/ lunes 28 de enero de 2019

Iglesia católica y gobernabilidad por la paz

La Iglesia Católica tiene importante función tanto espiritual como formarnos en buenas cualidades individuales y sociales. Es y será un pilar para que con principios, valores y actitudes deseables seamos mejores personas integralmente.

El Estado-Gobierno tiene el mandato constitucional de cuidar y fortalecer nuestro desarrollo humano, socialy económico, cuidar de la integridad física y patrimonial de todo compatriota, dentro y fuera del territorio nacional.

Cuando ambas instituciones logren unificar y trabajarvisiones del desarrollo humano para la calidad de vida,siempre bajo el marco jurídico de separación Iglesias-Estado,indudablemente que será un gran avanceparavivir conforme al derecho establecido en nuestra Constitución, en consolidar unanueva cultura nacional basada en armonía, respeto, honestidad y responsabilidad, para alcanzar mejores condiciones de empleabilidad, vivienda, salud, educación y alimentación, mejorar substancialmente la actual situación económica pues la mitad de mexicanos viven en pobreza;abatir el rezago social en varios aspectos como es la pobreza de pensamiento (la que másnos afecta).

Se percibe que el presidente López Obrador (AMLO) pretende un cambio en la forma de hacer gobierno, también en las relaciones pueblo-gobierno y pueblo-pueblo. Entre sus estrategias está la de pacificar nuestro país y para ello invitó a la Iglesia Católica atrabajar juntos en rescatar el tejido social. Pero dicha iglesia tiene las siguientes posturas:“Colaborar en los proyectos que apunten hacia el bien común, y ejercer una actitud crítica frente a aquellas situaciones que demanden de los obispos una voz que oriente a los millones de mexicanos que profesan la religión católica” (El Financiero, 02/diciembre/2018); el arzobispo de Morelia y enlace de la Conferencia del Episcopado Mexicano con el gobierno de AMLO, Carlos Garfias Merlos, considera que el clero católico mexicano participará en ello (El Sol de México, 24/enero/2019), sin embargo días después declara que “El diálogo le toca a la Iglesia, no al gobierno” (El Universal, 27/enero/2019), por su parte el obispo de Saltillo, Raúl Vera López, refirió que “AMLO debe gobernar con el pueblo, no sólo con su gabinete” (La Jornada, 26/enero/2019).

Los comentarios son: por el bien de los mexicanos a futuro inmediato, es deseable que la alta jerarquía católica defina con precisión su actitud político-religiosa respecto al régimen de AMLO y no estar midiendo posibles acuerdos o negociaciones para beneficio institucional, ni condicionar acciones a situaciones de política pública a grupo hegemónico alguno.

Independientemente de profesar en tiempos y formas algún culto religioso, los mexicanos tenemos identidad nacional y anhelamosunverdadero bienestar integral, vivir con tranquilidad personal, familiar y social, por ello precisamos una nueva modalidad de cooperación entre estas dos importantes entidadesorientada a la paz y gobernabilidad que merecemos los mexicanos.

La Iglesia Católica tiene importante función tanto espiritual como formarnos en buenas cualidades individuales y sociales. Es y será un pilar para que con principios, valores y actitudes deseables seamos mejores personas integralmente.

El Estado-Gobierno tiene el mandato constitucional de cuidar y fortalecer nuestro desarrollo humano, socialy económico, cuidar de la integridad física y patrimonial de todo compatriota, dentro y fuera del territorio nacional.

Cuando ambas instituciones logren unificar y trabajarvisiones del desarrollo humano para la calidad de vida,siempre bajo el marco jurídico de separación Iglesias-Estado,indudablemente que será un gran avanceparavivir conforme al derecho establecido en nuestra Constitución, en consolidar unanueva cultura nacional basada en armonía, respeto, honestidad y responsabilidad, para alcanzar mejores condiciones de empleabilidad, vivienda, salud, educación y alimentación, mejorar substancialmente la actual situación económica pues la mitad de mexicanos viven en pobreza;abatir el rezago social en varios aspectos como es la pobreza de pensamiento (la que másnos afecta).

Se percibe que el presidente López Obrador (AMLO) pretende un cambio en la forma de hacer gobierno, también en las relaciones pueblo-gobierno y pueblo-pueblo. Entre sus estrategias está la de pacificar nuestro país y para ello invitó a la Iglesia Católica atrabajar juntos en rescatar el tejido social. Pero dicha iglesia tiene las siguientes posturas:“Colaborar en los proyectos que apunten hacia el bien común, y ejercer una actitud crítica frente a aquellas situaciones que demanden de los obispos una voz que oriente a los millones de mexicanos que profesan la religión católica” (El Financiero, 02/diciembre/2018); el arzobispo de Morelia y enlace de la Conferencia del Episcopado Mexicano con el gobierno de AMLO, Carlos Garfias Merlos, considera que el clero católico mexicano participará en ello (El Sol de México, 24/enero/2019), sin embargo días después declara que “El diálogo le toca a la Iglesia, no al gobierno” (El Universal, 27/enero/2019), por su parte el obispo de Saltillo, Raúl Vera López, refirió que “AMLO debe gobernar con el pueblo, no sólo con su gabinete” (La Jornada, 26/enero/2019).

Los comentarios son: por el bien de los mexicanos a futuro inmediato, es deseable que la alta jerarquía católica defina con precisión su actitud político-religiosa respecto al régimen de AMLO y no estar midiendo posibles acuerdos o negociaciones para beneficio institucional, ni condicionar acciones a situaciones de política pública a grupo hegemónico alguno.

Independientemente de profesar en tiempos y formas algún culto religioso, los mexicanos tenemos identidad nacional y anhelamosunverdadero bienestar integral, vivir con tranquilidad personal, familiar y social, por ello precisamos una nueva modalidad de cooperación entre estas dos importantes entidadesorientada a la paz y gobernabilidad que merecemos los mexicanos.