El precio del cilindro de gas licuado de petróleo (LP) alcanzó precios máximos históricos, que rondan los 750 pesos en la zona metropolitana de Zacatecas. Las principales estaciones de distribución reportan que este este precio se ha mantenido por más de una semana. Por su parte, el gas estacionario también se encareció, al alcanzar el precio récord de 13.47 pesos el litro.
A diferencia de los otros combustibles, el gas lp no ha mantenido la estabilidad de sus precios, sino que ha llegado a su punto más alto en los últimos años, lo que representa serias dificultades para las familias menos favorecidas; al ser un producto de primera necesidad, tiene poca elasticidad, por lo que las y los consumidores deben pagar esos precios al no tener un sustituto.
A pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha puesto en marcha una nueva política energética, las disposiciones para adquirir gas lp importado o producido por Pemex facilitan la configuración de grupos privados, los cuales inflan el precio del combustible que ofrecen al público. De acuerdo con la Comisión Reguladora de Energía (cre), existen cerca de mil plantas de distribución y una concentración en sólo seis o siete grupos, con un control del 60 por ciento del mercado, por lo que se anunció la creación del Gas Bienestar, una empresa que estará a cargo de Petróleos Mexicanos, que se encargará de distribuir este insumo a precios justos a las familias mexicanas.
Esta decisión resulta táctica para el cumplimiento de una estrategia energética, basada precisamente en el bienestar: en el ejercicio y en la garantía de los derechos de la ciudadanía, entre los que se encuentra el acceso a energéticos que se utilizan en el día a día para realizar actividades cotidianas, como lo es el gas lp, que resulta indispensable para ocho de cada 10 familias.
Resultan infundados los argumentos que aseguran que esta empresa podría vulnerar la competitividad; el Estado se hace presente en este tipo de dificultades mediante el ejercicio de sus funciones, sin imponer precios ni restricciones desproporcionadas.
Casi a la mitad del sexenio, el presidente ha cumplido casi la totalidad de sus 100 compromisos con la ciudadanía, pero el objetivo de no aumentar el precio de los combustibles no se puede lograr sin una alianza con el sector privado y con la ciudadanía, para configurar nuevos modelos de negocios, donde el lucro no se persiga a toda costa, sino que sea el bien común que nos una en el trabajo colaborativo, lo que sin duda será benéfico para las familias zacatecanas en estos tiempos de crisis económica.