/ lunes 11 de julio de 2022

Investigación y estrategia productiva

Esta colaboración deriva de mi participación en evento académico “El futuro de la formación para el trabajo” que organiza el Enlace Operativo de la Dirección General de Centros de Formación para el Trabajo en Zacatecas.

En nuestro país la investigación y la tecnología para el desarrollo de productos y servicios es ahora más que nunca una imperante necesidad para generar calidad, productividad y alta competitividad, principalmente en la micro, pequeña y mediana empresa pues generan más empleos y son motor de la dinámica económica de cualquier población.

Resulta comprensible que empresas mexicanas y estatales no inviertan o lo hacen muy poco en actividades de investigación o de desarrollo debido a altos costos de producción comparados con sus ingresos y ante difícil competencia y valor de productos importados. Una opción altamente pertinente es que como asociación o gremio conjuntamente con los gobiernos federal, estatales y en su caso municipales constituyan una bolsa de dinero para invertir (que no gastar) en investigación aplicada en: 1) Productos; 2) Procesos; 3) Optimización de costos; 4) Reutilización de desechos; 5) Mercado; 6) Comportamiento humano en el trabajo; 7) Tiempos y movimientos para hacer más eficaz y eficiente el trabajo.

El quehacer investigativo y de desarrollo tecnológico es necesario para las empresas de los tres sectores de la economía (explotación de recursos, su transformación y los servicios), pero ha sido relegado o es prácticamente inexistente debido a la idea que la inversión en investigación o en desarrollo de productos y mejora de servicios no reditua ganancias en lo inmediato y es mejor sobrevivir así ante la desaceleración económica. Ante ello se propone crear un desarrollo organizacional apto o idóneo para la creatividad, que si bien les es difícil en lo particular podrían hacerlo en forma grupal o a través de sus respectivas asociaciones o gremios conjuntamente con el Estado-Gobierno, apoyándose entre sí ante el la situación pandémica, el embate de comercios o productos extranjeros y bajando la inversión de financiar ciencia, para ello precisan de un eficiente esquema de vinculación con instituciones de capacitación, de educación media superior y superior.

Es menester comenzar a trastocar la percepción empresarial y gubernamental que la inversión en ciencia y tecnología no reditúa ganancias, no lo es en lo inmediato pero a mediano plazo constituye una de las mejores opciones de fortalecimiento de empresas en rubros como la productividad, calidad y competitividad.

Esta colaboración deriva de mi participación en evento académico “El futuro de la formación para el trabajo” que organiza el Enlace Operativo de la Dirección General de Centros de Formación para el Trabajo en Zacatecas.

En nuestro país la investigación y la tecnología para el desarrollo de productos y servicios es ahora más que nunca una imperante necesidad para generar calidad, productividad y alta competitividad, principalmente en la micro, pequeña y mediana empresa pues generan más empleos y son motor de la dinámica económica de cualquier población.

Resulta comprensible que empresas mexicanas y estatales no inviertan o lo hacen muy poco en actividades de investigación o de desarrollo debido a altos costos de producción comparados con sus ingresos y ante difícil competencia y valor de productos importados. Una opción altamente pertinente es que como asociación o gremio conjuntamente con los gobiernos federal, estatales y en su caso municipales constituyan una bolsa de dinero para invertir (que no gastar) en investigación aplicada en: 1) Productos; 2) Procesos; 3) Optimización de costos; 4) Reutilización de desechos; 5) Mercado; 6) Comportamiento humano en el trabajo; 7) Tiempos y movimientos para hacer más eficaz y eficiente el trabajo.

El quehacer investigativo y de desarrollo tecnológico es necesario para las empresas de los tres sectores de la economía (explotación de recursos, su transformación y los servicios), pero ha sido relegado o es prácticamente inexistente debido a la idea que la inversión en investigación o en desarrollo de productos y mejora de servicios no reditua ganancias en lo inmediato y es mejor sobrevivir así ante la desaceleración económica. Ante ello se propone crear un desarrollo organizacional apto o idóneo para la creatividad, que si bien les es difícil en lo particular podrían hacerlo en forma grupal o a través de sus respectivas asociaciones o gremios conjuntamente con el Estado-Gobierno, apoyándose entre sí ante el la situación pandémica, el embate de comercios o productos extranjeros y bajando la inversión de financiar ciencia, para ello precisan de un eficiente esquema de vinculación con instituciones de capacitación, de educación media superior y superior.

Es menester comenzar a trastocar la percepción empresarial y gubernamental que la inversión en ciencia y tecnología no reditúa ganancias, no lo es en lo inmediato pero a mediano plazo constituye una de las mejores opciones de fortalecimiento de empresas en rubros como la productividad, calidad y competitividad.