/ domingo 18 de agosto de 2019

El proceso renovador de la educación

*Zacatecas merece una mejor educación y de mayor calidad.

El gobierno que encabeza Alejandro Tello Cristerna, en materia educativa, desde su inicio, fue una aventura bastante prometedora.

El planteamiento de transformación fue en parte, algo fundamental para lograr un periodo de paz entre los grupos políticos para proporcionar una educación encaminada a desarrollar armónicamente las facultades del ser humano, fomentar el amor a la patria, el respeto a los derechos humanos y la conciencia de la solidaridad internacional en la independencia y la justicia. Pero la autoridad misma faltó a esos principios.

Rompió todas las reglas y rompió las normas de la ortodoxia educativa, que por ahora la han aislado y se encuentra sola, naufragando en un mar de incertidumbre y de podredumbre que sus ojos no alcanzan a ver.

Hoy por hoy, no se están logrando los resultados esperados y se encuentra muy lejos de las expectativas planteadas el 12 de septiembre del 2016.

Para el gobernador es tiempo de reflexionar acerca de la consolidación de su proyecto educativo, porque si no aplica medidas inmediatas destinadas a lograr las metas, al final de su administraciòn los resultados estarán muy por debajo de lo que se propuso en el Plan Estatal de Desarrollo.

No podemos dejar de reconocer que hay avances, pero existen carencias que se tienen que combatir y superar, especialmente la traición, la soberbia y e mal trato a los colaboradores; la autoridad se debe a un compendio de lealtad y humanismo que está muy lejos de ser la carta de navegacion de quien hoy detenta las decisiones en la Secretaría de Educación.

En el terreno educativo, lo primero que debe haber, es lealtad y compromiso a la identidad de la figura gubernamental, si eso no se cumple, todo lo que se diga es retórica, porque existen las pruebas contudentes de que se ha fallado a la confianza del gobernador.

Sin duda son muchas las exigencias y las inconformidades, especialmente de aquellos que sienten que terminan con su espacio de confort y comodidad, pero en esencia, la política educativa, de cara al cierre del quinquenio, debe estar encaminada a escuchar las propuestas de la sociedad y de todos los actores involucrados en el hecho educativo.

Debe haber interlocución con la autoridad federal, comunicación frontal y leal con el gobernador y comunicaciòn con los colaboradores y grupos de profesores y estudiantes para tener una eficaz conducciòn de la política.

Lo que más se requiere en Zacatecas para las generaciones por venir, es plantearse el que toda acción que se emprenda debe lograr una educación con verdadera justicia social. Todo está en manos del gobernador.

*Zacatecas merece una mejor educación y de mayor calidad.

El gobierno que encabeza Alejandro Tello Cristerna, en materia educativa, desde su inicio, fue una aventura bastante prometedora.

El planteamiento de transformación fue en parte, algo fundamental para lograr un periodo de paz entre los grupos políticos para proporcionar una educación encaminada a desarrollar armónicamente las facultades del ser humano, fomentar el amor a la patria, el respeto a los derechos humanos y la conciencia de la solidaridad internacional en la independencia y la justicia. Pero la autoridad misma faltó a esos principios.

Rompió todas las reglas y rompió las normas de la ortodoxia educativa, que por ahora la han aislado y se encuentra sola, naufragando en un mar de incertidumbre y de podredumbre que sus ojos no alcanzan a ver.

Hoy por hoy, no se están logrando los resultados esperados y se encuentra muy lejos de las expectativas planteadas el 12 de septiembre del 2016.

Para el gobernador es tiempo de reflexionar acerca de la consolidación de su proyecto educativo, porque si no aplica medidas inmediatas destinadas a lograr las metas, al final de su administraciòn los resultados estarán muy por debajo de lo que se propuso en el Plan Estatal de Desarrollo.

No podemos dejar de reconocer que hay avances, pero existen carencias que se tienen que combatir y superar, especialmente la traición, la soberbia y e mal trato a los colaboradores; la autoridad se debe a un compendio de lealtad y humanismo que está muy lejos de ser la carta de navegacion de quien hoy detenta las decisiones en la Secretaría de Educación.

En el terreno educativo, lo primero que debe haber, es lealtad y compromiso a la identidad de la figura gubernamental, si eso no se cumple, todo lo que se diga es retórica, porque existen las pruebas contudentes de que se ha fallado a la confianza del gobernador.

Sin duda son muchas las exigencias y las inconformidades, especialmente de aquellos que sienten que terminan con su espacio de confort y comodidad, pero en esencia, la política educativa, de cara al cierre del quinquenio, debe estar encaminada a escuchar las propuestas de la sociedad y de todos los actores involucrados en el hecho educativo.

Debe haber interlocución con la autoridad federal, comunicación frontal y leal con el gobernador y comunicaciòn con los colaboradores y grupos de profesores y estudiantes para tener una eficaz conducciòn de la política.

Lo que más se requiere en Zacatecas para las generaciones por venir, es plantearse el que toda acción que se emprenda debe lograr una educación con verdadera justicia social. Todo está en manos del gobernador.