/ jueves 2 de junio de 2022

Elecciones 2022, una lección para todos

México, en sus procesos electorales recientes, ha sido muestra de lo complejo que es la retención de votantes para los partidos tradicionales. Claro ejemplo de lo que escribo es que Morena, partido creado hace menos de una década, administra al gobierno federal, además de 17 gobiernos estatales, junto con sus aliados.

A esta cifra se sumarían al menos 3, con posibilidades reales de que sean aún más, esto dependiendo de los resultados de las elecciones a gobernador que se llevarán a cabo este próximo 5 de junio, en los estados de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. Ya están muy cantados los posibles resultados.

La sociología electoral está cambiando en nuestro país. Lo que sucede en Hidalgo es el más claro ejemplo. El discurso del combate a la corrupción, el fortalecimiento de la política social, la alternancia en el ejercicio del poder son algunos elementos que contribuyeron a que hoy, luego de 93 años ininterrumpidos, el PRI pueda perder la entidad.

Lo mismo sucede en el resto de los estados donde habrá elecciones, todos gobernados por algún partido de la coalición Va X México y que hoy están en riesgo de perderse ante el partido que llevó a López Obrador a la Presidencia de México. No hay nada para nadie, tampoco en Tamaulipas, Durango y Aguascalientes.

Y es que las principales empresas encuestadoras han mostrado en sus estudios publicados que la distancia entre la coalición y Morena, ha ido decreciendo. La izquierda sigue tomando presencia en el territorio nacional y esto ha provocado que las elecciones estatales sean escenario de una intensa operación de todos los partidos políticos.

Por esta misma razón, no extraña la declinación de Martha Márquez, candidata a la gubernatura de Aguascalientes por los partidos del Trabajo y Verde Ecologista, hacía la candidata de Morena, Nora Ruvalcaba. Todos buscarán el mejor resultado en estas elecciones que serán la antesala del 2024, año en el que habrá sucesión presidencial en nuestro país.

Por eso es necesario entender que este fenómeno es generalizado. El cambio en esta sociología electoral que menciono más arriba, también está presente en América Latina. Al menos 10 de los países que la integran (que representan la mitad) están gobernados por partidos políticos de izquierda o de centro izquierda.

El viejo régimen ha hecho que los candidatos anti sistema sean populares en el ánimo social. Sucedió con nuestro Presidente, Andrés Manuel López Obrador, y está ocurriendo en Colombia, país en el que habrá elecciones para elegir a su presidente este año y que, por primera vez en la historia, pone a un candidato izquierdista como posible ganador.

Sin duda, después de las elecciones, la oposición deberá replantear su estrategia, replantear la visión que tienen del electorado. La sociedad está exigiendo y obligando a que la política cambie. Quienes en la comodidad de la inercia no lo puedan o quieran entiendan, deberán asumirlo, como sucederá en estas elecciones.

México, en sus procesos electorales recientes, ha sido muestra de lo complejo que es la retención de votantes para los partidos tradicionales. Claro ejemplo de lo que escribo es que Morena, partido creado hace menos de una década, administra al gobierno federal, además de 17 gobiernos estatales, junto con sus aliados.

A esta cifra se sumarían al menos 3, con posibilidades reales de que sean aún más, esto dependiendo de los resultados de las elecciones a gobernador que se llevarán a cabo este próximo 5 de junio, en los estados de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. Ya están muy cantados los posibles resultados.

La sociología electoral está cambiando en nuestro país. Lo que sucede en Hidalgo es el más claro ejemplo. El discurso del combate a la corrupción, el fortalecimiento de la política social, la alternancia en el ejercicio del poder son algunos elementos que contribuyeron a que hoy, luego de 93 años ininterrumpidos, el PRI pueda perder la entidad.

Lo mismo sucede en el resto de los estados donde habrá elecciones, todos gobernados por algún partido de la coalición Va X México y que hoy están en riesgo de perderse ante el partido que llevó a López Obrador a la Presidencia de México. No hay nada para nadie, tampoco en Tamaulipas, Durango y Aguascalientes.

Y es que las principales empresas encuestadoras han mostrado en sus estudios publicados que la distancia entre la coalición y Morena, ha ido decreciendo. La izquierda sigue tomando presencia en el territorio nacional y esto ha provocado que las elecciones estatales sean escenario de una intensa operación de todos los partidos políticos.

Por esta misma razón, no extraña la declinación de Martha Márquez, candidata a la gubernatura de Aguascalientes por los partidos del Trabajo y Verde Ecologista, hacía la candidata de Morena, Nora Ruvalcaba. Todos buscarán el mejor resultado en estas elecciones que serán la antesala del 2024, año en el que habrá sucesión presidencial en nuestro país.

Por eso es necesario entender que este fenómeno es generalizado. El cambio en esta sociología electoral que menciono más arriba, también está presente en América Latina. Al menos 10 de los países que la integran (que representan la mitad) están gobernados por partidos políticos de izquierda o de centro izquierda.

El viejo régimen ha hecho que los candidatos anti sistema sean populares en el ánimo social. Sucedió con nuestro Presidente, Andrés Manuel López Obrador, y está ocurriendo en Colombia, país en el que habrá elecciones para elegir a su presidente este año y que, por primera vez en la historia, pone a un candidato izquierdista como posible ganador.

Sin duda, después de las elecciones, la oposición deberá replantear su estrategia, replantear la visión que tienen del electorado. La sociedad está exigiendo y obligando a que la política cambie. Quienes en la comodidad de la inercia no lo puedan o quieran entiendan, deberán asumirlo, como sucederá en estas elecciones.