/ jueves 16 de abril de 2020

Entre las cuerdas

Mientras ha existido la Lucha Libre, y desde su aparición en el mundo, no ha dejado de evolucionar, sufriendo muchas alteraciones o modificaciones en cada una de sus etapas, ahora que al parecer de ha detenido por un buen rato, al no existir ningún tipo de presentación en ninguna de sus variedades, se espera o por lo menos yo lo espero, regrese con grandes cambios que lograran arrancar el asombro de los aficionados, creo que es el momento ideal para que retome el lugar que le corresponde, por lo menos aquí en nuestro país, al volver a ser considerado como parte de la cultura mexicana y uno de los principales espectáculos con una calidad innegable.

Mucho se ha dicho sobre la veracidad de la lucha libre como un deporte de contacto, actualmente la polémica en torno al tema parece haber disminuido, pero aun los escépticos son mayoría, negando de antemano el rango de deporte y catalogándola de un simple espectáculo y peor aún, descalificando un deporte que realmente le cuesta sangre, sudor y lágrimas a quienes lo practican, lo más triste es que quienes la atacan lo hacen sin conocerlo realmente.

Al tachar la lucha libre como un espectáculo lo hacen basados únicamente en lo que podríamos llamar acciones “predeterminadas” o lances ejecutados con cooperación del oponente, normalmente los detractores dicen “ya está todo arreglado”, “ya saben todo lo que van a realizar”, y la verdad es que todos los castigos y lances causan un dolor verdadero y además si estos son realizados en forma incorrecta pueden causar lesiones muy graves e incluso la muerte. Otra cosa que se menciona constantemente es “la sangre de los luchadores es falsa”, si alguien se propusiera verificar este hecho confirmaría que la sangre y las heridas sufridas por los luchadores es totalmente real, basta verle la frente, brazos y la mayor parte del físico a los gladiadores para comprobar que todo es verdad. El dolor siempre está presente en los encuentros, pero los luchadores pasan por un periodo largo de preparación, un proceso de adiestramiento que incluye entre muchas disciplinas el aprender a caer, saber cómo aplicar un castigo y como salir de el, quizá los que no aceptan a la lucha como un deporte dirán todo es mentira y exageración, pero la lucha libre, sus golpes y sus consecuencias son verídicas.

No se puede negar que dentro del desarrollo de una función de lucha libre exista un poco de exageración y teatro, pero hay que recordar que todos y cada uno de los luchadores al subir a un ring a combatir con un contrincante, suben representando un personaje, llenándolo de características, virtudes y defectos que tiene que dramatizar para hacer creíble su actuación y lograr que el público lo ovacione o lo abuchee. Son muchos los riesgos que se corren desde que se empieza a practicar y aumentan al momento de la presentación ante el público y aun así existe gente que sigue dudando sobre la veracidad de este deporte. Tal vez hoy en día se tenga este concepto de que la lucha es un falso combate por todo lo que se nos presenta sobre todo en televisión, en donde algunas empresas manejan demasiado cosas extras ajenas totalmente a lo que es la lucha libre, y además al tipo de lucha que se practica por un gran número de luchadores que abusan de la lucha aérea, pero como dijera nuestro paisano Miguel Galván “Pero esa es otra historia”.

Mientras ha existido la Lucha Libre, y desde su aparición en el mundo, no ha dejado de evolucionar, sufriendo muchas alteraciones o modificaciones en cada una de sus etapas, ahora que al parecer de ha detenido por un buen rato, al no existir ningún tipo de presentación en ninguna de sus variedades, se espera o por lo menos yo lo espero, regrese con grandes cambios que lograran arrancar el asombro de los aficionados, creo que es el momento ideal para que retome el lugar que le corresponde, por lo menos aquí en nuestro país, al volver a ser considerado como parte de la cultura mexicana y uno de los principales espectáculos con una calidad innegable.

Mucho se ha dicho sobre la veracidad de la lucha libre como un deporte de contacto, actualmente la polémica en torno al tema parece haber disminuido, pero aun los escépticos son mayoría, negando de antemano el rango de deporte y catalogándola de un simple espectáculo y peor aún, descalificando un deporte que realmente le cuesta sangre, sudor y lágrimas a quienes lo practican, lo más triste es que quienes la atacan lo hacen sin conocerlo realmente.

Al tachar la lucha libre como un espectáculo lo hacen basados únicamente en lo que podríamos llamar acciones “predeterminadas” o lances ejecutados con cooperación del oponente, normalmente los detractores dicen “ya está todo arreglado”, “ya saben todo lo que van a realizar”, y la verdad es que todos los castigos y lances causan un dolor verdadero y además si estos son realizados en forma incorrecta pueden causar lesiones muy graves e incluso la muerte. Otra cosa que se menciona constantemente es “la sangre de los luchadores es falsa”, si alguien se propusiera verificar este hecho confirmaría que la sangre y las heridas sufridas por los luchadores es totalmente real, basta verle la frente, brazos y la mayor parte del físico a los gladiadores para comprobar que todo es verdad. El dolor siempre está presente en los encuentros, pero los luchadores pasan por un periodo largo de preparación, un proceso de adiestramiento que incluye entre muchas disciplinas el aprender a caer, saber cómo aplicar un castigo y como salir de el, quizá los que no aceptan a la lucha como un deporte dirán todo es mentira y exageración, pero la lucha libre, sus golpes y sus consecuencias son verídicas.

No se puede negar que dentro del desarrollo de una función de lucha libre exista un poco de exageración y teatro, pero hay que recordar que todos y cada uno de los luchadores al subir a un ring a combatir con un contrincante, suben representando un personaje, llenándolo de características, virtudes y defectos que tiene que dramatizar para hacer creíble su actuación y lograr que el público lo ovacione o lo abuchee. Son muchos los riesgos que se corren desde que se empieza a practicar y aumentan al momento de la presentación ante el público y aun así existe gente que sigue dudando sobre la veracidad de este deporte. Tal vez hoy en día se tenga este concepto de que la lucha es un falso combate por todo lo que se nos presenta sobre todo en televisión, en donde algunas empresas manejan demasiado cosas extras ajenas totalmente a lo que es la lucha libre, y además al tipo de lucha que se practica por un gran número de luchadores que abusan de la lucha aérea, pero como dijera nuestro paisano Miguel Galván “Pero esa es otra historia”.

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