/ miércoles 3 de noviembre de 2021

Glasgow y el punto de quiebre

La 26ª Conferencias de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) que empezó el 31 de octubre en Glasgow, Reino Unido, es decisiva en el objetivo de frenar el calentamiento global. Esta COP26 es decisiva porque tiene una particularidad: no se realizó en el 2020 por causa de la pandemia por COVID19. Aún con el paro de la actividad económica, el calentamiento global continuó.

En la COP21, que se realizó en París en 2015, los líderes lograron un acuerdo histórico para combatir el cambio climático. El Acuerdo de París estableció el objetivo de frenar el aumento de la temperatura del planeta por debajo de los 2 grados centígrados y esforzarse para limitarlo a 1.5 grados centígrados. Adicionalmente, los países establecieron el compromiso de que cada cinco años informarán sobre los avances en el cumplimiento de sus Programas Nacionales de reducción de emisiones de gases contaminantes. Precisamente, este es uno de los temas relevantes que se revisarán hasta el próximo 12 de noviembre.

La COP26 tiene como misión también alcanzar tres objetivos decisivos: garantizar la neutralidad de emisiones de dióxido de carbono (CO2) para 2050; adaptación para proteger la biodiversidad y, movilizar financiamiento para los países en desarrollo. El reto de los próximos días en Glasgow es que los líderes mundiales alcancen acuerdos para salvar al planeta. Los científicos ya hablaron, ahora es tiempo de la diplomacia.

En el marco del inicio de esta Conferencia, se presentaron dos anuncios que vale la pena destacar. En la Cumbre del G20 en Roma, los líderes de las economías principales del mundo -que son también las economías que más gases contaminantes emiten- acordaron: reafirmar el Acuerdo de París, alcanzar la neutralidad del carbono para mediados de siglo, ratificar el compromiso de los países desarrollados de movilizar en conjunto 100 mil millones de dólares anuales hasta el 2025 a los países en desarrollo para mitigar el cambio climático y poner fin al financiamiento público internacional para la nueva generación de energía a partir del carbón en el extranjero para finales de este año.

“No elijan la extinción”, fue el mensaje del dinosaurio Frankie en la más alta tribuna de la Naciones Unidas. Lo anterior como parte de una campaña del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo que busca sensibilizar sobre las desastrosas consecuencias del cambio climático. “En el mundo hay mucha gente viviendo en la pobreza. ¿No creen que ayudarlos tendría más sentido que, no sé, pagar por la desaparición de su propia especie?”, señaló el dinosaurio Frankie. Lamentablemente, los pobres son los más afectados por el cambio climático y las epidemias y pandemias.

La COP26 es un punto de inflexión: la ultima gran oportunidad que tenemos para frenar el cambio climático.

La 26ª Conferencias de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) que empezó el 31 de octubre en Glasgow, Reino Unido, es decisiva en el objetivo de frenar el calentamiento global. Esta COP26 es decisiva porque tiene una particularidad: no se realizó en el 2020 por causa de la pandemia por COVID19. Aún con el paro de la actividad económica, el calentamiento global continuó.

En la COP21, que se realizó en París en 2015, los líderes lograron un acuerdo histórico para combatir el cambio climático. El Acuerdo de París estableció el objetivo de frenar el aumento de la temperatura del planeta por debajo de los 2 grados centígrados y esforzarse para limitarlo a 1.5 grados centígrados. Adicionalmente, los países establecieron el compromiso de que cada cinco años informarán sobre los avances en el cumplimiento de sus Programas Nacionales de reducción de emisiones de gases contaminantes. Precisamente, este es uno de los temas relevantes que se revisarán hasta el próximo 12 de noviembre.

La COP26 tiene como misión también alcanzar tres objetivos decisivos: garantizar la neutralidad de emisiones de dióxido de carbono (CO2) para 2050; adaptación para proteger la biodiversidad y, movilizar financiamiento para los países en desarrollo. El reto de los próximos días en Glasgow es que los líderes mundiales alcancen acuerdos para salvar al planeta. Los científicos ya hablaron, ahora es tiempo de la diplomacia.

En el marco del inicio de esta Conferencia, se presentaron dos anuncios que vale la pena destacar. En la Cumbre del G20 en Roma, los líderes de las economías principales del mundo -que son también las economías que más gases contaminantes emiten- acordaron: reafirmar el Acuerdo de París, alcanzar la neutralidad del carbono para mediados de siglo, ratificar el compromiso de los países desarrollados de movilizar en conjunto 100 mil millones de dólares anuales hasta el 2025 a los países en desarrollo para mitigar el cambio climático y poner fin al financiamiento público internacional para la nueva generación de energía a partir del carbón en el extranjero para finales de este año.

“No elijan la extinción”, fue el mensaje del dinosaurio Frankie en la más alta tribuna de la Naciones Unidas. Lo anterior como parte de una campaña del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo que busca sensibilizar sobre las desastrosas consecuencias del cambio climático. “En el mundo hay mucha gente viviendo en la pobreza. ¿No creen que ayudarlos tendría más sentido que, no sé, pagar por la desaparición de su propia especie?”, señaló el dinosaurio Frankie. Lamentablemente, los pobres son los más afectados por el cambio climático y las epidemias y pandemias.

La COP26 es un punto de inflexión: la ultima gran oportunidad que tenemos para frenar el cambio climático.