/ jueves 6 de junio de 2019

Educación vial…urge

Una adecuada educación vial permite tener seguridad entre la población y los automovilistas. Es una tarea que no solo corresponde a las autoridades, también se requiere de la participación decidida de la ciudananía. No obstante existen reglas y normativa en éste ámbito, las cuales deben ser comprensibles, también se requiere mayor voluntad para evitar los factores de riesgo.

La ciudad de Zacatecas y su zona conurbada, presenta un gran número de accidentes de tránsito. Varios de los casos son por no utilizar los puentes peatonales, la falta de atención en zonas de semáforos, querer ganar el paso del tren, no disminuir la velocidad cuando llueve, manejar bajo el efecto de drogas o alcohol, falta de adecuada distancia entre los autos, no respetar el ceder el paso a un auto, entre otros.

La políticas públicas en materia de seguridad y educación seguridad vial deben fortalecerse, buscando los mecanismos que permitan a la población tener en sus manos la legislación que unifique pautas de comportamiento, que tenga capacidad de adaptación ante lo que es una realidad en cambio constante, que sea conocida y comprendida por todos los ciudadanos.

En este contexto, la autoridad en la materia debe trabajar para contribuir con su tarea diaria a lograr una conducción segura a través del respeto a la normativa vigente, evitando así los principales problemas y riesgos que rodean la circulación.

Pero es también responsabilidad de los ciudadanos asumir la necesidad de respeto a la Ley, a través de tener un conocimiento amplio y preciso de los factores de riesgo que afectan al tráfico, actuar a partir de una educación vial sólida y responsable. Mediante el concierto de todos, podemos conseguir un tráfico más seguro.

La seguridad vial consiste en la prevención de accidentes de tránsito o la minimización de sus efectos, especialmente para la vida y la salud de las personas, cuando tuviera lugar un hecho no deseado de tránsito. También se refiere a las tecnologías empleadas para dicho fin en cualquier vehículo de transporte (camiones, automóvil, motocicleta y bicicleta).

Las normas reguladoras de tránsito y la responsabilidad de los usuarios de la vía pública componen el principal punto en la seguridad víal. Sin una organización por parte del estado y sin la moderación de las conductas humanas (particulares o colectivas) no es posible lograr un óptimo resultado.

Con voluntad todo se puede. Basta transitar el “Complejo Vial Quebradilla”, donde no existe el ceder el paso a un vehículo, lo que ocasiona largas filas de autos con la molestia que esto implica, Si todos los que circulamos por esta arteria de la capital cedemos el paso a un vehículo, se tendrá fluidez en el tránsito.

La suma de esfuerzos permitirá la disminución de accidentes entre autos o con peatones. El hecho de tener un comportamiento adecuado como peatón en el uso de las vías públicas y los automovilistas respetando la velocidad, los semáforos, se logrará una convivencia más sana a nivel colectivo.

Una adecuada educación vial permite tener seguridad entre la población y los automovilistas. Es una tarea que no solo corresponde a las autoridades, también se requiere de la participación decidida de la ciudananía. No obstante existen reglas y normativa en éste ámbito, las cuales deben ser comprensibles, también se requiere mayor voluntad para evitar los factores de riesgo.

La ciudad de Zacatecas y su zona conurbada, presenta un gran número de accidentes de tránsito. Varios de los casos son por no utilizar los puentes peatonales, la falta de atención en zonas de semáforos, querer ganar el paso del tren, no disminuir la velocidad cuando llueve, manejar bajo el efecto de drogas o alcohol, falta de adecuada distancia entre los autos, no respetar el ceder el paso a un auto, entre otros.

La políticas públicas en materia de seguridad y educación seguridad vial deben fortalecerse, buscando los mecanismos que permitan a la población tener en sus manos la legislación que unifique pautas de comportamiento, que tenga capacidad de adaptación ante lo que es una realidad en cambio constante, que sea conocida y comprendida por todos los ciudadanos.

En este contexto, la autoridad en la materia debe trabajar para contribuir con su tarea diaria a lograr una conducción segura a través del respeto a la normativa vigente, evitando así los principales problemas y riesgos que rodean la circulación.

Pero es también responsabilidad de los ciudadanos asumir la necesidad de respeto a la Ley, a través de tener un conocimiento amplio y preciso de los factores de riesgo que afectan al tráfico, actuar a partir de una educación vial sólida y responsable. Mediante el concierto de todos, podemos conseguir un tráfico más seguro.

La seguridad vial consiste en la prevención de accidentes de tránsito o la minimización de sus efectos, especialmente para la vida y la salud de las personas, cuando tuviera lugar un hecho no deseado de tránsito. También se refiere a las tecnologías empleadas para dicho fin en cualquier vehículo de transporte (camiones, automóvil, motocicleta y bicicleta).

Las normas reguladoras de tránsito y la responsabilidad de los usuarios de la vía pública componen el principal punto en la seguridad víal. Sin una organización por parte del estado y sin la moderación de las conductas humanas (particulares o colectivas) no es posible lograr un óptimo resultado.

Con voluntad todo se puede. Basta transitar el “Complejo Vial Quebradilla”, donde no existe el ceder el paso a un vehículo, lo que ocasiona largas filas de autos con la molestia que esto implica, Si todos los que circulamos por esta arteria de la capital cedemos el paso a un vehículo, se tendrá fluidez en el tránsito.

La suma de esfuerzos permitirá la disminución de accidentes entre autos o con peatones. El hecho de tener un comportamiento adecuado como peatón en el uso de las vías públicas y los automovilistas respetando la velocidad, los semáforos, se logrará una convivencia más sana a nivel colectivo.