/ lunes 17 de enero de 2022

Estrategia mediática en política

En México vemos nueva dinámica de hacer política pero es cada vez más degradante pues no siempre es propositiva ni procura lograr el desarrollo humano integral de ciudadanos. No, para nada, dicha dinámica se basa en ataques constantes, premeditados y calculados, con contenido de odio y tratar de destrozar al contrario. Situación lamentable e inconveniente para nuestra nación.

Ante los ataques de índole política en medios de comunicación impresos, televisivos e internet hay enérgicas respuestas. Tanto ataques como respuestas muchas veces son mentiras o sin correcta objetividad pero realizadas conscientemente y sin ética alguna.

Desafortunadamente ello es resultado del bajo nivel cultural o intelectual predominante en nuestra clase política, de algunos comunicadores y empresarias que paga a los que publican. Dan más prioridad a la ambición e hipocresía que la honestidad y no aceptan la democracia. Argumento válido en funcionarios gubernamentales (federales, estatales y municipales), militantes de todos los partidos y de varios estrategas del comercio de la información vía periodismo que aplican mismo modelo estadounidense de mercadotecnia con ataques directos contra la competencia y dar amplia difusión. Los periodistas que más atacan al Presidente de la República argumentan su libertad de expresión pero no toleran ataques-respuestas de funcionarios gubernamentales y éstos tampoco son tolerantes ante la información a veces cierta, sintiéndose humillados u ofendidos respondiendo con ímpetu a comunicadores que les atacan.

Si usted, que amablemente lee estas líneas, observa la cantidad y tipo de información que fluye en diferentes medios periodísticos se dará cuenta de tal estrategia y más contra el Presidente López Obrador, de tal manera que estudiosos de comunicación política afirman que es el presidente con más linchamiento mediático en la historia de nuestro país, seguido de Francisco I. Madero. Aplicando la ley “Causa-Efecto” resulta lógico que se defienda y hasta se confronte con la prensa pero al hacerlo también formula ataques a sus adversarios, similarmente lo hacen varios periodistas “youtubers” proAMLO. Esta lucha mediática con mutuo ataque virulento también la observamos en las Cámaras de Diputados y Senadores donde el nivel parlamentario de algunas y algunos es patético.

Infortunadamente es nueva forma de ejercer la política mexicana durante esta tercera década del siglo XXI, demostrando estadísticamente que el nivel cultural de la clase política no da para más. La solución ciudadana es votar razonadamente para seleccionar candidatos correctos y juzgar críticamente al periodismo sin veracidad ni ética.

En México vemos nueva dinámica de hacer política pero es cada vez más degradante pues no siempre es propositiva ni procura lograr el desarrollo humano integral de ciudadanos. No, para nada, dicha dinámica se basa en ataques constantes, premeditados y calculados, con contenido de odio y tratar de destrozar al contrario. Situación lamentable e inconveniente para nuestra nación.

Ante los ataques de índole política en medios de comunicación impresos, televisivos e internet hay enérgicas respuestas. Tanto ataques como respuestas muchas veces son mentiras o sin correcta objetividad pero realizadas conscientemente y sin ética alguna.

Desafortunadamente ello es resultado del bajo nivel cultural o intelectual predominante en nuestra clase política, de algunos comunicadores y empresarias que paga a los que publican. Dan más prioridad a la ambición e hipocresía que la honestidad y no aceptan la democracia. Argumento válido en funcionarios gubernamentales (federales, estatales y municipales), militantes de todos los partidos y de varios estrategas del comercio de la información vía periodismo que aplican mismo modelo estadounidense de mercadotecnia con ataques directos contra la competencia y dar amplia difusión. Los periodistas que más atacan al Presidente de la República argumentan su libertad de expresión pero no toleran ataques-respuestas de funcionarios gubernamentales y éstos tampoco son tolerantes ante la información a veces cierta, sintiéndose humillados u ofendidos respondiendo con ímpetu a comunicadores que les atacan.

Si usted, que amablemente lee estas líneas, observa la cantidad y tipo de información que fluye en diferentes medios periodísticos se dará cuenta de tal estrategia y más contra el Presidente López Obrador, de tal manera que estudiosos de comunicación política afirman que es el presidente con más linchamiento mediático en la historia de nuestro país, seguido de Francisco I. Madero. Aplicando la ley “Causa-Efecto” resulta lógico que se defienda y hasta se confronte con la prensa pero al hacerlo también formula ataques a sus adversarios, similarmente lo hacen varios periodistas “youtubers” proAMLO. Esta lucha mediática con mutuo ataque virulento también la observamos en las Cámaras de Diputados y Senadores donde el nivel parlamentario de algunas y algunos es patético.

Infortunadamente es nueva forma de ejercer la política mexicana durante esta tercera década del siglo XXI, demostrando estadísticamente que el nivel cultural de la clase política no da para más. La solución ciudadana es votar razonadamente para seleccionar candidatos correctos y juzgar críticamente al periodismo sin veracidad ni ética.