Juan tiene dolores de cabeza recurrentes por este motivo usa de manera habitual analgésicos como parecetamol, diclofenaco, ácido acetil salicílico, etc.
Él cree que el uso indiscriminado de estos medicamentos solo le causará gastritis, pero está equivocado.
Aparte de esto, le genera múltiples problemas que no toma en cuenta, uno de ellos, está relacionado con los últimos estudios en la Universidad de Viena, donde analizan y relacionan el uso de analgésicos con la disminución en la empatía hacia otras personas.
Esto es que los neuropsicólogos revisan que cuando tomamos analgésicos y disminuimos el dolor en alguna parte de nuestro cuerpo, también estamos disminuyendo nuestra sensibilidad al dolor de nosotros y la empatía hacia el dolor de otras personas.
Esta disminución en la empatía al dolor de otra persona altera nuestra capacidad emocional, siendo esta última necesaria para relacionarnos día con día con otras personas, haciéndonos seres menos sensibles al dolor ajeno. Menos compasivos.
Por eso es importante valorar el buen uso de los analgésicos y aunque sean de libre venta no abusar de ellos, ya que todos tienen efectos secundarios que eventualmente no tenemos en cuenta.