Más preguntas que respuestas…
Del debate de ayer (entre paréntesis) me quedo con el innovador formato que aportó algo mejor que los pasados. Me quedo con la cartera (es ironía) que cuidó el candidato puntero y, por supuesto, me quedo con más preguntas y respuestas sobre las propuestas de quienes aspiran dirigir a México.
Los moderadores bien.
LEÓN KRAUZE y YURIRIA SIERRA hicieron su chamba, creo, mucho mejor que los del primer debate de aquel lejano 22 de abril. ¿Quién ganó?, en mi opinión, ninguno, porque escuchamos más de lo mismo: los ataques y trivialidades de siempre no faltaron.
Hay que decirlo.
ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR se quedará al frente de las encuestas, creo; RICARDO ANAYA CORTÉS seguirá en segundo y, JOSÉ ANTONIO MEADE KURIBREÑA tendrá que permanecer donde está, al igual que JAIME RODRÍGUEZ CALDERÓN “El Bronco”.
Es mi opinión.
Los indecisos seguirán indecisos…
También creo que el segmento de indecisos seguirá indeciso y tendrán un mes o menos, para abandonar dicho segmento.
Habrá que estar al pendiente.
El más optimista de los escenarios dirá en los días venideros que fue un buen debate o bien, que AMLO consolidará como el puntero de las encuestas.
No se moverá mucho el tema.
En cambio, el más pesimista, consignará que los cuatros candidatos quedaron a deber las propuestas serias. Tal vez más, LÓPEZ OBRADOR.
No adelantemos vísperas.
40 días…
Así las cosas, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, luego de asegurar su cartera cuando se le acercó el candidato frentista, dijo, al país que sonrían, que el cambio se acerca, que ya falta menos. Definitivamente, no ganó el debate.
Así cerró.
RICARDO ANAYA CORTÉS insistió en llevar a México a mejores niveles, bajo una visión de futuro. Atacó y fue atacado. Buen orador, pero tampoco ofreció nada nuevo de lo que se conoce.
Era previsible.
JOSÉ ANTONIO MEADE KURIBREÑA se le vio más seguro, vamos a ver hasta dónde le alcanza. Creo que ya es tarde.
Esperemos. Serénense.
Y ya de salida…
Y bueno, JAIME RODRÍGUEZ CALDERÓN “El Bronco” siguió con en su plan de bufón. Lo que sí, le puso el humor al segundo debate, pero no le dará nada. Y nada es nada.
Hasta mañana.
