Vivimos tiempos en que es necesario reavivar las raíces cristianas de nuestro pueblo. Papa San Juan Pablo II a Europa lanzó aquel grito histórico en Santiago de Compostela: “¡España, vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia!”. Esto nos queda bien a todo mundo.
Un servicio respetuoso con la realidad y desde la libertad de los hijos de Dios ha de llevar a disipar el malentendido de que Dios solo puede ser afirmado a costa del hombre o al margen del hombre y de que el hombre sólo puede ser servido al margen o en contra de Dios. Por eso, lo que importa realmente es que cada realidad nuestra se vuelva a encontrar a sí misma, que sea ella misma, que descubra sus orígenes y avive sus raíces; que reviva aquellos valores que hicieron gloriosa su historia.
Nuestra sociedad necesita una reconstrucción que exige sabiduría y hondura espiritual.