/ miércoles 7 de marzo de 2018

En los pleitos de comadres ...

Un hombre con una idea, es un loco hasta que la idea triunfa... Mark Twain

El presenta año, 2018, ha sido designado como el año Internacional de la Biología Matemática por dos sociedades científicas del viejo continente: la European Mathematical Society y la European Societyfor Mathematical and Theoretical Biology.

Al saberlo, no resistí la tentación de compartir, con quienes tienen la amabilidad de leer mis modestos textos en este diario, algunos hechos que relacionan estas dos apasionantes ramas de la Ciencia.

Por ello, a partir de la próxima semana, y mientras haya material para ello, me complaceré en escribir a propósito de los nexos entre la ciencia formal por excelencia y la ciencia de la vida. Nexos digo y no aplicaciones, puesto que mi posición filosófica al respecto, concibe a estas dos ciencias como disciplinas independientes y con dinámica, historia y desarrollo propios.

Gozan ellas de maravillosas conexiones entre sí y con otras disciplinas, ninguna de las cuales se aplica a la otra, puesto que ninguna se supedita a una diferente. Todas tienen como objetivo estudiar la Naturaleza y lo hacen desde ópticas y perspectivas diferentes, analizan aspectos diversos de los mismos hechos y fenómenos.

Por ahora, concluiré con mis comentarios acerca de los acontecimientos nacionales, presentes en mi columna anterior. Empiezo corrigiendo una omisión. En dicha colaboración, por un error, se omitió el epígrafe que ahora repito.

El tema se centró en las tan comunes batallas de fango, que vergonzosamente presenciamos cada período electoral, y repito con toda convicción:las guerras de lodo ocurren donde hay repositorios de este material: en lo charcos. Y en nuestra país, dominado como está por la corrupción, tales almacenes desbordan su abundancia.

Los cómplices se conocen unos las corruptelas y las sinvergüenzadas de otros, por ello, al romper la complicidad aparecen las acusaciones mutuas. Es un hecho que la mayoría de las fortunas de nuestros esforzados políticos no pasarían la prueba de la congruencia. Los ingresos, que en política ya son insultantemente vastos, palidecen ante los “frutos” que son capaces de producir. Ya lo dicen Meade de Anaya y éste del primero. Es altamente probable que ambos tengan razón.

El PAN hipotecó al País, al final del sexenio calderonista, la deuda superó los 5 billones (millones de millones) de pesos, rompiendo con creces una marca histórica, que seis años antes, al final del sexenio de Fox, era de cerca de dos billones. El PRI vuelve a romper la marca, rematando el resto de la Nación, y deja la deuda nacional, hasta ahora, en poco más de 10 billones, duplicándola. Vaya usted a saber qué ocurrirá en los mese que restan del sexenio peñista.

Con todo y eso, pretenden que creamos en ellos y en que cualquier otra opción pondría en peligro la estabilidad nacional. Hace falta cara dura, ¿pues que no es suficiente peligro la realidad de la creciente pobreza alimentaria y el lamentable hecho de nuestra indigencia educativa y cultural? ¿Hay algo más riesgoso que descapitalizar las arcas públicas?

Nos piden imaginar un país sin educación, sin salud, sin atención a la juventud y a la familia. No hace falta fantasear: es justamente lo que tenemos. Regresando a mi colaboración anterior, repito un párrafo que se omitió, y que contextualiza el resto:

Pocas veces tuve la oportunidad de conversar con Heberto Castillo, pero fueron suficientes para darme cuenta de su gran compromiso con México. No hay hombres perfectos, y por supuesto, Heberto no lo fué. Recuerdo muchas de sus frases, que no eran sino apretados resúmenes de largas y profundas reflexiones. japerez@uaz.edu.mx

Un hombre con una idea, es un loco hasta que la idea triunfa... Mark Twain

El presenta año, 2018, ha sido designado como el año Internacional de la Biología Matemática por dos sociedades científicas del viejo continente: la European Mathematical Society y la European Societyfor Mathematical and Theoretical Biology.

Al saberlo, no resistí la tentación de compartir, con quienes tienen la amabilidad de leer mis modestos textos en este diario, algunos hechos que relacionan estas dos apasionantes ramas de la Ciencia.

Por ello, a partir de la próxima semana, y mientras haya material para ello, me complaceré en escribir a propósito de los nexos entre la ciencia formal por excelencia y la ciencia de la vida. Nexos digo y no aplicaciones, puesto que mi posición filosófica al respecto, concibe a estas dos ciencias como disciplinas independientes y con dinámica, historia y desarrollo propios.

Gozan ellas de maravillosas conexiones entre sí y con otras disciplinas, ninguna de las cuales se aplica a la otra, puesto que ninguna se supedita a una diferente. Todas tienen como objetivo estudiar la Naturaleza y lo hacen desde ópticas y perspectivas diferentes, analizan aspectos diversos de los mismos hechos y fenómenos.

Por ahora, concluiré con mis comentarios acerca de los acontecimientos nacionales, presentes en mi columna anterior. Empiezo corrigiendo una omisión. En dicha colaboración, por un error, se omitió el epígrafe que ahora repito.

El tema se centró en las tan comunes batallas de fango, que vergonzosamente presenciamos cada período electoral, y repito con toda convicción:las guerras de lodo ocurren donde hay repositorios de este material: en lo charcos. Y en nuestra país, dominado como está por la corrupción, tales almacenes desbordan su abundancia.

Los cómplices se conocen unos las corruptelas y las sinvergüenzadas de otros, por ello, al romper la complicidad aparecen las acusaciones mutuas. Es un hecho que la mayoría de las fortunas de nuestros esforzados políticos no pasarían la prueba de la congruencia. Los ingresos, que en política ya son insultantemente vastos, palidecen ante los “frutos” que son capaces de producir. Ya lo dicen Meade de Anaya y éste del primero. Es altamente probable que ambos tengan razón.

El PAN hipotecó al País, al final del sexenio calderonista, la deuda superó los 5 billones (millones de millones) de pesos, rompiendo con creces una marca histórica, que seis años antes, al final del sexenio de Fox, era de cerca de dos billones. El PRI vuelve a romper la marca, rematando el resto de la Nación, y deja la deuda nacional, hasta ahora, en poco más de 10 billones, duplicándola. Vaya usted a saber qué ocurrirá en los mese que restan del sexenio peñista.

Con todo y eso, pretenden que creamos en ellos y en que cualquier otra opción pondría en peligro la estabilidad nacional. Hace falta cara dura, ¿pues que no es suficiente peligro la realidad de la creciente pobreza alimentaria y el lamentable hecho de nuestra indigencia educativa y cultural? ¿Hay algo más riesgoso que descapitalizar las arcas públicas?

Nos piden imaginar un país sin educación, sin salud, sin atención a la juventud y a la familia. No hace falta fantasear: es justamente lo que tenemos. Regresando a mi colaboración anterior, repito un párrafo que se omitió, y que contextualiza el resto:

Pocas veces tuve la oportunidad de conversar con Heberto Castillo, pero fueron suficientes para darme cuenta de su gran compromiso con México. No hay hombres perfectos, y por supuesto, Heberto no lo fué. Recuerdo muchas de sus frases, que no eran sino apretados resúmenes de largas y profundas reflexiones. japerez@uaz.edu.mx

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