/ miércoles 4 de noviembre de 2020

¿Habrá un nuevo inquilino en la Casa Blanca?

Esta semana se define el cauce de la democracia más poderosa del mundo, las elecciones en Estados Unidos concluyen su período más importante y por fin (si es que existe un ganador contundente) conoceremos quién se sentará en la silla presidencial del despacho oval en la Casa Blanca por los próximos cuatro años. La contienda se concentra en dos candidatos, a saber: Joe Biden (demócrata) ex vicepresidente de los Estados Unidos durante la administración de Obama y, por otro lado, Donald J. Trump (republicano) quien busca la reelección y por consiguiente, continuar con su administración. A diferencia de la democracia mexicana que puede calificarse como “directa” debido a que el candidato con mayor número de votos gana la elección, el sistema electoral estadounidense funciona de manera distinta ya que esto no siempre se cumple. ¿Cómo entonces se elige al presidente en Estados Unidos?

En Estados Unidos la elección a presidente es de tipo “indirecta”, es decir, el voto popular no elige quién deberá ser el presidente, quien lo elige es el Colegio Electoral que se integra por 538 electores provenientes de cada uno de los Estados, estos son elegidos dentro del comité estatal de cada partido en cada uno de los estados. Por ejemplo, Texas tiene un total de 38 electores dentro del Colegio Electoral, si la elección es favorable para el ala republicana, los electores del colegio electoral de ese estado votarán en favor de Donald Trump. Para ganar la elección el candidato o candidata necesita 270 votos (la mitad más uno) de los miembros del Colegio Electoral y no así la mayoría del voto popular. Es por eso que, se puede dar el caso, como fue en las elecciones de 2016, en las que Hillary Clinton obtuvo un total de votos populares mayor al de su contrincante y sin embargo, por contar con 306 votos del Colegio Electoral ganó la presidencia Donald Trump.

En razón de lo anterior, los candidatos concentran sus esfuerzos en los swing states o estados oscilantes los cuales no tienen una tendencia histórica y suelen variar de partido dependiendo de cada elección. Bloomberg (EU) emitió un estudio donde menciona los estados clave para la elección de 2020, entre ellos se encuentran: Texas, Iowa, Georgia, Florida, Ohio. Dentro de esta lista se ubican estados que, en la elección anterior, los republicanos habían asegurado con una ventaja abrumadora sobre los demócratas. Sin embargo, son estados que han padecido de forma despiadada la pandemia de Covid, por ejemplo, Ohio reportó el pasado sábado un total de 2,915 nuevos casos positivos. A ojo de los expertos el mal manejo de la pandemia se está traduciendo en un cambio de preferencias electorales en favor de los demócratas. ¿Retomarán el timón los demócratas? De ser triunfadores, ¿se aceptará plena y llanamente la decisión por parte del actual presidente?

Esta semana se define el cauce de la democracia más poderosa del mundo, las elecciones en Estados Unidos concluyen su período más importante y por fin (si es que existe un ganador contundente) conoceremos quién se sentará en la silla presidencial del despacho oval en la Casa Blanca por los próximos cuatro años. La contienda se concentra en dos candidatos, a saber: Joe Biden (demócrata) ex vicepresidente de los Estados Unidos durante la administración de Obama y, por otro lado, Donald J. Trump (republicano) quien busca la reelección y por consiguiente, continuar con su administración. A diferencia de la democracia mexicana que puede calificarse como “directa” debido a que el candidato con mayor número de votos gana la elección, el sistema electoral estadounidense funciona de manera distinta ya que esto no siempre se cumple. ¿Cómo entonces se elige al presidente en Estados Unidos?

En Estados Unidos la elección a presidente es de tipo “indirecta”, es decir, el voto popular no elige quién deberá ser el presidente, quien lo elige es el Colegio Electoral que se integra por 538 electores provenientes de cada uno de los Estados, estos son elegidos dentro del comité estatal de cada partido en cada uno de los estados. Por ejemplo, Texas tiene un total de 38 electores dentro del Colegio Electoral, si la elección es favorable para el ala republicana, los electores del colegio electoral de ese estado votarán en favor de Donald Trump. Para ganar la elección el candidato o candidata necesita 270 votos (la mitad más uno) de los miembros del Colegio Electoral y no así la mayoría del voto popular. Es por eso que, se puede dar el caso, como fue en las elecciones de 2016, en las que Hillary Clinton obtuvo un total de votos populares mayor al de su contrincante y sin embargo, por contar con 306 votos del Colegio Electoral ganó la presidencia Donald Trump.

En razón de lo anterior, los candidatos concentran sus esfuerzos en los swing states o estados oscilantes los cuales no tienen una tendencia histórica y suelen variar de partido dependiendo de cada elección. Bloomberg (EU) emitió un estudio donde menciona los estados clave para la elección de 2020, entre ellos se encuentran: Texas, Iowa, Georgia, Florida, Ohio. Dentro de esta lista se ubican estados que, en la elección anterior, los republicanos habían asegurado con una ventaja abrumadora sobre los demócratas. Sin embargo, son estados que han padecido de forma despiadada la pandemia de Covid, por ejemplo, Ohio reportó el pasado sábado un total de 2,915 nuevos casos positivos. A ojo de los expertos el mal manejo de la pandemia se está traduciendo en un cambio de preferencias electorales en favor de los demócratas. ¿Retomarán el timón los demócratas? De ser triunfadores, ¿se aceptará plena y llanamente la decisión por parte del actual presidente?