/ jueves 28 de mayo de 2020

Entre las cuerdas

El papel que desempeñan los padres de familia dentro de la preparación de un atleta es muy importante como respaldo a las actividades de los entrenadores deportivos, de tal manera que se convierte en algo necesario, si es que queremos tener una juventud dedicada al estudio y al deporte. En ocasiones los mismos padres son los que afectan el desarrollo de sus hijos al intentar preparar a sus hijos en aspectos básicos, pero sin tener experiencia y/o una nula información del entrenador respecto a las actividades a ejecutar, ya sea porque no le tienen confianza al entrenador o consideran muchos de ellos que el manejo que se hace no es el adecuado con sus hijos, además de presionar en exceso para el logro de resultados que se buscan o se quieren obtener, también he observado que algunos padres se toman atribuciones que no les corresponden al tratar de dirigir u orientar al atleta en aspectos físicos, técnicos o tácticos al querer tomar el lugar del entrenador, deseando que su hijo gane todos y cada uno de los enfrentamientos que tiene y gritando y regañando cuando resulta una mala actuación o una derrota en combates reñidos, en ese sentido encontramos diferentes tipos de padres, como por ejemplo, los “consentidores”, “sobreprotectores”, “críticos”, “afectivos” y “regañones”, incluso en los eventos que se realizan fuera de nuestra entidad, algunos de los padres quisieran acompañarlos durante todo el trayecto del viaje de ida y vuelta y si es posible alojarse en donde se destine a los deportistas, para acompañarlos en todo tiempo, y no es que yo crea que es malo, sino que se le debe de otorgar espacio y tiempo a nuestros pequeños y aprendan a desarrollarse fuera de su círculo familiar en el caso de ser atletas menores o infantiles.

Todo lo anterior puede traer como consecuencia múltiples resultados negativos en la conducta de los atletas como la frustración, confusión emocional, llanto y achaque de las derrotas a terceras personas como lo son el entrenador, los jueces, el arbitraje, etc.

La participación de la familia es de vital importancia en la etapa de preparación de nuestros jóvenes atletas, lo mejor que pueden hacer los padres de familia con sus hijos deportistas es convertirse en motivadores externos para que se realicen las actividades programadas con mayor confianza y que esta sea trasmitida hacia los atletas durante el lapso de entrenamientos y durante los combates, a la vez que pueden exigir de parte de los entrenadores que sean más exigentes con sus hijos y tener una buena comunicación entre ellos y el entrenador. Buscar orientación del entrenador para saber cómo ayudar al boxeador a la hora del combate, también como contribuir al desarrollo tanto deportivo como escolar de sus hijos y llegar a cumplir a cabalidad su rol dentro de la actividad deportiva como en la vida cotidiana dentro de la sociedad en la que se vive, lograr la capacidad de nuestros deportistas de llevar una disciplina con buena actitud y compaginar sus estudios y deporte para tener un desarrollo integral debe de ser prioridad en nuestros fines.

El papel que desempeñan los padres de familia dentro de la preparación de un atleta es muy importante como respaldo a las actividades de los entrenadores deportivos, de tal manera que se convierte en algo necesario, si es que queremos tener una juventud dedicada al estudio y al deporte. En ocasiones los mismos padres son los que afectan el desarrollo de sus hijos al intentar preparar a sus hijos en aspectos básicos, pero sin tener experiencia y/o una nula información del entrenador respecto a las actividades a ejecutar, ya sea porque no le tienen confianza al entrenador o consideran muchos de ellos que el manejo que se hace no es el adecuado con sus hijos, además de presionar en exceso para el logro de resultados que se buscan o se quieren obtener, también he observado que algunos padres se toman atribuciones que no les corresponden al tratar de dirigir u orientar al atleta en aspectos físicos, técnicos o tácticos al querer tomar el lugar del entrenador, deseando que su hijo gane todos y cada uno de los enfrentamientos que tiene y gritando y regañando cuando resulta una mala actuación o una derrota en combates reñidos, en ese sentido encontramos diferentes tipos de padres, como por ejemplo, los “consentidores”, “sobreprotectores”, “críticos”, “afectivos” y “regañones”, incluso en los eventos que se realizan fuera de nuestra entidad, algunos de los padres quisieran acompañarlos durante todo el trayecto del viaje de ida y vuelta y si es posible alojarse en donde se destine a los deportistas, para acompañarlos en todo tiempo, y no es que yo crea que es malo, sino que se le debe de otorgar espacio y tiempo a nuestros pequeños y aprendan a desarrollarse fuera de su círculo familiar en el caso de ser atletas menores o infantiles.

Todo lo anterior puede traer como consecuencia múltiples resultados negativos en la conducta de los atletas como la frustración, confusión emocional, llanto y achaque de las derrotas a terceras personas como lo son el entrenador, los jueces, el arbitraje, etc.

La participación de la familia es de vital importancia en la etapa de preparación de nuestros jóvenes atletas, lo mejor que pueden hacer los padres de familia con sus hijos deportistas es convertirse en motivadores externos para que se realicen las actividades programadas con mayor confianza y que esta sea trasmitida hacia los atletas durante el lapso de entrenamientos y durante los combates, a la vez que pueden exigir de parte de los entrenadores que sean más exigentes con sus hijos y tener una buena comunicación entre ellos y el entrenador. Buscar orientación del entrenador para saber cómo ayudar al boxeador a la hora del combate, también como contribuir al desarrollo tanto deportivo como escolar de sus hijos y llegar a cumplir a cabalidad su rol dentro de la actividad deportiva como en la vida cotidiana dentro de la sociedad en la que se vive, lograr la capacidad de nuestros deportistas de llevar una disciplina con buena actitud y compaginar sus estudios y deporte para tener un desarrollo integral debe de ser prioridad en nuestros fines.

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