A menos de 20 días de que concluya el mandato de Enrique Peña Nieto y asuma la responsabilidad como presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cabe hacer un balance de la política social que implementó el gobierno priísta y los parámetros con que los recibirá el nuevo mandatario.
En la lucha contra la pobreza, que es sinónimo de atraso, sin duda que entrega buenos resultados a los mexicanos, al convertir en realidad el crecimiento, estabilidad y desarrollo y aplicarlo para reducir la pobreza en el país y ha mantenido una estabilidad económica que ha impulsado el desarrollo en muchos lugares.
Al encabezar el Foro Alcaldes por la Nueva Agenda Urbana ONU-Habitat-Infonavit, el presidente Enrique Peña Nieto, expuso que el México que se quiere es uno en el que nadie se quede atrás, y en el que cada mexicano tenga la oportunidad de encontrar espacios de superación personal.
Hoy México tiene los menores porcentajes de pobreza y de carencias sociales desde que se tiene registro, gracias a que cuenta con una economía estable, brinda certidumbre y es atractivo para la inversión. Es decir, mantener la estabilidad macroeconómica, impulsar el crecimiento de la productividad, la apertura comercial y potenciar el desarrollo regional a través de infraestructura ha incentivado la inversión en zonas rezagadas.
“Todas estas disminuciones en las carencias sociales han contribuido a reducir la proporción de personas que viven en la pobreza. Avanzar en la lucha contra la pobreza es una de las tareas más importantes que puede impulsar cualquier gobierno”, y es la mejor herramienta que tenemos para acabar la desigualdad y brindar mejores oportunidades de superación para todos.
A tres semanas de que concluya su administración entrega buenas cuentas en la estabilidad económica, en el crecimiento y en el desarrollo social de nuestro país. Hoy México tiene una economía estable, brinda certidumbre y es atractivo para la inversión, con lo que hoy el país tiene más empleo, mayor financiamiento y un crecimiento sostenido.
Son avances importantes que les pertenecen a todos los mexicanos, y nos corresponde a todos seguir trabajando para mantener este rumbo firme de prosperidad y desarrollo para nuestra nación.
La estabilidad económica, es sin lugar a dudas, una condición necesaria para lograr estos objetivos, pues se trata de generar condiciones de certidumbre a través de una política fiscal prudente, inflación baja y el entorno propicio para los negocios con el fin de alentar la inversión y cuidar el patrimonio de las familias.
La reforma fiscal y el ajuste en el gasto del gobierno fueron medidas oportunas que permitieron hacer frente a la caída de más del 70% en los precios del petróleo, que era la principal fuente de ingresos del Estado, con lo que los ingresos tributarios alcanzaron niveles máximos que no se habían visto en 48 años.
Durante su administración se tuvo la inflación más baja en 48 años, con un promedio del orden de 4%. Así estamos.
