Adquirimos una identidad cuando se nos asigna un nombre con la fecha de nacimiento, a este documento se le van adicionando otros con carácter oficial, en la vida de todas las personas.
La identidad personal es lo que nos define, será la percepción de uno mismo, nuestro propio reconocimiento y va unido a la personalidad con ciertas características proyectadas de conductas que nos diferencian.
Inicialmente debido a la estrecha convivencia con los padres es parecida, porque se va adquiriendo la identidad familiar, posteriormente cuando un niño empieza a diferenciarse de los demás, podría decirse que inicia la historia de cada quien, generándose cambios físicos y cognitivos.
En la adolescencia se busca su definición, experimentando y tomando riesgos que en muchas ocasiones son innecesarios, para reafirmarse con la construcción de su propia identidad psicosocial.
Esta etapa suele ser difícil porque se sufren cambios corporales, hay inseguridad y miedo a la aceptación; se desea más autonomía, queriendo liberarse del control de los padres; el comportamiento por rebeldía a la autoridad es ocasionalmente violento. Su apariencia es modificada drásticamente, al compararla con otros adolescentes y quieren romper las reglas impuestas por la familia o escuela. El resultado es desestabilizador y difícil como necesario para la transición a la edad adulta.
Al hacer el análisis de quien soy y como nos ven los demás en una sociedad, se inicia una búsqueda de la propia identidad, mediante la percepción y sensación. Las cuales van relacionados entre sí, debido a que se procesa internamente la información del entorno social y cultural con los sentidos de la vista, oído, olfato, tacto y gusto, estableciendo una interpretación, siendo para cada uno diferente.
La autodefinición se empieza a formar con el conocimiento de uno mismo creando una imagen mental, al reconocer nuestras habilidades y personalidad. Pudiendo ser modificada también porque la autoestima varia con la relación del exterior, por comentarios positivos o no, transgrediendo la evolución.
Hay crisis de identidad por sentimientos de incomprensión, soledad, pérdidas, traiciones, divorcios, es un proceso emocional a superar, identificando las debilidades sin miedo con pensamientos positivos, aceptando lo inevitable.
Todas las personas tienen identidad múltiple; como la de género, social, nacional, corporativa o institucional, etc. Es importante determinar las modificaciones necesarias, utilizando buenas ideas con creatividad para favorecer la libertad y minimizar una dependencia externa, con la decisión a realizarla de acuerdo a sus valores morales.
Se pueden iniciar los cambios en los aspectos que así se consideren, en base a las prioridades, estableciendo una autocrítica, valorando sus capacidades o limitaciones apegadas a la realidad para fortalecer, sin temor la historia de la identidad personal con una auténtica autovaloración.
