo que abren una enorme ventana de posibilidades de que al cierre del ejercicio en el mes de diciembre, haya un nivel de ingresos superior a los dos mil millones de pesos, que tendrán que redundar en gasto público y en políticas de inversión que detonen la economía.
La mayor recaudación por todos los conceptos, la austeridad y la eficiencia en el gasto público deben dar certeza de que en el segundo año de gobierno, tienen que venir las grandes obras y las grandes inversiones. Ojalá valga la pena.
