/ viernes 26 de junio de 2020

Entre las cuerdas

Cuando las personas practican cualquier deporte, en cualquier nivel, siempre tendrán la presencia de una ansiedad, y más si se trata de deportistas profesionales o de alto rendimiento, tengo la fortuna de haber experimentado durante treinta años, aproximadamente, las vivencias de la espera, preparación y el desarrollo de funciones de lucha libre y boxeo profesionales, desde aspectos muy diversos como espectador, luchador, organizador, promotor, referee y juez, y en todos ellos los involucrados siempre sienten, en menor o mayor grado cierto estrés y nerviosismo, incluso días antes de los combates pueden aparecer efectos de ese nerviosismo que se van incrementando según transcurre el tiempo y se aproxima la hora de combatir o luchar, según sea el caso o el cargo que se realice.

Estos efectos si no son atendidos de manera adecuada pueden ser muy perjudiciales para cualquier persona, se puede perder concentración y traer como consecuencia el bajo rendimiento, efectividad o la disminución de la autoestima afectando al individuo de forma importante. Si se actúa dentro del profesionalismo, lo puede llevar a una depresión que dificulte el progreso y la trayectoria profesional del deportista.

El nerviosismo o ansiedad que se experimenta antes y durante el desarrollo de una actuación se manifiesta de muy diversas formas y maneras que van desde las expresiones en lo fisiológico como el aumento en la frecuencia cardiaca y ritmo respiratorio, hasta llevar a cabo ciertas conductas o percibir algunas emociones, como la inseguridad que lo hacen enfadarse y transformarse en un ser violento y agresivo.

Son también muchas las formas en que se puede combatir todos esos síntomas, además debemos entender que todos estos problemas afectan en mayor grado a los deportistas que se les exige un rendimiento óptimo, ya sean profesionales o de alto rendimiento, los atletas deben de entender que no es bueno preocuparse del resultado que se obtenga ya que en cada presentación los deportistas se entregan y dan todo el rendimiento que les es posible, y sobre todo pensar que si practicamos estos deportes es porque en ellos encontramos satisfacción y disfrutamos de todo lo que hacemos porque es lo que nos gusta. Con esta actitud lograremos mejores triunfos y más fácil alcanzaremos nuestras propias metas.

En mi caso siempre sentí esa ansiedad o nerviosismo en todas mis presentaciones antes de cada combate, no importaba que tipo de escenario era en el que fuera a presentarme o cuanto público estaba presente, todo ese nerviosismo se extinguía al comenzar el combate y solo era cuestión de disfrutar todo aquello que hacía.

Cuando las personas practican cualquier deporte, en cualquier nivel, siempre tendrán la presencia de una ansiedad, y más si se trata de deportistas profesionales o de alto rendimiento, tengo la fortuna de haber experimentado durante treinta años, aproximadamente, las vivencias de la espera, preparación y el desarrollo de funciones de lucha libre y boxeo profesionales, desde aspectos muy diversos como espectador, luchador, organizador, promotor, referee y juez, y en todos ellos los involucrados siempre sienten, en menor o mayor grado cierto estrés y nerviosismo, incluso días antes de los combates pueden aparecer efectos de ese nerviosismo que se van incrementando según transcurre el tiempo y se aproxima la hora de combatir o luchar, según sea el caso o el cargo que se realice.

Estos efectos si no son atendidos de manera adecuada pueden ser muy perjudiciales para cualquier persona, se puede perder concentración y traer como consecuencia el bajo rendimiento, efectividad o la disminución de la autoestima afectando al individuo de forma importante. Si se actúa dentro del profesionalismo, lo puede llevar a una depresión que dificulte el progreso y la trayectoria profesional del deportista.

El nerviosismo o ansiedad que se experimenta antes y durante el desarrollo de una actuación se manifiesta de muy diversas formas y maneras que van desde las expresiones en lo fisiológico como el aumento en la frecuencia cardiaca y ritmo respiratorio, hasta llevar a cabo ciertas conductas o percibir algunas emociones, como la inseguridad que lo hacen enfadarse y transformarse en un ser violento y agresivo.

Son también muchas las formas en que se puede combatir todos esos síntomas, además debemos entender que todos estos problemas afectan en mayor grado a los deportistas que se les exige un rendimiento óptimo, ya sean profesionales o de alto rendimiento, los atletas deben de entender que no es bueno preocuparse del resultado que se obtenga ya que en cada presentación los deportistas se entregan y dan todo el rendimiento que les es posible, y sobre todo pensar que si practicamos estos deportes es porque en ellos encontramos satisfacción y disfrutamos de todo lo que hacemos porque es lo que nos gusta. Con esta actitud lograremos mejores triunfos y más fácil alcanzaremos nuestras propias metas.

En mi caso siempre sentí esa ansiedad o nerviosismo en todas mis presentaciones antes de cada combate, no importaba que tipo de escenario era en el que fuera a presentarme o cuanto público estaba presente, todo ese nerviosismo se extinguía al comenzar el combate y solo era cuestión de disfrutar todo aquello que hacía.

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