/ lunes 29 de julio de 2019

¿Industrializar Zacatecas?

Una sociedad rentista tiene muchas diferencias comparada con una sociedad industrializada, la primera es pre moderna y sus manifestaciones son múltiples; no mencionemos la producción, ni los servicios en el medio urbano, ni un empresariado existente simbólicamente, ni instituciones de educación superior con sobrada matrícula en derecho, contaduría y otras, tampoco las ingenierías sin prioridad para muchos a cursarlas; no, por ahora veamos sólo un aspecto: el político.

El aspecto político de una sociedad rentista lo podemos destacar en la integración de sus respectivos gobiernos, sus partidos políticos y aspirantes a representantes populares. Este ámbito político es de tal importancia, que pudiera ser objeto de estudio, análisis e investigación para una tesis de posgrado; lo que diremos en este espacio es apenas una modesta descripción tomando como ejemplo cualquiera de los sexenios pasados.

La población zacatecana tiene décadas que no aumenta, se ha desplazado a los principales centros urbanos en busca de un mejor futuro, principalmente para sus hijos; la gran mayoría de los trabajadores, hombres y mujeres, han sido expulsados especialmente a Estados Unidos; por eso hay miles de familias que viven de los dólares enviados y hacen posible que sus hijos estudien en los principales centros urbanos.

Cuando se elige un nuevo gobierno los aspirantes recurren a esta población, a la que permanece en Zacatecas y la expulsada, para que les den su voto y se constituyan en un nuevo gobierno y el pueblo fortalezca su esperanza en el nuevo gobernante y su frustración del anterior no se haga crónica ni enojo colectivo. Aquí no hay empresariado fuerte, poderoso, ni un sindicalismo industrial con miles de trabajadores y sea igualmente poderoso, con los que el nuevo gobierno asuma compromisos, para unos y otros, y sean parte importante del programa y planes de gobierno.

El gobernante llega a serlo con la voluntad del pueblo, empieza a gobernar sin la voluntad del pueblo y, pronto, gobierna contra la voluntad del pueblo porque ese gobierno se ha constituido sin compromisos fuertes y transcendentes con nadie; con un conjunto de familiares y amigos que no tardan mucho en ser copartícipes en negocios, se hacen ricos unos y otros y cómplices. Los partidos políticos se han convertido en un conjunto de clanes familiares porque son mejor garantía de lealtades que sus propios estatutos.

Los clanes familiares lo quieren todo, diputados locales, presidencias municipales, dirigencia de partido para garantizar que otro miembro del clan llegue a la grande, que en este caso es la gubernatura. Esto será así hasta que el pueblo quiera. Podemos entonces, terminar con la pregunta inicial: ¿Industrializar Zacatecas? ¿Para qué?

Una sociedad rentista tiene muchas diferencias comparada con una sociedad industrializada, la primera es pre moderna y sus manifestaciones son múltiples; no mencionemos la producción, ni los servicios en el medio urbano, ni un empresariado existente simbólicamente, ni instituciones de educación superior con sobrada matrícula en derecho, contaduría y otras, tampoco las ingenierías sin prioridad para muchos a cursarlas; no, por ahora veamos sólo un aspecto: el político.

El aspecto político de una sociedad rentista lo podemos destacar en la integración de sus respectivos gobiernos, sus partidos políticos y aspirantes a representantes populares. Este ámbito político es de tal importancia, que pudiera ser objeto de estudio, análisis e investigación para una tesis de posgrado; lo que diremos en este espacio es apenas una modesta descripción tomando como ejemplo cualquiera de los sexenios pasados.

La población zacatecana tiene décadas que no aumenta, se ha desplazado a los principales centros urbanos en busca de un mejor futuro, principalmente para sus hijos; la gran mayoría de los trabajadores, hombres y mujeres, han sido expulsados especialmente a Estados Unidos; por eso hay miles de familias que viven de los dólares enviados y hacen posible que sus hijos estudien en los principales centros urbanos.

Cuando se elige un nuevo gobierno los aspirantes recurren a esta población, a la que permanece en Zacatecas y la expulsada, para que les den su voto y se constituyan en un nuevo gobierno y el pueblo fortalezca su esperanza en el nuevo gobernante y su frustración del anterior no se haga crónica ni enojo colectivo. Aquí no hay empresariado fuerte, poderoso, ni un sindicalismo industrial con miles de trabajadores y sea igualmente poderoso, con los que el nuevo gobierno asuma compromisos, para unos y otros, y sean parte importante del programa y planes de gobierno.

El gobernante llega a serlo con la voluntad del pueblo, empieza a gobernar sin la voluntad del pueblo y, pronto, gobierna contra la voluntad del pueblo porque ese gobierno se ha constituido sin compromisos fuertes y transcendentes con nadie; con un conjunto de familiares y amigos que no tardan mucho en ser copartícipes en negocios, se hacen ricos unos y otros y cómplices. Los partidos políticos se han convertido en un conjunto de clanes familiares porque son mejor garantía de lealtades que sus propios estatutos.

Los clanes familiares lo quieren todo, diputados locales, presidencias municipales, dirigencia de partido para garantizar que otro miembro del clan llegue a la grande, que en este caso es la gubernatura. Esto será así hasta que el pueblo quiera. Podemos entonces, terminar con la pregunta inicial: ¿Industrializar Zacatecas? ¿Para qué?