/ miércoles 11 de septiembre de 2019

Estado laico

¡Vivimos en un estado laico!, suelen decir algunos con insistencia, sobre todo cuando alguien expresa convicciones contrarias a las suyas. Para algunos, repetir que vivimos en un estado laico se ha convertido casi en una “oración para exorcizar” a quien está a favor del matrimonio, la familia o la vida desde la concepción hasta la muerte natural. No creo que vivir en un estado laico signifique dejar de estar a favor de estos valores, o no poder expresarse en ese sentido, así como tampoco significa que esté prohibido estar a favor del aborto, la eutanasia o los matrimonios igualitarios.

Lo contrario a un estado laico es más bien un estado confesional, aunque hay muchos matices según el país. Inglaterra es, por ejemplo, un estado confesional, al menos porque la religión oficial es el anglicanismo, aunque en realidad hay mucha apertura a que cada quien practique y exprese sus propias creencias. Hay otros países confesionales en donde es más restringido practicar valores distintos a los que impone la religión oficial. Esto sucede, por ejemplo, en algunos países oficialmente musulmanes.

Tienen mucha razón quienes insisten en que vivimos en un estado laico, y qué bueno que así sea. Un estado laico, contrario a un estado confesional restrictivo, es el que no tiene una religión oficial, pues todas caben, y así asegura que todos pueden practicar sus creencias. En realidad, el estado laico es una conquista que nos permite a todos creer y expresar lo que queramos, respetando a los demás. Nadie en México debe ser castigado o maltratado por expresar lo que cree, siempre y cuando lo haga sin violencia.

Cuando alguien manifiesta estar a favor del aborto, la eutanasia o los matrimonios igualitarios, no significa que no tenga convicciones o creencias, o que estar a favor de todo eso sea una posición “más pura, más laica”, que el que está en contra. Siempre hay algo que está en la raíz de lo que pensamos, ya sea una cierta educación, unos valores, las propias experiencias buenas o negativas, y precisamente el estado laico asegura que podamos expresarlo, aunque no coincidamos en todo, como es normal. No es menos laico estar a favor o en contra de algo. Lo laico significa libertad de expresión. Y eso no debemos de perderlo, pues mucho nos ha costado.

No confundamos estado laico con no poder expresarnos, o al menos con no poder expresar ciertas convicciones. Todos caben en un estado laico. Sigamos apostando por el camino de la democracia, de las leyes, y del respeto de las mayorías parlamentarias a la hora de votar, para plasmar precisamente en las leyes los caminos por donde queremos sacar adelante a México. ¡Gracias!

¡Vivimos en un estado laico!, suelen decir algunos con insistencia, sobre todo cuando alguien expresa convicciones contrarias a las suyas. Para algunos, repetir que vivimos en un estado laico se ha convertido casi en una “oración para exorcizar” a quien está a favor del matrimonio, la familia o la vida desde la concepción hasta la muerte natural. No creo que vivir en un estado laico signifique dejar de estar a favor de estos valores, o no poder expresarse en ese sentido, así como tampoco significa que esté prohibido estar a favor del aborto, la eutanasia o los matrimonios igualitarios.

Lo contrario a un estado laico es más bien un estado confesional, aunque hay muchos matices según el país. Inglaterra es, por ejemplo, un estado confesional, al menos porque la religión oficial es el anglicanismo, aunque en realidad hay mucha apertura a que cada quien practique y exprese sus propias creencias. Hay otros países confesionales en donde es más restringido practicar valores distintos a los que impone la religión oficial. Esto sucede, por ejemplo, en algunos países oficialmente musulmanes.

Tienen mucha razón quienes insisten en que vivimos en un estado laico, y qué bueno que así sea. Un estado laico, contrario a un estado confesional restrictivo, es el que no tiene una religión oficial, pues todas caben, y así asegura que todos pueden practicar sus creencias. En realidad, el estado laico es una conquista que nos permite a todos creer y expresar lo que queramos, respetando a los demás. Nadie en México debe ser castigado o maltratado por expresar lo que cree, siempre y cuando lo haga sin violencia.

Cuando alguien manifiesta estar a favor del aborto, la eutanasia o los matrimonios igualitarios, no significa que no tenga convicciones o creencias, o que estar a favor de todo eso sea una posición “más pura, más laica”, que el que está en contra. Siempre hay algo que está en la raíz de lo que pensamos, ya sea una cierta educación, unos valores, las propias experiencias buenas o negativas, y precisamente el estado laico asegura que podamos expresarlo, aunque no coincidamos en todo, como es normal. No es menos laico estar a favor o en contra de algo. Lo laico significa libertad de expresión. Y eso no debemos de perderlo, pues mucho nos ha costado.

No confundamos estado laico con no poder expresarnos, o al menos con no poder expresar ciertas convicciones. Todos caben en un estado laico. Sigamos apostando por el camino de la democracia, de las leyes, y del respeto de las mayorías parlamentarias a la hora de votar, para plasmar precisamente en las leyes los caminos por donde queremos sacar adelante a México. ¡Gracias!