/ lunes 18 de octubre de 2021

El metodólogo del deporte │ Mi propósito o mi voluntad

Un año más o más propósitos a mi cabeza; el próximo año seré mejor, el próximo año correré el maratón, bajaré de peso cueste lo que cueste, el próximo año entrenaré más duro para estar en la selección de basquetbol, y así todos tenemos propósitos para hacer. Pero el verdadero problema no es lo difícil ni lo fácil al hacerlo, el problema es que confundo el deseo con la voluntad de luchar para lograr lo que me propuse lograr, de asumir una valentía y no perderla hasta después de terminar mi propósito y encontrar la voluntad de no sólo intentarlo, sino, también haber tenido la fe y no perderla hasta lograrlo todo.

El comienzo de toda carrera de maratón, es un ejemplo de tener fe en terminar la carrera, pues son 42.195 kilómetros y sólo los que tienen fe en terminar su verdadero propósito lo verán terminado, pues, su voluntad de hacerlo cueste lo que cueste, va por encima de todo sacrificio que se valla hacer. De esta manera es donde encontraremos el poder interno que en realidad tenemos.

Un verdadero atleta se forja desde su niñez, donde encontrará su real objetivo, no solo su propósito. Cuando es un niño, se dice que es su sueño, y ya de juvenil, comenzará a darse cuenta que la lucha por ser lo que un día soñó no será fácil y, tendrá que brindar su máximo esfuerzo a diario para lograr conseguirlo. Y cuando este atleta llega a la edad propicia y su cuerpo responda a un 100 por ciento, él podrá abrir sus ojos y festejará lo que desde niño soñó, ya que ahora todo es realidad, lo que de su mente pasó hacia sus manos, donde su vida no sólo son propósitos, ya se encuentra cristalizado.

El llegar a la cima del deporte es donde se conoce quién en realidad y desde un principio supo lo que quería lograr, nada es fácil pero tampoco es imposible si lo hacemos con fe, con determinación y un equilibrio entre lo que puedo hacer y lo que en realidad está muy fuera del alcance para lograrlo, la lucha es permitida y es la vida en donde se nos da la oportunidad de empezar y luego nos otorga segundas oportunidades para volver a intentarlo, si no lo logramos; si todo esto lo ponemos en juego y lo jugamos todos los días en nuestra casa, en el trabajo, ténganlo por seguro que seremos unos ganadores en la vida y nos convertiremos en un ejemplo para quienes ponen no sólo propósitos sino, luchan y poseen la valentía para hacerlo realidad.

Llénate de alegría, de confianza, de amor por lo que amas y espera buenos resultados en tu diario caminar. No camines solo, porque la vida es un trayecto, disfruta del sendero con todas sus cosas buenas, aunque no todas serán de nuestro gusto. Supera los retos que por diferentes circunstancias no pudiste superar, pero, es de gran importancia el dales continuidad, sin desesperarte y, recuerda que los grandes logros vienen de la mano de las grandes luchas y en ocasiones con sacrificios muy fuertes que nos darán el temple de serlos mejores no tan solo por haber ganado la batalla sino por tener fe y confianza en nosotros mismos.

Es de suma importancia el luchar en la vida, no dejarse vencer, que ésta es corta; supérate a diario poco a poco y ten fe en que Dios estará contigo; vamos, tu puedes, no tengas miedo, siempre recuerda, que el ayer ya pasó, y que hoy es la realidad de lo que soy y he logrado, pues mañana , no sé si viviré para contárselos.

Un año más o más propósitos a mi cabeza; el próximo año seré mejor, el próximo año correré el maratón, bajaré de peso cueste lo que cueste, el próximo año entrenaré más duro para estar en la selección de basquetbol, y así todos tenemos propósitos para hacer. Pero el verdadero problema no es lo difícil ni lo fácil al hacerlo, el problema es que confundo el deseo con la voluntad de luchar para lograr lo que me propuse lograr, de asumir una valentía y no perderla hasta después de terminar mi propósito y encontrar la voluntad de no sólo intentarlo, sino, también haber tenido la fe y no perderla hasta lograrlo todo.

El comienzo de toda carrera de maratón, es un ejemplo de tener fe en terminar la carrera, pues son 42.195 kilómetros y sólo los que tienen fe en terminar su verdadero propósito lo verán terminado, pues, su voluntad de hacerlo cueste lo que cueste, va por encima de todo sacrificio que se valla hacer. De esta manera es donde encontraremos el poder interno que en realidad tenemos.

Un verdadero atleta se forja desde su niñez, donde encontrará su real objetivo, no solo su propósito. Cuando es un niño, se dice que es su sueño, y ya de juvenil, comenzará a darse cuenta que la lucha por ser lo que un día soñó no será fácil y, tendrá que brindar su máximo esfuerzo a diario para lograr conseguirlo. Y cuando este atleta llega a la edad propicia y su cuerpo responda a un 100 por ciento, él podrá abrir sus ojos y festejará lo que desde niño soñó, ya que ahora todo es realidad, lo que de su mente pasó hacia sus manos, donde su vida no sólo son propósitos, ya se encuentra cristalizado.

El llegar a la cima del deporte es donde se conoce quién en realidad y desde un principio supo lo que quería lograr, nada es fácil pero tampoco es imposible si lo hacemos con fe, con determinación y un equilibrio entre lo que puedo hacer y lo que en realidad está muy fuera del alcance para lograrlo, la lucha es permitida y es la vida en donde se nos da la oportunidad de empezar y luego nos otorga segundas oportunidades para volver a intentarlo, si no lo logramos; si todo esto lo ponemos en juego y lo jugamos todos los días en nuestra casa, en el trabajo, ténganlo por seguro que seremos unos ganadores en la vida y nos convertiremos en un ejemplo para quienes ponen no sólo propósitos sino, luchan y poseen la valentía para hacerlo realidad.

Llénate de alegría, de confianza, de amor por lo que amas y espera buenos resultados en tu diario caminar. No camines solo, porque la vida es un trayecto, disfruta del sendero con todas sus cosas buenas, aunque no todas serán de nuestro gusto. Supera los retos que por diferentes circunstancias no pudiste superar, pero, es de gran importancia el dales continuidad, sin desesperarte y, recuerda que los grandes logros vienen de la mano de las grandes luchas y en ocasiones con sacrificios muy fuertes que nos darán el temple de serlos mejores no tan solo por haber ganado la batalla sino por tener fe y confianza en nosotros mismos.

Es de suma importancia el luchar en la vida, no dejarse vencer, que ésta es corta; supérate a diario poco a poco y ten fe en que Dios estará contigo; vamos, tu puedes, no tengas miedo, siempre recuerda, que el ayer ya pasó, y que hoy es la realidad de lo que soy y he logrado, pues mañana , no sé si viviré para contárselos.