/ lunes 11 de marzo de 2019

¿Estado de bienestar con López Obrador?

El Estado del bienestar fue una propuesta de un antiguo liberal inglés que hizo en vísperas de lograr la paz en Inglaterra, y al final de la Segunda Guerra Mundial cobró plena vigencia. La propuesta dio origen a un apasionado debate entre diversas interpretaciones que varios intelectuales hicieron de ello, pero un hecho prevaleció: el estado otorgaba prestaciones sociales para los que cayeran en alguna desventura como desempleo, por accidentes, por vejez; combatía el desempleo y el miedo a éste, ayudaba a resolver cualquier problema que pudiera hacerse con dinero; a cambio, todos podrían realizar alguna labor excepto los impedidos físicamente. Había mucho trabajo que realizar en un país devastado por la guerra.

La realización de esta propuesta trajo algunos beneficios, logró la unidad de clases sociales diferentes y otras con intereses contrapuestos, se despertó el interés colectivo y generalizado en la vida pública sin desaparecer la empresa privada; el interés en la política, en hacer política, se convirtió en un interés colectivo, el interés de las masas en participar en la política llegó a su máxima expresión; varios intelectuales, incluyendo los más sagaces, llegaron a pensar que así sería el capitalismo posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Aparejado a lo anterior se aplicó la propuesta económica de Keynes quien propuso la intervención el Estado en la economía, como única posibilidad de salvar la sociedad de libre empresa privada. El viejo liberalismo y los Keynesianos anhelaban que su propuesta se hiciera extensiva internacionalmente y, por lo mismo, para América Latina. Los gobiernos priistas de entonces aplicaron estas propuestas y la creación de instituciones como el IMSS y el ISSSTE eran, según ellos, la evidencia; pero la difundieron como logros de la Revolución Mexicana. El resultado fue un estado asistencialista y una economía mixta con inversión pública y privada.

En esas condiciones del país iniciò López Obrador su participación política y en los movimientos sociales a los que apoyó sin dejar de ser priista y sin incorporarse al partido comunista según aclaración que hizo hace unos días. Él pensó que esos logros de la Revolución Mexicana debieron de tener continuidad, pero con Miguel de la Madrid triunfaron los tecnócratas, los neoliberales y su único camino fue participar con Cuauhtémoc Cárdenas y todo ese conjunto que se asumía como los que rescataban la Revolución Mexicana de la amenaza real de los neoliberales.

López Obrador ya les dijo a los empresarios organizados en el Consejo Coordinador Empresarial que su propuesta es la economía mixta, inversión pública y privada; ya se está viendo el asistencialismo del Estado, en pagarles el salario a los jóvenes que entren a trabajar con los empresarios, en el apoyo económico a los de la tercera edad, las becas universales a los estudiantes, la creación de cien universidades públicas en el país, las guarderías que va a crear el Estado, y en combatir la corrupción a su manera.

López Obrador y su equipo de trabajo, están organizando un nuevo régimen de gobierno y detrás de este se va viendo una modalidad de estado diferente al anterior; este régimen de gobierno necesita una base social permanente, y por eso, se puede pensar que no cese de estimular el ánimo y la participación colectiva en la política como principal soporte de lo que están construyendo. López Obrador si está organizando un estado asistencialista y piensa que es a partir de la Revolución Mexicana no destruida por los neoliberales que harán la cuarta transformación.

El Estado del bienestar fue una propuesta de un antiguo liberal inglés que hizo en vísperas de lograr la paz en Inglaterra, y al final de la Segunda Guerra Mundial cobró plena vigencia. La propuesta dio origen a un apasionado debate entre diversas interpretaciones que varios intelectuales hicieron de ello, pero un hecho prevaleció: el estado otorgaba prestaciones sociales para los que cayeran en alguna desventura como desempleo, por accidentes, por vejez; combatía el desempleo y el miedo a éste, ayudaba a resolver cualquier problema que pudiera hacerse con dinero; a cambio, todos podrían realizar alguna labor excepto los impedidos físicamente. Había mucho trabajo que realizar en un país devastado por la guerra.

La realización de esta propuesta trajo algunos beneficios, logró la unidad de clases sociales diferentes y otras con intereses contrapuestos, se despertó el interés colectivo y generalizado en la vida pública sin desaparecer la empresa privada; el interés en la política, en hacer política, se convirtió en un interés colectivo, el interés de las masas en participar en la política llegó a su máxima expresión; varios intelectuales, incluyendo los más sagaces, llegaron a pensar que así sería el capitalismo posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Aparejado a lo anterior se aplicó la propuesta económica de Keynes quien propuso la intervención el Estado en la economía, como única posibilidad de salvar la sociedad de libre empresa privada. El viejo liberalismo y los Keynesianos anhelaban que su propuesta se hiciera extensiva internacionalmente y, por lo mismo, para América Latina. Los gobiernos priistas de entonces aplicaron estas propuestas y la creación de instituciones como el IMSS y el ISSSTE eran, según ellos, la evidencia; pero la difundieron como logros de la Revolución Mexicana. El resultado fue un estado asistencialista y una economía mixta con inversión pública y privada.

En esas condiciones del país iniciò López Obrador su participación política y en los movimientos sociales a los que apoyó sin dejar de ser priista y sin incorporarse al partido comunista según aclaración que hizo hace unos días. Él pensó que esos logros de la Revolución Mexicana debieron de tener continuidad, pero con Miguel de la Madrid triunfaron los tecnócratas, los neoliberales y su único camino fue participar con Cuauhtémoc Cárdenas y todo ese conjunto que se asumía como los que rescataban la Revolución Mexicana de la amenaza real de los neoliberales.

López Obrador ya les dijo a los empresarios organizados en el Consejo Coordinador Empresarial que su propuesta es la economía mixta, inversión pública y privada; ya se está viendo el asistencialismo del Estado, en pagarles el salario a los jóvenes que entren a trabajar con los empresarios, en el apoyo económico a los de la tercera edad, las becas universales a los estudiantes, la creación de cien universidades públicas en el país, las guarderías que va a crear el Estado, y en combatir la corrupción a su manera.

López Obrador y su equipo de trabajo, están organizando un nuevo régimen de gobierno y detrás de este se va viendo una modalidad de estado diferente al anterior; este régimen de gobierno necesita una base social permanente, y por eso, se puede pensar que no cese de estimular el ánimo y la participación colectiva en la política como principal soporte de lo que están construyendo. López Obrador si está organizando un estado asistencialista y piensa que es a partir de la Revolución Mexicana no destruida por los neoliberales que harán la cuarta transformación.