/ domingo 27 de septiembre de 2020

Infancia en peligro

La deshumanización conduce a la degradación total o parcial de las personas. Cuando ocurre, el ser humano se convierte en depredador de su propia especie. Peor aún, cuando es un depredador sexual.

Lo anterior explica porque la pornografía infantil se ha convertido en el negocio más lucrativo a nivel mundial, solo por debajo del narcotráfico. Las ganancias anuales superan los 30 mil millones de dólares.

Nuestro país ocupa el segundo lugar a nivel mundial en cuanto a turismo sexual de menores. Para sintetizar, estamos frente a una problemática que atenta severamente el desarrollo integral de la niñez y el desarrollo a su personalidad.

En el foro realizado hace unos días en Zacatecas por la senadora Josefina Vázquez Mota, presidenta de la Comisión de los Derechos de la Niñez y de la Adolescencia y una servidora, concluimos que para atacar este grave problema se requiere la participación proactiva y concertada de autoridades, empresarios, organizaciones civiles y familia.

Ahora bien, para combatir la explotación sexual de menores en sus diferentes modalidades, se requieren diversas acciones inmediatas. Primero, el gobierno federal y las 32 entidades, deben implementar un Plan Nacional contra Violencia Sexual hacia los niños, niñas y adolescentes, con estrategias claras para prevenir, erradicar y sancionar la pornografía infantil y el turismo sexual.

Segundo, todos los juzgados deben agilizar y emitir sentencias en materia de delitos sexuales particularmente los relacionados a los menores de edad. Tercero, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los ministerios públicos, las fiscalías y procuradurías deberán registrar y reportar de manera desglosada los delitos asociados a la trata de personas y sexuales contra menores. Las estadísticas nos ayudarán a visibilizar más este problema.

Cuarto, todas las legislaturas estatales, deben armonizar su normatividad local con las leyes federales en materia de delitos sexuales y trata de personas. La finalidad es que los castigos sean más severos y las víctimas accedan a la justicia. Quinto, todas las entidades deben fortalecer a la policía cibernética, además, los cuerpos policiacos del país necesitan contar con un departamento o área especializada en delitos sexuales donde se priorice la atención de la víctima. Asimismo, los estados deben contar con una fiscalía especializada para investigar este tipo de ilícitos.

Violentar, vejar, denigrar la integridad física y espiritual de un menor de edad es una de las execrables aberraciones que puede comerte el ser humano. Nuestros niños, claman nuestra atención.


La deshumanización conduce a la degradación total o parcial de las personas. Cuando ocurre, el ser humano se convierte en depredador de su propia especie. Peor aún, cuando es un depredador sexual.

Lo anterior explica porque la pornografía infantil se ha convertido en el negocio más lucrativo a nivel mundial, solo por debajo del narcotráfico. Las ganancias anuales superan los 30 mil millones de dólares.

Nuestro país ocupa el segundo lugar a nivel mundial en cuanto a turismo sexual de menores. Para sintetizar, estamos frente a una problemática que atenta severamente el desarrollo integral de la niñez y el desarrollo a su personalidad.

En el foro realizado hace unos días en Zacatecas por la senadora Josefina Vázquez Mota, presidenta de la Comisión de los Derechos de la Niñez y de la Adolescencia y una servidora, concluimos que para atacar este grave problema se requiere la participación proactiva y concertada de autoridades, empresarios, organizaciones civiles y familia.

Ahora bien, para combatir la explotación sexual de menores en sus diferentes modalidades, se requieren diversas acciones inmediatas. Primero, el gobierno federal y las 32 entidades, deben implementar un Plan Nacional contra Violencia Sexual hacia los niños, niñas y adolescentes, con estrategias claras para prevenir, erradicar y sancionar la pornografía infantil y el turismo sexual.

Segundo, todos los juzgados deben agilizar y emitir sentencias en materia de delitos sexuales particularmente los relacionados a los menores de edad. Tercero, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los ministerios públicos, las fiscalías y procuradurías deberán registrar y reportar de manera desglosada los delitos asociados a la trata de personas y sexuales contra menores. Las estadísticas nos ayudarán a visibilizar más este problema.

Cuarto, todas las legislaturas estatales, deben armonizar su normatividad local con las leyes federales en materia de delitos sexuales y trata de personas. La finalidad es que los castigos sean más severos y las víctimas accedan a la justicia. Quinto, todas las entidades deben fortalecer a la policía cibernética, además, los cuerpos policiacos del país necesitan contar con un departamento o área especializada en delitos sexuales donde se priorice la atención de la víctima. Asimismo, los estados deben contar con una fiscalía especializada para investigar este tipo de ilícitos.

Violentar, vejar, denigrar la integridad física y espiritual de un menor de edad es una de las execrables aberraciones que puede comerte el ser humano. Nuestros niños, claman nuestra atención.