/ martes 25 de septiembre de 2018

José Revueltas, ejemplo de congruencia y nobleza

Uno de los personajes políticos mexicanos que más he admirado en mi vida, especialmente cuando yo era joven, fue José Revueltas, encomiable escritor y destacado crítico gubernamental, hermano él de Silvestre (notorio musicólogo), Fermín (pintor de relieve) y Rosaura (reconocida actriz).

José Revueltas fue, y sigue siendo, ejemplo para mí de congruencia, de firmeza en los ideales, de pundonor republicano, prototipo virtuoso que él representóen mi época de joven, cuando tuve oportunidad de verlo como conferenciante todas las veces que pude verlo, tanto en la presentación de alguno de sus libros, como en las reuniones públicas –fueran conferencias o manifestaciones –de crítica al gobierno del PRI.

Pero más todavía que su actitud anti-priista,Revueltas nos legó a los jóvenes de los sesenta y setentas del siglo pasado valiosas lecciones, siendo, considero, la principal: la de estar en desacuerdo, no obstante la bandera del partido o corriente crítica en la que pudiéramos militar, contra la injustica social, y contra las sinvergüenzadas gubernamentales, las llevara a cabo el partido en el poder que fuera, en este caso principalmente el PRI.

Revueltas, en efecto, nunca se calló la boca para disentir respecto de lo que él consideraba injusto, especialmente lo que ocurría en el ámbito social de esa época. Él ciertamente fue un paladín de la justicia social, uno de los más acabados y visibles en la vida política de nuestra nación en el siglo XX. Él no estaba interesado en transigir si había un puesto gubernamental que se le ofreciera, o jugosas dádivas oficiales si atenuaba su criticismo sobre las graves inequidades sociales de nuestro país, máxime en la época que a él le tocó vivir de regímenes gubernamentales endurecidos.

Él estuvo varias veces preso, por su intransigente desacuerdo público con los regímenes autoritarios, en las prisiones más inhumanas de la época que le tocó vivir, cuando su delito único era el de disentir del gobierno autoritario y criticarlo abiertamente. Ahí, en su permanencia en prisión, escribió él una de sus obras más conocidas, “El Apando”, nombre que se le daba a una de las celdas más crueles de la época del priismo duro, el cual devino en película muy bien realizada de Felipe Cazals.

Y sí, el gobierno federal que habrá de asentarse el 1 de diciembre debería recordar y festejar el carácter crítico, intransigente de Revueltas en cuanto la consecución del bienestar social. De hecho, si hemos de remembrar los antecedentes de la actitud contestaría de AMLO, el mejor antecedente, considero, es el del duranguese Revueltas.

Este paladín de la justicia social en nuestro país falleció en la ciudad de México el 14 de abril de 1976, pero su ejemplo en pro de los necesitados debería seguirse en el escenario político actual.


Uno de los personajes políticos mexicanos que más he admirado en mi vida, especialmente cuando yo era joven, fue José Revueltas, encomiable escritor y destacado crítico gubernamental, hermano él de Silvestre (notorio musicólogo), Fermín (pintor de relieve) y Rosaura (reconocida actriz).

José Revueltas fue, y sigue siendo, ejemplo para mí de congruencia, de firmeza en los ideales, de pundonor republicano, prototipo virtuoso que él representóen mi época de joven, cuando tuve oportunidad de verlo como conferenciante todas las veces que pude verlo, tanto en la presentación de alguno de sus libros, como en las reuniones públicas –fueran conferencias o manifestaciones –de crítica al gobierno del PRI.

Pero más todavía que su actitud anti-priista,Revueltas nos legó a los jóvenes de los sesenta y setentas del siglo pasado valiosas lecciones, siendo, considero, la principal: la de estar en desacuerdo, no obstante la bandera del partido o corriente crítica en la que pudiéramos militar, contra la injustica social, y contra las sinvergüenzadas gubernamentales, las llevara a cabo el partido en el poder que fuera, en este caso principalmente el PRI.

Revueltas, en efecto, nunca se calló la boca para disentir respecto de lo que él consideraba injusto, especialmente lo que ocurría en el ámbito social de esa época. Él ciertamente fue un paladín de la justicia social, uno de los más acabados y visibles en la vida política de nuestra nación en el siglo XX. Él no estaba interesado en transigir si había un puesto gubernamental que se le ofreciera, o jugosas dádivas oficiales si atenuaba su criticismo sobre las graves inequidades sociales de nuestro país, máxime en la época que a él le tocó vivir de regímenes gubernamentales endurecidos.

Él estuvo varias veces preso, por su intransigente desacuerdo público con los regímenes autoritarios, en las prisiones más inhumanas de la época que le tocó vivir, cuando su delito único era el de disentir del gobierno autoritario y criticarlo abiertamente. Ahí, en su permanencia en prisión, escribió él una de sus obras más conocidas, “El Apando”, nombre que se le daba a una de las celdas más crueles de la época del priismo duro, el cual devino en película muy bien realizada de Felipe Cazals.

Y sí, el gobierno federal que habrá de asentarse el 1 de diciembre debería recordar y festejar el carácter crítico, intransigente de Revueltas en cuanto la consecución del bienestar social. De hecho, si hemos de remembrar los antecedentes de la actitud contestaría de AMLO, el mejor antecedente, considero, es el del duranguese Revueltas.

Este paladín de la justicia social en nuestro país falleció en la ciudad de México el 14 de abril de 1976, pero su ejemplo en pro de los necesitados debería seguirse en el escenario político actual.