/ miércoles 22 de junio de 2022

Foro sobre energía y clima

La seguridad climática y la seguridad energética van de la mano, señaló el viernes de la semana pasada el Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en el Foro de las Principales Economías sobre Energía y Clima. Dicha aseveración confirma lo que he venido planteando en columnas anteriores: las naciones deben tomar sus previsiones para garantizar su seguridad energética mientras se consolida su transición hacia las energías renovables.

El Foro sobre Energía y Clima fue impulsado y organizado por la Casa Blanca y se desarrolló de manera virtual. En el Foro participaron los mandatarios de diversos países, quienes representan a varias de las principales economías del mundo y que igualmente causan el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo. Nuestro país participó en voz del Presidente de la República, quien presentó un decálogo de acciones contra el cambio climático. Este Foro, y los planteamientos expresado en él, adquieren relevancia porque son la antesala de la cumbre sobre cambio climático, la COP 27, que se celebrará en Egipto en el mes de noviembre.

Garantizar la seguridad energética es la principal preocupación que expresaron los países en el Foro. El diagnóstico es que la guerra entre Rusia y Ucrania ha provocado una crisis energética mundial: se han incrementado los precios del petróleo y, en consecuencia, el precio de la gasolina ha subido y la inflación se ha disparado. Esta situación se resiente en los bolsillos de las personas y mete presión a los gobiernos. Por otra parte, para el caso específico de la Unión Europea su preocupación además es dejar de depender del petróleo y gas rusos.

Ante este escenario de crisis energética y, adelantándose a lo que podría pasar en un futuro, los países están viendo en las energías renovables la alternativa para garantizar su seguridad energética. Así, vemos que las energías renovables tienen varias dimensiones: 1) un componente medio ambiental porque contribuyen en la lucha contra el calentamiento global; 2) un elemento económico porque se busca atemperar las fluctuaciones y especulaciones en el precio de las energías fósiles y, 3) un componente geopolítico: las potencias mundiales tradicionales (Estados Unidos, algunos países de la Unión Europea) buscan frenar el ascenso de las potencias emergentes (China, Rusia e India).

En el Foro se plantearon propuestas interesantes para lograr la seguridad energética de la mano de la seguridad climática como el compromiso de reducir las emisiones de metano, así como llegar a la meta para el 2030 de que el 50% de los vehículos que se produzcan y vendan sean eléctricos; en otras palabras, avanzar hacia la electromovilidad.

La reflexión final es que el objetivo de cada país es garantizar su seguridad energética, en función de sus recursos naturales, su ubicación geográfica estratégica y sus capacidades tecnológicas.

La seguridad climática y la seguridad energética van de la mano, señaló el viernes de la semana pasada el Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en el Foro de las Principales Economías sobre Energía y Clima. Dicha aseveración confirma lo que he venido planteando en columnas anteriores: las naciones deben tomar sus previsiones para garantizar su seguridad energética mientras se consolida su transición hacia las energías renovables.

El Foro sobre Energía y Clima fue impulsado y organizado por la Casa Blanca y se desarrolló de manera virtual. En el Foro participaron los mandatarios de diversos países, quienes representan a varias de las principales economías del mundo y que igualmente causan el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo. Nuestro país participó en voz del Presidente de la República, quien presentó un decálogo de acciones contra el cambio climático. Este Foro, y los planteamientos expresado en él, adquieren relevancia porque son la antesala de la cumbre sobre cambio climático, la COP 27, que se celebrará en Egipto en el mes de noviembre.

Garantizar la seguridad energética es la principal preocupación que expresaron los países en el Foro. El diagnóstico es que la guerra entre Rusia y Ucrania ha provocado una crisis energética mundial: se han incrementado los precios del petróleo y, en consecuencia, el precio de la gasolina ha subido y la inflación se ha disparado. Esta situación se resiente en los bolsillos de las personas y mete presión a los gobiernos. Por otra parte, para el caso específico de la Unión Europea su preocupación además es dejar de depender del petróleo y gas rusos.

Ante este escenario de crisis energética y, adelantándose a lo que podría pasar en un futuro, los países están viendo en las energías renovables la alternativa para garantizar su seguridad energética. Así, vemos que las energías renovables tienen varias dimensiones: 1) un componente medio ambiental porque contribuyen en la lucha contra el calentamiento global; 2) un elemento económico porque se busca atemperar las fluctuaciones y especulaciones en el precio de las energías fósiles y, 3) un componente geopolítico: las potencias mundiales tradicionales (Estados Unidos, algunos países de la Unión Europea) buscan frenar el ascenso de las potencias emergentes (China, Rusia e India).

En el Foro se plantearon propuestas interesantes para lograr la seguridad energética de la mano de la seguridad climática como el compromiso de reducir las emisiones de metano, así como llegar a la meta para el 2030 de que el 50% de los vehículos que se produzcan y vendan sean eléctricos; en otras palabras, avanzar hacia la electromovilidad.

La reflexión final es que el objetivo de cada país es garantizar su seguridad energética, en función de sus recursos naturales, su ubicación geográfica estratégica y sus capacidades tecnológicas.