/ martes 2 de julio de 2019

Igualdad de derechos

La semana pasada la sociedad zacatecana atestiguó un acontecimiento que ha sorprendido a propios y extraños, en la lucha por la igualdad de derechos para la comunidad LGBTTTIQ en su objetivo por lograr que la unión de personas de mismo sexo sea equiparable a un matrimonio.

Zacatecas es una ciudad de corte conservador, donde siempre el poder, y el ala derecha han convivido de la mano, tanto la clase política como el clero han llevado una estrecha relación, aunque se hable de un Estado Laico, cuando a la luz de todos se celebran misas para los trabajadores de gobierno del estado en eventos de diversa índole (Mesón de Jobito y Banco de Alimentos) por citar dos ejemplos. Lamentablemente cuando conviene a los intereses y conveniencias del poder en turno somos Estado laico, aunque eso independiente de los fines de la clase política, que como detenta el monopolio del poder, ahí de aquel que vaya en contra del status quo establecido.

En Zacatecas se ha dado una lucha honesta por la obtención de derechos (que no se les debería obstaculizar) a la comunidad gay en Zacatecas, puesto que todos somos iguales ante la ley, indiscutiblemente bajo ese argumento, hago alusión al artículo primero de la CPEUM que nadie podrá ser discriminado y nadie puede ser condicionado para ser merecedor a algún derecho, puesto que estos (los derechos) son inherentes al ser humano, como la vida, la salud y la seguridad social es decir para todos.

No puede haber derecho contra la libertad o la discriminación, ni libertad contra el bien de los demás, ni contra lo que es justo, porque sería tanto como afirmar la existencia del derecho contra el derecho mismo. No puede hablarse de un orden jurídico sin el reconocimiento del orden moral, ni del orden jurídico que participan de la misma característica de generalidad en su propia esfera de acción.

El valor moral y el valor jurídico se dan en el hombre que razona y que comprende, la fortaleza de todo valor moral se aprecia por la vehemencia de realizar el bien de manera incondicional. La fuerza del valor jurídico se mide por la imperatividad de la norma que se funda en una argumentación razonada de la verdad jurídica, para garantizar la paz, la seguridad, la libertad, la armonía esencial de los valores humanos.

La moral y el derecho son normativamente intransigentes, rigurosos eincontestables, pero si la norma jurídica se aparta de los postulados delderecho, puede y debe impugnarse a través de la controversia constitucional,con argumentos y razones solidad donde se expresan los conceptos de violación.Un tema que divide opiniones, pero si nos vamos a la cuestión de derechos,todos somos iguales ante la ley, sin distingo, lo difícil es el complicadomundo de los convencionalismos sociales, la moral y el derecho, la izquierda,la derecha y la eterna lucha por el poder y su finalidad de imponer lo que estábien para la elite y los poderes fácticos.

La semana pasada la sociedad zacatecana atestiguó un acontecimiento que ha sorprendido a propios y extraños, en la lucha por la igualdad de derechos para la comunidad LGBTTTIQ en su objetivo por lograr que la unión de personas de mismo sexo sea equiparable a un matrimonio.

Zacatecas es una ciudad de corte conservador, donde siempre el poder, y el ala derecha han convivido de la mano, tanto la clase política como el clero han llevado una estrecha relación, aunque se hable de un Estado Laico, cuando a la luz de todos se celebran misas para los trabajadores de gobierno del estado en eventos de diversa índole (Mesón de Jobito y Banco de Alimentos) por citar dos ejemplos. Lamentablemente cuando conviene a los intereses y conveniencias del poder en turno somos Estado laico, aunque eso independiente de los fines de la clase política, que como detenta el monopolio del poder, ahí de aquel que vaya en contra del status quo establecido.

En Zacatecas se ha dado una lucha honesta por la obtención de derechos (que no se les debería obstaculizar) a la comunidad gay en Zacatecas, puesto que todos somos iguales ante la ley, indiscutiblemente bajo ese argumento, hago alusión al artículo primero de la CPEUM que nadie podrá ser discriminado y nadie puede ser condicionado para ser merecedor a algún derecho, puesto que estos (los derechos) son inherentes al ser humano, como la vida, la salud y la seguridad social es decir para todos.

No puede haber derecho contra la libertad o la discriminación, ni libertad contra el bien de los demás, ni contra lo que es justo, porque sería tanto como afirmar la existencia del derecho contra el derecho mismo. No puede hablarse de un orden jurídico sin el reconocimiento del orden moral, ni del orden jurídico que participan de la misma característica de generalidad en su propia esfera de acción.

El valor moral y el valor jurídico se dan en el hombre que razona y que comprende, la fortaleza de todo valor moral se aprecia por la vehemencia de realizar el bien de manera incondicional. La fuerza del valor jurídico se mide por la imperatividad de la norma que se funda en una argumentación razonada de la verdad jurídica, para garantizar la paz, la seguridad, la libertad, la armonía esencial de los valores humanos.

La moral y el derecho son normativamente intransigentes, rigurosos eincontestables, pero si la norma jurídica se aparta de los postulados delderecho, puede y debe impugnarse a través de la controversia constitucional,con argumentos y razones solidad donde se expresan los conceptos de violación.Un tema que divide opiniones, pero si nos vamos a la cuestión de derechos,todos somos iguales ante la ley, sin distingo, lo difícil es el complicadomundo de los convencionalismos sociales, la moral y el derecho, la izquierda,la derecha y la eterna lucha por el poder y su finalidad de imponer lo que estábien para la elite y los poderes fácticos.