/ viernes 31 de mayo de 2024

Empresa privada y entidades gubernamentales

Hace varios años, compré el libro “Sectores de la Economía”, escrito por el economista norteamericano Eli Ginzberg (Nueva York 1911-2002) editado por Limusa-Willey, S.A., México de 1967. En este ejemplar el autor aborda que el desarrollo económico procede de empresas privadas que se disputan los mercados libres en el que los consumidores tienen la decisión de adquirir bienes o servicios.

Este modelo simple ha sido retocado para incluir el hecho de que las compañías operan en condiciones de competencia imperfecta, en la cual, la empresa individual regula sus precios y su producción, menos con relación al mercado como un todo que con las posibles acciones y reacciones de un número limitado de competidores.

Lo anterior no obstante que los modelos tradicionales hacen hincapié primordialmente sobre el sector privado, en la que se incluye una participación importante fuera de la esfera gubernamental.

El libro destaca que la opinión predominante sostiene que las empresas privadas son fundadas y dirigidas por emprendedores que, al ver una oportunidad de ganar dinero, proporcionan o toman prestado el capital necesario, para colocar y poder vender sus productos o artículos.

Con ello, destaca el desarrollo de los mercados, generación de empleos directos e indirectos, movimiento de dinero y en consecuencia, un mejor nivel de vida de las sociedades.

Por el contrario, las oficinas gubernamentales son consideradas usualmente como organizaciones burocráticas con funciones claramente y detalladamente definidas con un porcentaje mínimo de estabilidad. Su trabajo administrativo puede ser deficiente, toda vez que existen personas que solo atienden la oficina o la dependencia por tener un empleo, pero “sin ponerse la camiseta”.

Inherente a esta concepción del contraste que existe entre el sector privado y el gubernamental, -para Eli Ginzberg- se encuentra la convicción de que la producción real de la economía, los bienes y servicios que los consumidores y los negociantes desean y necesitan, refleja la actividad económica llevada a cabo por las empresas con afanes de lucro.

Por ello, está muy extendida la creencia de que gran pare de la actividad del sector gobierno, es improductiva, innecesaria y sobre todo derrochadora. Una de las alternativas que existen ante esta situación, es precisamente adoptar personal que entienda de negocios y de esta manera mejorar o en su caso, el desenvolvimiento próspero de las entidades gubernamentales.

Es muy diferente la forma de pensar de un emprendedor ante una empresa de gobierno, a un político, que ocupa el puesto por un compromiso. De ahí la necesidad de los gobiernos siempre tengan en mente, que una empresa paraestatal, puede lograr los niveles administrativos y estructurales de la empresa privada, siempre y cuando se fijen en el perfil más adecuado para ello.

Finalmente, el objeto variable de la economía de Estados Unidos, es que las empresas gubernamentales se inserten en el mercado productivo, para hacer frente a las exigencias que presenta la economía del futuro.

Hace varios años, compré el libro “Sectores de la Economía”, escrito por el economista norteamericano Eli Ginzberg (Nueva York 1911-2002) editado por Limusa-Willey, S.A., México de 1967. En este ejemplar el autor aborda que el desarrollo económico procede de empresas privadas que se disputan los mercados libres en el que los consumidores tienen la decisión de adquirir bienes o servicios.

Este modelo simple ha sido retocado para incluir el hecho de que las compañías operan en condiciones de competencia imperfecta, en la cual, la empresa individual regula sus precios y su producción, menos con relación al mercado como un todo que con las posibles acciones y reacciones de un número limitado de competidores.

Lo anterior no obstante que los modelos tradicionales hacen hincapié primordialmente sobre el sector privado, en la que se incluye una participación importante fuera de la esfera gubernamental.

El libro destaca que la opinión predominante sostiene que las empresas privadas son fundadas y dirigidas por emprendedores que, al ver una oportunidad de ganar dinero, proporcionan o toman prestado el capital necesario, para colocar y poder vender sus productos o artículos.

Con ello, destaca el desarrollo de los mercados, generación de empleos directos e indirectos, movimiento de dinero y en consecuencia, un mejor nivel de vida de las sociedades.

Por el contrario, las oficinas gubernamentales son consideradas usualmente como organizaciones burocráticas con funciones claramente y detalladamente definidas con un porcentaje mínimo de estabilidad. Su trabajo administrativo puede ser deficiente, toda vez que existen personas que solo atienden la oficina o la dependencia por tener un empleo, pero “sin ponerse la camiseta”.

Inherente a esta concepción del contraste que existe entre el sector privado y el gubernamental, -para Eli Ginzberg- se encuentra la convicción de que la producción real de la economía, los bienes y servicios que los consumidores y los negociantes desean y necesitan, refleja la actividad económica llevada a cabo por las empresas con afanes de lucro.

Por ello, está muy extendida la creencia de que gran pare de la actividad del sector gobierno, es improductiva, innecesaria y sobre todo derrochadora. Una de las alternativas que existen ante esta situación, es precisamente adoptar personal que entienda de negocios y de esta manera mejorar o en su caso, el desenvolvimiento próspero de las entidades gubernamentales.

Es muy diferente la forma de pensar de un emprendedor ante una empresa de gobierno, a un político, que ocupa el puesto por un compromiso. De ahí la necesidad de los gobiernos siempre tengan en mente, que una empresa paraestatal, puede lograr los niveles administrativos y estructurales de la empresa privada, siempre y cuando se fijen en el perfil más adecuado para ello.

Finalmente, el objeto variable de la economía de Estados Unidos, es que las empresas gubernamentales se inserten en el mercado productivo, para hacer frente a las exigencias que presenta la economía del futuro.