/ domingo 29 de septiembre de 2019

La BUAZ no está para improvisaciones de iluminados obtusos; requiere de soluciones inmediatas

La semana que comienza, es fundamental para que la Universidad Autónoma de Zacatecas establezca, en definitiva, la ruta a seguir para lograr la solución al grave conflicto de orden financiero que vive. También comienza ya la batalla por la sucesión rectoral.

La BUAZ tiene apenas unos días para presentar a la Secretaría de Hacienda el proyecto de reestructuración al que desde hace años se comprometió, y sólo así, poder aspirar a una partida extraordinaria de recursos, que le permita sortear con “éxito”, el cierre de año; pero que también le permita sentar las bases para buscar la solución definitiva a los adeudos que tienen al borde del abismo a la institución.

La administración que encabeza Antonio Guzmán Fernández no puede ni debe olvidar la advertencia, que puede ser una pesada carga, y que hace ya tiempo hizo la agencia calificadora Moody´s, en la que informa que existe una crisis en el sistema de pensiones de las universidades de México.

La Universidad de Zacatecas tiene una de las situaciones más críticas, ya que las deudas equivalen al doble de sus ingresos totales. Grave para una institución que es pilar para el desarrollo de la entidad.

Debe plantearse una salida inmediata para la compra de las jubilaciones y que en un lapso de cinco años, se retiren todos aquellos que ingresaron a la universidad antes de 1991, para refinanciar a largo plazo, el proyecto académico de la institución.

La compra de las jubilaciones le costaría a la Universidad unos 250 millones de pesos, y que es la misma cantidad que requiere en diciembre para pagar los compromisos de fin de año.

Con una alternativa así, se puede solucionar, de una vez y para siempre, el problema financiero de los pasivos laborales de la institución, especialmente en los privilegios de la jubilación dinámica.

En medio de todo, con la negociación financiera y laboral encima, ya comenzó la lucha entre grupos para impulsar a su mejor cuadro en la lucha por la rectoría.

Pero dado la situación administrativa que prevalece, la Universidad no está en condiciones de que se perfile, para su conducción, alguien sectario, excluyente y con sed de venganza que se oponga a todo y no consense nada.

La BUAZ no requiere un perfil de todólogo, requiere de alguien que armonice los proyectos y garantice la unidad en medio de la diversidad. Requiere de un universitario políticamente capaz de administrarla y fortalecerla. No de falsos mesías que venden ilusiones migratorias o desarrollistas.

La Universidad Autónoma de Zacatecas no está para improvisaciones de iluminados obtusos que se creen dueños de la verdad. Requiere de soluciones inmediatas.

La semana que comienza, es fundamental para que la Universidad Autónoma de Zacatecas establezca, en definitiva, la ruta a seguir para lograr la solución al grave conflicto de orden financiero que vive. También comienza ya la batalla por la sucesión rectoral.

La BUAZ tiene apenas unos días para presentar a la Secretaría de Hacienda el proyecto de reestructuración al que desde hace años se comprometió, y sólo así, poder aspirar a una partida extraordinaria de recursos, que le permita sortear con “éxito”, el cierre de año; pero que también le permita sentar las bases para buscar la solución definitiva a los adeudos que tienen al borde del abismo a la institución.

La administración que encabeza Antonio Guzmán Fernández no puede ni debe olvidar la advertencia, que puede ser una pesada carga, y que hace ya tiempo hizo la agencia calificadora Moody´s, en la que informa que existe una crisis en el sistema de pensiones de las universidades de México.

La Universidad de Zacatecas tiene una de las situaciones más críticas, ya que las deudas equivalen al doble de sus ingresos totales. Grave para una institución que es pilar para el desarrollo de la entidad.

Debe plantearse una salida inmediata para la compra de las jubilaciones y que en un lapso de cinco años, se retiren todos aquellos que ingresaron a la universidad antes de 1991, para refinanciar a largo plazo, el proyecto académico de la institución.

La compra de las jubilaciones le costaría a la Universidad unos 250 millones de pesos, y que es la misma cantidad que requiere en diciembre para pagar los compromisos de fin de año.

Con una alternativa así, se puede solucionar, de una vez y para siempre, el problema financiero de los pasivos laborales de la institución, especialmente en los privilegios de la jubilación dinámica.

En medio de todo, con la negociación financiera y laboral encima, ya comenzó la lucha entre grupos para impulsar a su mejor cuadro en la lucha por la rectoría.

Pero dado la situación administrativa que prevalece, la Universidad no está en condiciones de que se perfile, para su conducción, alguien sectario, excluyente y con sed de venganza que se oponga a todo y no consense nada.

La BUAZ no requiere un perfil de todólogo, requiere de alguien que armonice los proyectos y garantice la unidad en medio de la diversidad. Requiere de un universitario políticamente capaz de administrarla y fortalecerla. No de falsos mesías que venden ilusiones migratorias o desarrollistas.

La Universidad Autónoma de Zacatecas no está para improvisaciones de iluminados obtusos que se creen dueños de la verdad. Requiere de soluciones inmediatas.