/ jueves 12 de mayo de 2022

El enredo de la L12

Ya todos sabemos el enredo que se traen con los peritajes emitidos por una empresa europea relativo a las causas del colapso de la llamada Línea Dorada del Metro en la Novísima Ciudad de México y que ocasionara múltiples decesos, lesiones, daños materiales y los más tormentosos dolores de cabeza a la clase política que gobierna por aquéllos andurriales de cemento. Y más concretamente, los cuestionamientos vienen en relación con la credibilidad o no de dicho dictamen que, dicho sea de paso, en un incio se calificó a ésta consultora como una de las “más prestigiadas y capaces a nivel del universo circundante”, etcétera.

Pues bien, para entender algunas de las interrogantes mundanas que puedan plantear las conclusiones aludidas, le pasaremos el micrófono a un experto consultado sobre el tema, que valga decir, es un perito conocido y reconocido en el ámbito de los estudios que se hacen para que los jueces competentes, que conocen casos de daños o ilícitos causados con motivo del derrumbe de estructuras de construcción, puedan apoyar su criterio y decidir la culpabilidad o inocencia de implicados sometidos a su legal potestad. El nombre del susodicho, por razones más que obvias, se omitirá, y, en todo caso, también adelantamos que las ideas aquí contenidas no tienen por objeto abonar a las descalificaciones casi unánimente ya hechas a las probables responsabilidades atribuídas a aquélla clase política mencionada de aquéllos lejanos lugares, sino, más bien, como en casi todas las intenciones de estas líneas en estos espacios periodísticos, tienen por razón última abonar solamente a la comprensión terrenal de asuntos del suyo muy superiores a estos escasos entendimientos.

Aclarado sea lo anterior, los párrafos que vienen son un resumen de lo manifestado en una plática de sobremesa, donde el calor y los digestivos comienzan a hacer estragos en la prudencia que siempre es necesario observar, en todo tiempo, en todo lugar:

Para comenzar diremos que en toda construcción, y para efectos de realizar un estudio sobre las probables causas de responsabildidad cuando existe alguna falla humana en esa edificación, así dea de una choza, de un inmueble de diez pisos, o de una obra como la del Metro de cualquier lugar, habrá de dividirla en cuatro etapas o fases: 1) el diseño, 2) la construcción o ejecución de obra propiamente dicha, 3) la supervisión de esa ejecución, y finalmente, 4) la inspección y mantenimiento con el paso del tiempo.

En la primer etapa, el diseño, los planos, la idea, se debe tomar en cuenta los avances de la ciencia y la técnica, por ejemplo, saber que a un edificio de cien pisos, qué tipo de cimentación debe llevar, la calidad de los materiales, del cemento, del acero, el grosor y resistencia de los pilares, y cientos de etcéteras más que un experto debe considerar. Pero la cosa no termina allí, pues cuando se ejecuta la obra, los constructores se deben ceñir a ese diseño, por ejemplo, si se determinó que se requieren vigas de un grosor de 30 centímetros con cierto tipo de acero, eso se debe hacer exactamente, pues luego encontramos que por ahorrarse dinero o robar a los propietarios, a veces se utilizan materiales o especificaciones de menor calidad, y, allí tenemos, como resultado que a veces se derrumban las casas o departamentos porque no se ciñeron a las especificaciones del diseño. Concomitante con esto, cuando se ejecuta la construcción, se debe contratar a personas expertas que supervisen, precisamente, que la construcción se está ajustando a lo diseñado, y, en su caso, reportar cualquier incidente relativo. Finalmente, cuando la obra se termina y se pone en funcionamiento, hay que realizar inspecciones periódicas y dar el mantenimiento preventivo y correctivo necesario, y la la temporalidad y el tipo de mantenimiento vienen determinados por la naturaleza de la obra en cuestión, por ejemplo, en obras como los de transporte público masivo de trenes, las inspecciones deben ser frecuentes y los mantenimientos suficientes y adecuados, para evitar tragedias, y de todo esto ya hay hasta manuales, recomendaciones y estándares a nivel internacional.

En el caso de la Línea 12 del Metro aludida, el peritaje emitido por la consultora noruega DNV apunta a que hubo errores fundamentales que causaron el colapso tanto en el diseño, la construcción, la supervisión, la inspección y el mantenimiento respectivos, es decir, en todas las fases aludidas, toda una tragedia para cualquier efecto subsecuente.

Ya todos sabemos el enredo que se traen con los peritajes emitidos por una empresa europea relativo a las causas del colapso de la llamada Línea Dorada del Metro en la Novísima Ciudad de México y que ocasionara múltiples decesos, lesiones, daños materiales y los más tormentosos dolores de cabeza a la clase política que gobierna por aquéllos andurriales de cemento. Y más concretamente, los cuestionamientos vienen en relación con la credibilidad o no de dicho dictamen que, dicho sea de paso, en un incio se calificó a ésta consultora como una de las “más prestigiadas y capaces a nivel del universo circundante”, etcétera.

Pues bien, para entender algunas de las interrogantes mundanas que puedan plantear las conclusiones aludidas, le pasaremos el micrófono a un experto consultado sobre el tema, que valga decir, es un perito conocido y reconocido en el ámbito de los estudios que se hacen para que los jueces competentes, que conocen casos de daños o ilícitos causados con motivo del derrumbe de estructuras de construcción, puedan apoyar su criterio y decidir la culpabilidad o inocencia de implicados sometidos a su legal potestad. El nombre del susodicho, por razones más que obvias, se omitirá, y, en todo caso, también adelantamos que las ideas aquí contenidas no tienen por objeto abonar a las descalificaciones casi unánimente ya hechas a las probables responsabilidades atribuídas a aquélla clase política mencionada de aquéllos lejanos lugares, sino, más bien, como en casi todas las intenciones de estas líneas en estos espacios periodísticos, tienen por razón última abonar solamente a la comprensión terrenal de asuntos del suyo muy superiores a estos escasos entendimientos.

Aclarado sea lo anterior, los párrafos que vienen son un resumen de lo manifestado en una plática de sobremesa, donde el calor y los digestivos comienzan a hacer estragos en la prudencia que siempre es necesario observar, en todo tiempo, en todo lugar:

Para comenzar diremos que en toda construcción, y para efectos de realizar un estudio sobre las probables causas de responsabildidad cuando existe alguna falla humana en esa edificación, así dea de una choza, de un inmueble de diez pisos, o de una obra como la del Metro de cualquier lugar, habrá de dividirla en cuatro etapas o fases: 1) el diseño, 2) la construcción o ejecución de obra propiamente dicha, 3) la supervisión de esa ejecución, y finalmente, 4) la inspección y mantenimiento con el paso del tiempo.

En la primer etapa, el diseño, los planos, la idea, se debe tomar en cuenta los avances de la ciencia y la técnica, por ejemplo, saber que a un edificio de cien pisos, qué tipo de cimentación debe llevar, la calidad de los materiales, del cemento, del acero, el grosor y resistencia de los pilares, y cientos de etcéteras más que un experto debe considerar. Pero la cosa no termina allí, pues cuando se ejecuta la obra, los constructores se deben ceñir a ese diseño, por ejemplo, si se determinó que se requieren vigas de un grosor de 30 centímetros con cierto tipo de acero, eso se debe hacer exactamente, pues luego encontramos que por ahorrarse dinero o robar a los propietarios, a veces se utilizan materiales o especificaciones de menor calidad, y, allí tenemos, como resultado que a veces se derrumban las casas o departamentos porque no se ciñeron a las especificaciones del diseño. Concomitante con esto, cuando se ejecuta la construcción, se debe contratar a personas expertas que supervisen, precisamente, que la construcción se está ajustando a lo diseñado, y, en su caso, reportar cualquier incidente relativo. Finalmente, cuando la obra se termina y se pone en funcionamiento, hay que realizar inspecciones periódicas y dar el mantenimiento preventivo y correctivo necesario, y la la temporalidad y el tipo de mantenimiento vienen determinados por la naturaleza de la obra en cuestión, por ejemplo, en obras como los de transporte público masivo de trenes, las inspecciones deben ser frecuentes y los mantenimientos suficientes y adecuados, para evitar tragedias, y de todo esto ya hay hasta manuales, recomendaciones y estándares a nivel internacional.

En el caso de la Línea 12 del Metro aludida, el peritaje emitido por la consultora noruega DNV apunta a que hubo errores fundamentales que causaron el colapso tanto en el diseño, la construcción, la supervisión, la inspección y el mantenimiento respectivos, es decir, en todas las fases aludidas, toda una tragedia para cualquier efecto subsecuente.