Durante decenios se ha hablado de la crisis de la adolescencia, de la inevitabilidad de las conductas irresponsables, de la falta de madurez…Abundan libros apocalípticos del estilo de ¡Socorro! ¡Tengo un hijo adolescente!, mi adolescente me vuelve loco.
Esos adolescentes que nos dan miedo…
En una encuesta sobre la opinión que tienen sobre los adolescentes madres, padres, educadores y personas mayores, la adolescencia se relaciona con promiscuidad, nocturnidad, malas relaciones familiares, drogodependencia, conductas antisociales.
¡Qué reputación! Para colmo de males, casi siempre que los adolescentes aparecen en los medios de comunicación es en relación con alguna situación problemática.
Alguien piensa que repetir tanto que la adolescencia es un problema induce en los jóvenes una actitud que viene a corroborar la imagen que se les envía. Seguramente que es necesario cambiar de estrategias y modos de relacionarnos con ellos.
Se necesita quererlos, es lo primero, y descubrir en ellos sus grandes capacidades y favorecer que descubran que son actores de su propio desarrollo.