México conmemora el 18 de marzo los 80 años de la expropiación petrolera con un acto encabezado por el presidente EPN y sus principales colaboradores entre los que destacarán desde luego el secretario de energía, el director de PEMEX y el líder de los petroleros.
Todos los asistentes son cortados de la misma tijera, políticos de renombre con tintes de demócratas y defensores del petróleo mexicano. Sin embargo serán los que han entregado de manera burda y descarada uno de los principales recursos naturales que aún tiene el subsuelo mexicano como lo es el petróleo.
Se rasgarán las vestiduras defendiendo a capa y espada una reforma energética que tiene como principal soporte entregar a las empresas extranjeras el recurso natural que tanto defendió en su momento el General Lázaro Cárdenas en 1938.
Cuánta razón tiene en su artículo del periódico el Financiero del día viernes 16 de marzo del 2018 el columnista Eduardo Bautista al considerar el 18 de marzo como un OBITUARIO más que una conmemoración, por lo que el sueño del General Lázaro Cárdenas está completamente muerto, al dejar de lado las actuales autoridades federales la dignidad y la soberanía nacional.
EPN y sus aduladores (esos que sí le aplauden) conmemorarán la expropiación petrolera en la Torres de PEMEX, olvidando completamente que el petróleo es parte fundamental de la historia de México, olvidando completamente el espíritu nacionalista que tanto valor social le dio en su momento el general Cárdenas.
Especialistas en el tema de la industria del petróleo en México argumentan con justa razón que PEMEX es un cuerpo sin vida, asesinado completamente por verdugos como la corrupción, la reforma energética, la disminución en los precios internacionales del petróleo y el ascenso de las energías renovables que en el futuro hará de innecesario el uso de los petroquímicos.
Cuánta razón tiene Ricardo Pérez Montfort al manifestar que la expropiación petrolera fue parte fundamental del proyecto revolucionario y consolidó plenamente las aspiraciones contenidas en la Constitución de 1917.
Hoy en día, el llamado nacionalismo económico mexicano está liquidado, ahora los recursos petroleros no son de México, son para empresas extranjeras como China National Offshore OilCorporation, Total, Exxon Mobil, Chevron, Inpex, Statoil, British Petroleum, PC Caligari, Sierra Offshore, Murphyn y Ophir, Exxon, Shell, y muchas más.
Se nos quiere engañar que PEMEX también participa con las empresas citadas, pero el papel que tiene en los últimos años está siendo muy marginal.
Las fotos que se presentan el día 18 de marzo del 1938 en el zócalo de la ciudad de México con marcha multitudinaria agrupando a diversas agrupaciones de mexicanos y clases sociales de entonces es más que elocuente, familias ricas regalando sus joyas para pagar a las empresas extranjeras sus activos, al unísono con las clases pobres regalando hasta gallinas en los centros de acopio que se llenaron de personas alrededor del palacio nacional.
El reclamo de los sindicatos mexicanos fue unánime para apoyar al general Cárdenas en la expropiación petrolera las compañías extranjeras que tanta riqueza les generaba y poco beneficio dejaba en el territorio mexicano.
Hoy PEMEX está destruido, por la ola neoliberal que culminó con la reforma energética del año 2013 y que avalaron en su momento con el llamado pacto por México el pri, el pan y el prd.
Los actos de corrupción en que ha caído la empresa mexicana siguen sin sancionar a los culpables de siempre, los directivos de PEMEX envueltos en sobornos a niveles internacionales, el principal dirigente de los petroleros con una senaduría que lo hace inmune a cualquier sanción y espera con ansias que le otorguen ahora una diputación para no perder el fuero, la irracional forma de que los impuestos cobrados por la SHCP que la orillan a fallecer poco a poco por no tener los suficientes recursos para reinvertir en las 6 refinerías que todavía tiene.
Todo ello evidencia que la conmemoración del 18 de marzo del 2018 sea un acto ante un cadáver llamado PEMEX.
